miércoles, 8 de mayo de 2024

Viaje a la cima de la piedra

Por sus curiosidades geomorfológicas, patrimoniales y paisajísticas, un paraje santiaguero ha ganado fama universal...

Igor Guilarte Fong en Exclusivo 14/12/2017
1 comentarios

Bien se puede decir que esta piedra vale lo que pesa. Con una masa calculada de 63 000 toneladas (superior a un barco mercante moderno); 51 metros de largo, 30 de ancho, 26 de alto; y en cuya superficie caben de pie decenas de personas, tiene el tercer lugar en el Guinness de las rocas.

Se conoce con el nombre de Gran Piedra y, como su nombre lo indica, es un peñasco descomunal que parece dormitar sin fin, a 1225 metros sobre el nivel del mar, en la cumbre de una puntiaguda montaña.

Gran Pieda
Desde el siglo XVIII esta montaña mágica ha servido de inspiración para poetas y cronistas. En la actualidad se mantiene como motivo de postales y fotografías e imán para el turismo.

En sus contornos aún se descubren las ruinas de señoriales haciendas y sinuosos caminos que constituyen huellas de los colonos franceses —emigrados de Haití luego de la primera revolución latinoamericana— y arquetipos de la arquitectura vernácula e industrial de la época colonial, declarados por la UNESCO desde el año 2000, Patrimonio de la Humanidad.

TEORÍAS DE LO SORPRENDENTE

Tan colosal como la piedra misma es el enigma de su origen. Quien la ve no deja de preguntarse cómo pudo posarse allá arriba semejante pedrusco. Nadie lo sabe con certeza. Una hipótesis sugiere que pueda deberse a un meteorito caído, con puntería caprichosa y milimétrica, hace millones de años en la cima de la montaña. Como en este mundo tiene que haber de todo: no faltan aquellos que lo ligan a la mano extraterrestre.

No obstante, de la investigación científica realizada en la década de los 80 por un equipo multidisciplinario ruso-cubano se deriva la versión más aceptada.


A partir de los estudios estructurales, geofísicos, geoquímicos y estratigráficos del área, los expertos concluyeron que la piedra es una ignimbrita, resultado del último hecho volcánico del archipiélago, ocurrido en el Paleógeno y que cesó hace 50 millones de años; coincidente con la secuencia de formación de las minas de El Cobre que con fuerza descomunal despidió por los aires fragmentos de tobas en estado semifundido.

La erosión natural haría el resto para modelar el relieve de este guijarro súper XXL, toda vez que su cuerpo presenta resistencia al viento, la lluvia y otros eventos atmosféricos.

SUBE, SUBE… HASTA LAS NUBES

Para subir hasta la Gran Piedra se necesita un calzado cómodo y una mochila cargadita de agua y alimentos ricos en energías. Pero, sobre todo, requiere una sobredosis de entusiasmo y voluntad, máxime si se pretende vencer los opresivos 14 kilómetros que van desde la Carretera de Siboney hasta la villa turística, donde nace la escalera que conduce directo al bloque.

La vía de acceso hasta esa base hotelera es empinada y de pronunciadas curvas, tan exigente para los vehículos como para los valientes de a pie. Lo más que suben son taxis de turismo, camiones de Forestal y carros particulares que cobran tarifas nada módicas para bolsillos corrientes. De ahí que una de las principales quejas de lugareños y excursionistas sea la falta de un transporte público funcional.

Gran Piedra
En esa travesía a la cumbre unos no tienen más remedio que pedir “botella”. Otros, los más aventureros y resistentes, ponen a prueba su capacidad física al efectuar el trayecto entero a paso de infantería.

A lo largo del camino se disfruta de un paisaje boscoso, que a tramos deja ver el litoral distante. La neblina forma una cortina de rocío, manantiales que brotan entre raíces crean pozas donde se suele hacer una parada para coger un aire, refrescarse la cara o aliviar la sed.

El microclima de la zona de la Gran Piedra favorece la existencia de una flora abundante y atractiva. La componen variedades de helechos, orquídeas, flor mariposa, eucaliptos, pinos, cipreses y frutales. También es un paraíso para la fauna, y se pueden apreciar en su hábitat natural a carpinteros, zorzales, gavilanes, torcazas, mayitos, cartacubas y al simbólico tocororo.

Gran Piedra
Para el ascenso definitivo es ineludible remontar 452 escalones. Las nubes al alcance de la mano, el suelo alfombrado de musgos y el sigilo del pasadizo cobijado por tupida vegetación confieren cierto hechizo a medida que uno se aproxima cada vez más al encuentro con la mole. Luego de trepar una última escalerilla metálica queda la inmensa roca bajo los pies.

TURISMO DE ALTURA

La Gran Piedra representa el punto prominente de la cordillera que circunda la ciudad de Santiago de Cuba, y sobresale como una de las atracciones insoslayables del Gran Parque Nacional Sierra Maestra.

Su estratégica ubicación le otorga la condición de mirador natural, con una increíble perspectiva del mar Caribe. También allí se ubicó el radar meteorológico de igual nombre, uno de los más antiguos de Cuba y de gran utilidad en el monitoreo de huracanes.

Por sus condiciones geomorfológicas, ecológicas, climatológicas, patrimoniales y paisajísticas, este paraje santiaguero se ha posicionado como espacio ideal para practicar el turismo de aventura y naturaleza.

Para los apasionados de esta opción recreativa existe allí una instalación de 27 habitaciones, perteneciente a la cadena Islazul, que ofrece programas de senderismo, montañismo y ciclotour. El hotel Gran Piedra posee una singular arquitectura de cabañas sembradas en la ladera, las que a su vez disponen de las comodidades conforme a los estándares internacionales de calidad.

Conquistar la cima de la citada serranía será, a no dudarlo, una experiencia entretenida, una excursión de la que se regresa con interesantes anécdotas para contar; y por pasajera que sea, una de esas pocas oportunidades de estar a un dedo del cielo.

Gran Piedra
El Museo “La Isabelica”, único de su tipo en el Caribe y situado en las faldas de la Gran Piedra, luce la placa que identifica como patrimonio mundial al paisaje arqueológico de las antiguas plantaciones de café. (Foto: Claudia Rodríguez Herrera).


Compartir

Igor Guilarte Fong

"Un periodista que piensa, luego escribe"

Se han publicado 1 comentarios


ERNESTO
 14/12/17 14:40

SENCILLAMENTE INCOPARABLE...HAY QUE VERLO...PERO EL PERIODISTA DEBIO HABER DICHO QUIEN RODEO DE LA PIEDRA CON UNA PEQUEÑA VERJA ...Y CUANDO....PIENSO QUE SE PUEDE DAR MAS INFORMACION AUN..............................SALUDOS 

                          E______________________

Deja tu comentario

Condición de protección de datos