viernes, 19 de abril de 2024

Hilda Vidal: Cuba aflora en sus enigmas

Visitar la exposición de Hilda Vidal, en la Biblioteca Nacional José Martí, permite al espectador entrar en diálogo con los misterios y el virtuosismo de una artista a plenitud...

Ada María Oramas Ezquerro en Exclusivo 06/04/2013
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Expo de Hilda Vidal 01
Hilda Vidal es la autora de la exposición Se creyó mirar y era mirado. (Buby Bode / Cubahora)

 La galería El reino de este mundo de la Biblioteca Nacional José Martí acoge la exposición “Se creyó mirar y era mirado”, que permanecerá exhibiéndose hasta el 23 de abril.

 Esta muestra entabla un diálogo intimista con el público y capta su atención hasta casi hipnotizar al receptor porque cada cuadro contiene un cúmulo de enigmas que impelen ahondar en su significado y contenido vivencial.

 Un microcosmos de 28 óleos sobre tela representan capítulos de su vida que emergen retadores y exigen ser contados, renuncian a ser sepultados en capas profundas de su psiquis y cobran vida en personajes que podrían definirse como portavoces de quien deja hablar a sus recuerdos, y a esa gama de sentimientos que adquieren forma y color por la pasión de una inspiración que jamás le abandona.

 Durante la década de los 60 mostró sus armas en losas y otros objetos que buscaban la tela para encontrar una vía, muy propia, de figuración expresionista; esa, que no dejó de mostrarse en sus esculturas blandas, como en las muñecas que le abandonaron hace algunos años.

 Una profunda reflexión es siempre el preámbulo a un cuadro que se convierte en obsesión aniquiladora. Mientas ella considera que no ha logrado la perfección que caracteriza su quehacer pictórico, yo veo en sus obras escenas de un onirismo que apunta hacia realidades, con una atmósfera cubana que se regodea en el color, la luz, las formas… y en la pasión de sus personajes, tan inquisitivos y conceptuales como esa mujer que guarda celosamente sus misterios en la bruma de su poesía.

 INTROMISIONES EN EL REINO DE HILDA

 —¿Cuál es el signo definitorio de la exposición Se creyó mirar y era mirado?

 —La característica está muy relacionada con el título de la muestra. Es un ejercicio que trata de llegar al espectador, de modo que sienta la necesidad de accionar, de mover lo que le rodea. Es compartir la vida que tengo con quien aprecia las obras, otorgar sentidos esenciales a lo que contempla. No ha de quedarse en una observación personal. Se crea una relación entre la figura creada en el lienzo y el espectador.

 —¿Qué aportes ha brindado a la figuración expresionista tu obra pictórica?

 —En parte, toca a la crítica realizar una definición acerca de este tema. No creo que haya hecho mucho desde el puno de vista creativo en el universo de la figuración, pues en el mundo han sido numerosos los aportes en esta tendencia, desde el siglo XVIII hasta el momento actual. Creo que si no está dicho todo, desde el punto de vista artístico, no es mucho lo que puede innovarse.

 “A través de los años he ido eliminando toda una serie de elementos, hasta quedarme con lo más esencial. Eso es lo que realmente me interesa”.

 —¿Podría decirse que los personajes de este conjunto expositivo son protagonistas de historias inacabadas?

 —No fue mi objetivo al crearlos. No son protagonistas de historias inacabadas, sino de mi propia historia. Porque los seres humanos no podemos separar nuestro subconsciente de nada de lo que hacemos en lo más mínimo. Incluso, cuando vamos a una tienda y seleccionamos lo que vamos a comprar, en ese acto está presente nuestro subconsciente.

 —¿Hasta qué punto estas obras constituyen una introspección en tu mundo interior?

 —Si las observas te percatarás de que en ellas vibra ese mundo a que haces referencia, porque en cada obra aflora una parte del subconsciente, en lo cual se inscribe todo lo que hemos sido y hecho desde que nacimos, muchas vivencias de nuestros padres. La pintura representa para mí una vía para expresar mis sentimientos, lo que pienso y siento. Mi pintura cuenta la historia, pues en ella pueden contemplarse pasajes de mi vida.

 —¿Acaso revelan tus personajes estados anímicos concatenados durante el proceso creativo?

