¡Feliz cumpleaños, Compay! (+Video)

Se dice que fue el trovador más viejo y más famoso del mundo. Quizá no haya que ser tan absolutos, pero lo que sí nadie puede negar es que su “Chan chan” se ha escuchado hasta en el Vaticano y es carta de presentación de la música cubana en cualquier escenario.

Máximo Francisco Repilado Muñoz (1907-2003) perdió el nombre cuando fundó con Lorenzo Hierrezuelo, allá por 1942, el dúo Los Compadres. Hierrezuelo sería la voz prima, o Compay Primo, y él pasaría entonces a ser la segunda voz o Compay Segundo. De esa forma nacía una leyenda, que hoy, en su aniversario 107, todavía se le recuerda con cariño por las miles de personas que bailan aún al ritmo de sus canciones.

Quizá por aquello que tienen de especial los orientales, y más los santiagueros, las melodías le brotaban naturales, invitadoras, con la sabrosura y sencillez de quien sabe tomar de las raíces y prestar oído a lo popular.

Dicen quienes lo conocieron que la vocación lo hizo dejar la segura posición de torcedor de tabaco para dedicarse por entero a la música. Intérprete versátil, lo mismo tocaba el clarinete, que el tres y la guitarra, hasta que se inventó un nuevo instrumento a partir de estos últimos: el armónico, un híbrido de siete cuerdas que pretende imitar el timbre del tres, donde se adiciona una que siempre repite la nota Sol.

Muy joven tocó el tres en la inauguración del Capitolio, integró bandas legendarias como el conjunto Matamoros, llegó a trabajar con Benny Moré y además de ser uno de los fundadores de Los Compadres, reemplazado luego por Reinaldo Hierrezuelo, hermano de Lorenzo, llegó a formar parte del septeto Los Seis Ases y el Cuarteto Cubanacán.

Otro maestro del género tradicional, Eliades Ochoa cuenta a todo el que lo quiera oír cómo Compay le entregó grabaciones de sus números, cuando Ochoa dirigía el Cuarteto Patria hace más de tres décadas, para que los tocara. Eliades recuerda haberse sentido más que honrado de que ese gran talento le haya ofrecido su música.

“Lo vi llegar un día y me sacó un casete de esos de cinta con una pila de canciones. Quiero que tú toques mi música, me dijo. Yo, que crecí viendo a esos grandes, como él y como El Guayabero, presentándose en la Casa de la Trova de Santiago, me quedé mudo, no lo podía creer”, cuenta el cantante de “Píntate los labios María” en el documental incluido en el CD DVD El Eliades que soy, nominado al Latin Grammy 2014.

Luego, grabó con el Cuaterto Patria, formó su propio grupo Compay Segundo y sus Muchachos, y participó en Sevilla en el Festival Tras la Semilla, dedicado al son y al flamenco, donde conoció a artistas de la talla de Lolita, quien luego cantó y grabó algunas canciones suyas.

Sin embargo, la verdadera fama le llegó tarde, según algunos, aunque él siempre afirmó que el único sueño que le quedaba por cumplir era el de llegar a vivir tanto como su centenaria abuela, una antigua esclava que murió libre a los 115 años. La grabación del disco Buena Vista Social Club, que alcanzó un Premio Grammy en 1998, fue lo que definitivamente hizo que su nombre fuera conocido en todo el mundo.

Más de 100 sones, guarachas, boleros y canciones, y unos 10 millones de álbumes vendidos, reafirman su estatus de fenómeno musical. El ya conocido “Chan Chan”, “El camisón de Pepa” —donde se luce particularmente el armónico—, “Sabroso” y “Sarandonga”, están entre los temas más conocidos.

“Se secó el arroyito”, de tema costumbrista, también ha trascendido el público nacional y fue el pie forzado para la puesta en escena de una obra de teatro, que volvió a los escenarios habaneros para celebrar los 107 años de Compay, esta vez con Blanca Rosa Blanco, Lieter Ledesma y el debut actoral de los cantantes Ricardo Amaray y Hugo Garzón, quien integrara el grupo del mítico intérprete desde hace casi 20 años.

Hugo todavía recorre el mundo manteniendo vivo el espíritu del legendario trovador. En una breve conversación con Cubahora declaró que le debe a Compay todo lo que es.

“Trabajar con él fue lo mejor que me pudo haber pasado. Estuve muy cerca de él por más de 15 años y puedo decir que fue una tremenda escuela. Yo vengo del género popular, el tradicional me lo puso en mis manos Compay Segundo. Con él hemos dado la vuelta al mundo y lo vamos a seguir haciendo”, dijo.

“Es algo increíble el amor que demuestran por su música dondequiera que vamos, si en vida se disputaban su presencia en los teatros, ahora nos acogen con igual entusiasmo. Cuando tocamos sus composiciones o arreglos es muy gratificante ver que gusta tanto, que llega al corazón de todos, y eso nos alegra, porque nos hace pensar que Compay sigue aquí, junto a nosotros”.

Chan chan
Son

De alto Cedro voy para Marcané
Llego a Cueto voy para Mayarí

El cariño que te tengo
No te lo puedo negar
Se me sale la babita
Yo no lo puedo evitar.

Cuando Juanica y Chan Chan
En el mar cernían arena
Como sacudía el jibe
A Chan Chan le daba pena.

Limpia el camino de paja
Que yo me quiero sentar
En aquel tronco que veo
Y así no puedo llegar.

De alto Cedro voy para Marcané
Llego a Cueto voy para Mayarí.