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miércoles, 4 de diciembre de 2024

Capicúa

Póngale vida a los años, que es mejor...

Mileyda Menéndez Dávila
en Exclusivo 26/09/2023
1 comentarios
Capicúa
Con principios y finales, lo importante es andar. (Jorge Sánchez Armas / Cubahora)

Por las redes circula un atrapatontos muy gracioso por su obviedad: si restas a 2023 tu edad, te dará el año de tu nacimiento. Algo que pasa “cada mil años”, dice el rimbombante mensaje… y allá va la gente buena a sacar cuentas, decir ¡Ohhh, es cierto!, y replicarlo a otros amigos como el gran descubrimiento del milenio.

La razón de caer en esa simpleza, creo yo, es el tabú creado en la modernidad alrededor de los años cumplidos. Justo en la época en que los seres humanos vivimos más en mayor cantidad, la senectud se vuelve tan cotidiana que molesta a algunos reconocer tan natural proceso como una victoria.

¡Peor aún si dan con un grupo de sexalescentes capaces de bailar, reír, aprender cosas nuevas y experimentar el sexo desde nuevas perspectivas, incluso a solas o con amigos exclusivos para la ocasión!

¿Por qué para algunos será tan complicado eso de cumplir años después de los 40, cuando debería ser motivo de júbilo y estímulo para alistarse a cumplir más? Y ni hablar de quienes guardan el dato como secreto de estado, y si les piden el número de carné lo susurran con vergüenza, para que nadie más en el entorno aplique la fórmula mágica del susodicho meme para mentes dormidas del que hablé al principio.

Hay otra variante que me hace mucha gracia: seguro conoces a alguien que en cada decenio aprovecha los primeros cuatro cumpleaños para virar la fecha, calla en el año capicúa y luego pasa otros cuatro huyéndole al almanaque (como mi mamá, que ni loca vira sus 78 por 87, aunque el cuerpo le duela como tal).

Y claro, para esas personas los años redondos devienen traumas curiosos. A muchos les da por filosofar sobre la superioridad moral y material de “su” tiempo, y a otros por pedir fiestas a quien pueda costearlas, para vitorear la transición de década como señal de madurez y trascendencia… aunque al año siguiente retomen el juego de virar las fichas, a ver quién puede tragarse el inocente forro.

A mí los años no me molestan. En dos días llego a mi quinto capicúa y me parece bien, pues estoy en pleno proceso de adquisición de nuevas experiencias y saberes, y a la par en un no menos importante trance de dejar ir cosas, gente y proyectos basados en el ego, más que en su utilidad.

Lo que sí mortifican son los achaques, pero no tienen nada que ver con los septiembres vencidos, sino con el modo en que se aprovechan las horas y minutos, pues a más tiempo diario de trabajo frente a la PC, más consciente me hago de las minúsculas articulaciones que se aburren en ese rígido menester, y se confabulan con los nervios para sacarme a gritos del asiento y llevarme a caminar, montar bici, practicar yoga o hacer el amor.

Si te pasa lo mismo, escríbele a la instructora Katia (54290166), de El Arte de Vivir, y nos vemos en octubre en unos magníficos cursos y talleres para desintoxicar cuerpo, mente y alma.

O responde al último mensaje insinuante que decidiste ignorar, sin saber bien si por miedo a los finales o a los comienzos… ¡Como si no fueran parte unos de los otros en este juego de siempre empezar!  


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Mileyda Menéndez Dávila

Fiel defensora del sexo con sentido...

Se han publicado 1 comentarios


MaryD
 10/10/23 18:33

Yo estoy deseosa de llegar a mis 60 en marzo próximo pa jubilarme. De niña no parecía la edad q tenía.No me dejaban entrar al cine a las películas pa mayores de 12 o 16, aunque ya pasaba esas edades. Y ahora a pesar de mi pelo plateado, que te encanta, tampoco creen mucha gente q tengo ya casi 60.

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