 —Por una parte es así, pero el profesionalismo es muy importante en este aspecto y rige el control de uno sobre lo que hace. El estado anímico puede influir. Cuando entro en el estudio, no necesito que llegue la inspiración. Siempre que quiero dibujar, trabajo y eso lo da el profesionalismo.

 —¿Podrían valorarse como puntos de partida de las historias el uso de un discurso donde la utilización de elementos geométricos adquiere determinado simbolismo?

 —Yo diseño las obras, hago el boceto, a veces pinto mi idea con tempera y, por último, el cuadro. Pueden existir elementos geométricos, pero no con la voluntad de ser ilustrativa, sino para plantear ante el espectador problemas internos del ser.

 —El cromatismo es una de tus herramientas más eficaces en tu panorama pictórico. En esta muestra adquiere particular significación En la memoria nos depara una sorpresa. ¿Qué opinas al respecto?

 Después que hice el esquema del cuadro me di cuenta de que aparece en él una cabeza japonesa. Es un producto de mis lecturas y había surgido sin proponérmelo.

“Aprecio en este cuadro el intenso ritmo en la figura de la izquierda y en las pequeñas que aparecen en la vestimenta del japonés… Es un cuadro que me gusta mucho, muy expresivo, por eso lo elegí como portada del catálogo de esta exposición”.

 ¿Presentas conflictos y emociones en tus personajes o ahondas en ellos desnudando actitudes y medios de asumir situaciones límite?

 No estoy explicando los cuadros, porque la mayor riqueza que existe en ellos es provocar en quienes los contemplan sensaciones y sentimientos diferentes. El valor radica en la sugerencia de la creación.

 ¿Utilizas el distanciamiento o participas en el universo de los protagonistas?

 Participo completamente en su dimensión. Ellos soy yo y participo constantemente en cuanto les concierne. Me introduzco y me incorporo a ellos porque trabajo mucho las piezas. Cuando considero que están terminadas, las cuelgo de un clavo en mi estudio y les hago cambios. Porque soy hipercrítica conmigo misma. Antes tenía a Manolo, mi esposo, quien me hacía sugerencias y me criticaba, pero ahora debo hacerlo yo. Picasso decía que el acto de la creación es muy doloroso, y en mi caso, trabajo más cuando no estoy pintando que en el momento de la creación.

 Las gamas y contrastes en el colorido abren ante el espectador posibilidades infinitas de interpretación en la universalidad de su mirada. ¿Empleas este recurso para dialogar con el espectador?

 Me gusta experimentar con el color, con las combinaciones de colores, pues forman parte de mi creación. Nunca uso un color como viene en el tubo. Hay que trabajarlos. Tiene que responder exactamente al lugar que van a ocupar si quiero establecer contrastes o armonías. No se puede poner un amarillo tal, sino buscar el que viene bien con el que tiene al lado, los tonos que vienen bien a unos y otros. Es como un rompecabezas intelectual.

 Las atmósferas e ideas confluyen en tu imaginario, se acercan y alejan de quienes se asoman a él. ¿Consideras que la cubanía inspira esa ensoñación pictórica a la que conduce tu magia creadora?

 Yo soy cubana y como tal creo y actúo. No puedo obviar lo que leo, lo que soy yo, y eso se refleja en mi obra. Si fuera norteamericana o china pintaría de otro modo, porque la identidad forma parte del pensamiento y de la inspiración.

 Veo pasión en tu obra, ¿qué opinas al respecto?

 Es así porque la pintura es lo que da sentido a mi vida. Pinto con mucha pasión y creo que este sentimiento se transmite a quienes contemplan mis obras. Porque el sentimiento está ahí y así lo percibe el público, cada persona de forma distinta. Incluso, cuando creaba esculturas blandas, que eran en realidad muñecas, había quienes les encontraba algo siniestro; y también descubrían connotaciones diferentes en esos planetas que deambulan por algunos de mis cuadros. Hasta piensan que ese cuerpo celeste los está llamando.

 ¿Y tu misterio?

 Si te lo digo, deja de serlo. No hablo de lo que guardo para mí, pues si lo revelara, dejaría de ser misterio.

 

 

 


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Ada María Oramas Ezquerro

De larga trayectoria en el periodismo cultural. Premio de Oro, del Gran Teatro de La Habana y Miembro de la sección de la Asociación de Artistas Escénicas de la UNEAC


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