sábado, 4 de mayo de 2024

Y finalmente, mi tiempo ¿de quién es?

Muchos minutos se pierden por la indolencia, la burocracia y el “lleva y trae” de quienes saben hacer de todo menos ponerse en los zapatos de los demás...

Leticia Martínez Hernández en Exclusivo 20/08/2013
5 comentarios
tiempo
Actualizar Cuba es también reconciliarla con el tiempo de todos. (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

El dependiente le fue infiel a su esposa. La dependienta, solidarizada con la afligida, llueve una lista de improperios sobre su compañero de turno. Que si es una falta de respeto de él, que si la casa no era el lugar para cometer tal desatino, que si los hombres no sirven para nada… Mientras, del lado de acá del mostrador, esperamos con una paciencia asiática por un pequeñísimo paquete de chocolate. 

Lo admito: parecía interesante la diatriba de aquella mujer. Su postura ante la infidelidad era, cuando menos, justísima, y hubiera podido ganarse adeptos, muchos adeptos, en cualquier otro escenario o momento. Pero, ¿en una tienda?, ¿detrás de una caja registradora?, ¿con clientes por atender?, ¿al mediodía, cuando el sol se pone en su punto y todos queremos resolver rápido? No, a esa hora, mientras la empleada se “empleaba” en otras funciones, y luego de reclamarle un poco de atención, pensaba en el tiempo que se nos va entre la indolencia de algunos, la burocracia de otros y el “lleva y trae” de quienes saben hacer de todo menos ponerse en los zapatos de los demás.

Sí, estoy obsesionada con el tiempo, que no con la edad. Lo aclaro antes de que las interpretaciones se giren hacia ese lugar común que sitúa a las mujeres aterrorizadas con el almanaque que obliga a envejecer inexorablemente. Hablo de las 24 horas de mi día, esas que a veces no logro manejar porque otros se apropian de ellas. Y parece que la “cosa” se pone peor en estos meses de asueto, cuando muchos parecen haberse puesto de acuerdo para irse de vacaciones sin suplentes, y las gestiones se paralizan o, en el mejor de los casos, se ralentizan porque “somos menos gente trabajando”.

Tengo una amiga enredada en trámites para cambiar a su pequeño de círculo infantil a causa de una permuta de hogar inminente. Luego de terminar mareada con el dale para acá y dale para allá firmando cartas, ha desistido al menos hasta septiembre, cuando los funcionarios se incorporen a sus puestos de trabajo. Y yo me pregunto, ¿acaso no se tiene en cuenta una planificación para estas merecidas vacaciones? ¿Por qué la soga se rompe por el lado más débil y la madre trabajadora tiene que postergar su problema? Otra vez sale al ruedo el vapuleo con el tiempo de los demás como si de nada se tratase.

Ojalá la cuestión fuera solo en julio y agosto, pero sobran los ejemplos de la cita que se concreta una hora después porque quien debía recibirte estaba “resolviendo una urgencia” como si la tuya no lo fuera; los establecimientos que abren a cualquier hora, aun teniendo el horario más visible que el nombre del lugar, y nada pasa porque al final no hay muchas más opciones para escoger; o las oficinas de trámites en las que te desangras recogiendo documentos de un lugar a otro y te “consuelan” con que “lo tuyo puede demorar quince días, tres meses, un año…”, como si el tiempo fuera eterno, moldeable, rescatable.

No se trata de una exageración o la testarudez de una periodista que se exaspera con bagatelas. Si pudiéramos contar los minutos que perdemos por causas demasiado ajenas a nuestra voluntad, la cifra daría para vivir otros días, otras semanas, otros meses.

Tiende a risa cuando sucede lo contrario, cuando concluyes en un día la gestión, y entonces miras desde la sospecha la cara que te dijo “buenos días, el director está esperando en su oficina para la reunión”, o la mano que te extendió el documento que andabas esperando. Y terminas preguntándote si querrán algo más de ti, si no les bastará con las gracias, si habrá que meter, además, alguna mano en el bolsillo. Entonces lo que debiera ser norma se convierte, por el descuido de muchos, en excepción.

Y es que en la mira del administrador, la dependienta fustiga la infidelidad mientras tiene a una pila de gente que atender. En la mira del cliente, la tienda abre a deshora sin que este se rebele siquiera. En la mira del director de la oficina de trámites proliferan la desidia y los funcionarios indolentes, másteres en hacer perder el tiempo. El día que a cada cual se le exija por su eficiencia y en correspondencia se le pague al final del mes, o cuando se escuchen los reclamos del cliente que hace siglos dejó de tener siempre la razón, entonces serán menos los minutos tirados al caño.

Mientras ese momento llega (tiene que llegar necesariamente porque actualizar Cuba es también reconciliarla con el tiempo de todos) seguiré preguntándome quién es dueño de mis 24 horas diarias. Por mi parte seguiré tomando pastillas de paciencia contra infartos prematuros y colgándome el cartel de problemática cuando el robo de minutos llegue a límites de escándalo, como en aquella ocasión que protesté las dos horas de retraso en abrir una tienda en Santa Clara y la dependienta me dijo que si no me gustaba me fuera a comprar a otro lado. Según me han dicho, luego de las reclamaciones pertinentes, las visitas de directivos a mi hogar, las disculpas institucionales y hasta personales, la empleada en cuestión se ha hecho oyente habitual de Radio Reloj. Por un grano de arena se empieza, ¿no?


