jueves, 25 de abril de 2024

¿Alborotos o estertores?

Como un desquiciado, Trump se empecina en cerrar la campaña a toda máquina...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 16/10/2020
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Donald Trump
Un presidente sin freno y con los nervios y las ambiciones de punta.

Salió del hospital de manera abrupta, dice que fue curado en cuestión de horas de la COVID-19.

Afirma que ni está enfermo ni en capacidad de transmitir el virus, aunque no hay partes médicos que hablen una sola palabra del asunto.

Se declara a sí mismo “inmune” ante una pandemia que no supo controlar en su país, el más afectado del planeta, aunque sin dudas habrá muchos que se midan ante un posible acercamiento físico, porque a hurtadillas no creen en el “milagro” de un Donald Trump superdotado aun cuando aparezcan en su cercanía en las fotos de ocasión.

Otros dudan seriamente si es verdad que el magnate se contagió, o todo fue puro show de cara a las inmediatas elecciones.

Lo cierto es que, con todo, y según nuevos datos, la mayoría de las encuestadoras están otorgando a su rival demócrata, Joe Biden, un margen de preferencia de diez puntos sobre el alborotador presidente en funciones, lo que equivaldría, de confirmarse, a un triunfo exento de toda duda. No obstante, vale recalcarlo, muchos analistas coinciden en que nada en esta peculiar lid estará verdaderamente decidido hasta noviembre.

Por demás, se afirma que al menos doce millones de votantes ya adelantaron sus boletas por correo, a pesar de que Trump descalifica el método por “posible fraude”, y que el aspirante a un segundo mandato muestra cada vez más evidentes signos de histeria a medida que el tiempo de abrir los colegios se acorta.

“Inmune y mejor que dos decenios atrás”, como gusta repetir luego de su presunta “batalla hospitalaria”, Trump, sin mascarilla ni protección alguna, ha desembocado en los últimos días en al menos dos mítines electorales y ante las cámaras de varios medios televisivos para remarcar su “vitalidad” de 74 años de edad, frente a un Biden de 77 del que ha dicho el jefe de la Oficina Oval, debería estar albergado en un hogar de ancianos.

Hospedero de una mezcla de pánico, histeria y aplastante egocentrismo, el presidente habla pestes de quien quiera y de lo que quiera, mientras otras voces razonan en sentido contrario.

Así, la primera fémina secretaria de Estado del país, la ácida Madeleine Albright, confirmó al diario Financial Times, que “Trump está sembrando intencionalmente las semillas del caos, incluida la posibilidad de enfrentamientos violentos el día de los comicios, el próximo 3 de noviembre”.

La mujer que dirigió la política externa de la primera potencia capitalista entre los años 1997 al 2001, aseveró que “ninguna elección se lleva a cabo sin problemas y las disputas sobre los votos son comunes”, sin embargo, acotó esta vez, “Trump intentará convertir cualquier discrepancia pequeña en una conspiración de grandes dimensiones”.

La Albright cerró sus declaraciones con un lamento por “el grado de degradación a que ha llegado la democracia estadounidense” bajo la actual administración, y narró que al ver el reciente debate televisivo entre Donald Trump y el demócrata, Joe Biden, “se sintió como si estuviera atrapada dentro de un volcán en erupción con un perro aullando”.

Lo lamentable, precisaron observadores, es que con toda seguridad los ladridos desquiciados seguirán siendo la norma en el desaforado intento del magnate inmobiliario de no verse en la disyuntiva de tener que recoger las maletas y decir adiós a la Casa Blanca, algo que “no soportaría”, según sus “premonitorias” palabras de muchos meses atrás.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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