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Leticia Martínez Hernández

Madre y periodista, ambas profesiones a tiempo completo...

Se han publicado 5 comentarios


Ana M
 27/8/13 15:47

Está de más que te diga que me gustó mucho y quien no ha sufrido en carne propia estos problemas de pérdida de tiempo por el burocratismo autoimpuesto, jajajaj.

Alien
 20/8/13 13:48

Muy buen artículo, solo te faltó nombrar al responsable del robo de tiempo: El salario. Y con esto no me refiero a que sea mucho o poco (cosa sobre la cual también habría que escribir) sino a la injusticia con que el mismo es asignado. Esa dependienta que te hizo esperar, cuando llegue su fecha de pago recibirá el salario completo (si no ha faltado o llegado tarde) sin importar lo satisfecho que los clientes hayan quedado con el servicio/producto por esta ofertado. Aquel que vende cigarros y ron en un establecimiento del estatal puede darse el lujo de hacernos esperar porque, compremos o no, su salario es invariable por este motivo. El día que el salario dependa DIRECTAMENTE de las ventas de la entidad entonces estaremos hablando de un comercio en donde la satisfacción del cliente será REALMENTE la prioridad. Solo basta ver en los nuevos modelos económicos que se están desarrollando (Cafeterías, Paladares, Mini-Tiendas de Ropa/Calzado, Prestación de Servicios…) como es el trato recibido por parte de personas que en la mayoría de los casos no han estudiado ni pasado curso alguno para lidiar con público, pero que tienen bien presente que cada persona que a su local se acerca es un posible cliente, y cada cliente contribuye económicamente al mejoramiento de su estilo de vida. La actitud actual (casi) general es “Para que esforzarme si al final siempre me voy con la misma cantidad”, y eso está mal.

Tábano
 20/8/13 10:39

INTERESANTE Y ELOCUENTE TRABAJO LETICIA. YO AGREGARÍA ADEMAS DE LAS 24 HORAS DEL DIA LAS DECISIONES SOBRE IMPORTANTES ASUNTOS QUE IMPLICAN LA VIDA LABORAL O SOCIAL Y USTED NO SABE NI QUIEN NI POR QUE DE ESA DECISIÓN. PONGAMOS POR EJEMPLO: UN ALTO VOLTAJE COMO CONSECUENCIA DE UN INADECUADO TRABAJO EN LA INSTALACION DE UN TRANSFORMADOR ELECTRICO, OCASIONA LA DESTRUCCION DE MULTIPLES EQUIPOS ELECTRONICOS EN VARIAS VIVIENDAS QUE PAGAN RELIGIOSAMENTE LA FACTURA ELECTRICA,SEGÚN LA RELACION CONTRACTUAL, PERO LA UNION ELECTRICA (UNE) NO TIENE RESPUESTA O ETERNIZA LA SOLUCION PORQUE EL PROVEEDOR QUE TIENEN CONTRATADO NO LE HA ENTREGADO LOS EQUIPOS A REPONER. QUIEN PUEDE CONTRA ESO? UN CODIGO CIVIL TOTALMENTE INOPERANTE CUANDO SE TRATA DE EMPLAZAR A ENTIDADES ESTATALES?. TODO LO QUE USTE HA DICHO ESTA RECOGIDO EN ESA NORMA JURIDICA APROBADO POR NUESTRO PARLAMENTO. POR QUÉ NO SE HACE CUMPLIR, PORQUE SU TIEMPO, LAS DECISIONE QUE LE AFECTAN, LOS EQUIPOS QUE DEBEN REPONERLES ETC, ETC, TIENEN UN RESPALDO LEGAL. QUIENES SON LOS LLAMADOS A RESOLVER ESTO?

Chacha
 20/8/13 10:35

Me parece un buen comentario porque como usted yo he tenido que sufrir este tipo de inconsiente y no es solo el que alguien llega tarde o en vez de atender al publico se ponga a hacer algun comentario que en realidad a uno no le intereza y que tiene que oir porque no tienen la delicadesa de hablar sus problemas personales en vos baja, es tambien el tener que soportar que el que llege al mismo lugar que uno mucho mas tarde pero con mejor ropa y una jaba llena tenga mas prioridad que tu, no se hasta cuando las diferencias economicas de este pais nos van a estar afectando

Ramiro
 20/8/13 9:27

En Inglaterra aprecian tanto el tiempo que tienen un monumento con un reloj inmenso para que todos lo vean y entiendan que en esta vida solo tenemos....tiempo.Y el tiempo es oro. Pero no aquí. Aquí en Cuba el tiempo es como un juguete y somos muy lúdicos con él. Sobre todo con el ajeno. Nada empieza a su hora y ser puntual roza con la tontería.Yo, si no abren en tiempo,me voy, si no me atienden, me largo y si no resuelvo, prescindo, aunque termine en elmuro del malecón emborrachandome con el salitre y con la peor de las depresiones, de esas que te dejan la mirada fija en el horizonte...

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