viernes, 26 de abril de 2024

Mucho Mejunje

Dicen que quien llegue a Santa Clara no puede irse sin antes haber estado en El Mejunje, una suerte de templo bohemio donde hay espacio para todos y todas...

Eileen Sosin Martínez en Exclusivo 06/04/2014
4 comentarios
Mejunje-Santa Clara
El Mejunje, en Santa Clara, Cuba.

Dicen que quien llegue a Santa Clara no puede irse sin antes haber estado en El Mejunje. En esta suerte de templo bohemio hay espacio para todos y todas: es una plaza del amor, la cultura y el respeto, una casa donde nunca se cierran las puertas.

Ramón Silverio, actor y promotor cultural, es el gran anfitrión, y más que eso, un duende, un mago que los siete días de la semana recibe al público, diversos públicos, gente de todos los colores. Aun sin conocerlo uno lo admira, porque esta es su obra, la que ha creado a pedacitos, uniendo muchas manos, desde 1984; y como tal el resultado dice mucho de él, sus sueños, sus causas y azares.

Los “Viernes de la buena suerte” atraen desde el nombre, y se pone mejor cuando tocan Los Fakires y, ya en la madrugada, surge la ronda que canta “dame la mano y danzaremos”.  

El jueves La Trovuntivitis toma la pista en su peña habitual, desde 1997. Para los niños está el domingo, y ellos disfrutan de lo lindo con las funciones del Guiñol. Ninguna jornada se parece a otra, no importa la cartelera, porque invariablemente se va a pasarla bien, compartir con los amigos, “descargar”.

Sin más lujos que árboles de framboyán, viejos neumáticos y gradas de madera, el patio resulta un escenario perfecto. Los ladrillos rojos, graffitis y poemas en las paredes completan la atmósfera de autenticidad y buena onda. Hay un bar, claro, pues como dicen los que saben, “la trova sin trago se traba”. Y también boleros, rock, filin, ritmos tradicionales, electrónica, disco… si algo jamás falta aquí es buena música, tanto en vivo como grabada.

La sala techada acoge obras de teatro y proyecciones cinematográficas. Fueron reclusos quienes participaron en su construcción, y cuando quedó terminada recibieron una tarjeta que afirmaba: “Yo construí El Mejunje”, de manera que después ellos con su familia pudieran asistir gratuitamente a los espectáculos.

Sin embargo la casa de Silverio no nació con esa buena fama. En tanto un sitio inclusivo por excelencia, fue uno de los primeros donde se realizaron presentaciones de transformistas, y donde la diversidad sexual era vista sin tabúes ni discriminación. Con los años quedaron atrás alguno prejuicios y concepciones estrechas, pero El Mejunje siempre da de qué hablar, es polémico por naturaleza. Sino sería muy aburrido, como ha confesado el propio director, que no olvida el apoyo de las autoridades provinciales.

Esta es la sede del Festival de Teatro de Pequeño Formato, además de la compañía del mismo nombre y el Encuentro Nacional de Trovadores “Longina”. Sui generis hasta en los precios, la entrada cuesta a lo sumo 5 pesos (¡solo 5 pesos!). Conviven la Peña de los Danzones y el Guateque, la galería de artes plásticas, junto a ocasionales fiestas de Halloween, pasarelas y un concurso de tatuajes.

Mejunje, literalmente, como una alegoría al “ajiaco” de Don Fernando Ortiz. Según cuenta Silverio, no ha hecho más que interpretar el alma del cubano. El nombre proviene de aquellos primeros días, cuando el proyecto cultural no tenía donde posarse, y él llevó la tertulia a su vivienda. Allí ofrecía una infusión de hierbas, a la que alguien llamó “el mejunje de Silverio”, y así se quedó.

Estuvieron dando tumbos, gitanamente, sin local definitivo, hasta que en enero de 1991 se inaugura oficialmente en la calle Marta Abreu no. 12, próximo al parque Vidal. De las ruinas del antiguo Hotel Oriente nació un lugar alegre, espontáneo, con personalidad muy suya. Un ejemplo de autogestión y labor comunitaria.

La verdad es que yo nunca he estado en El Mejunje, ni en Santa Clara. Esta es la historia que me han contado amigos y viajeros, de las fotos vistas con añoranza y sana envidia, de lo que he leído y, un poco, imaginado. Pero allá voy. Si no hay pasaje, no importa, aunque sea en botella, y seguro habrá cómplices para la aventura. ¿Quién se embulla?


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Eileen Sosin Martínez

Se han publicado 4 comentarios


VIVI*
 30/12/14 12:01

YA HACE MAS DE 7 AñOS QUE VISITO EL MEJUNJE ,Y SIN DUDA ALGUNA CREO QUE HA SIDO ALGO ASI COMO MI SEGUNDA UNIVERSIDAD ,PUES ME HA ENSEñADO TOLERANCIA ,RESPETO ,MADUREZ Y SOBRETODO AMOR PORQUE LOS MEJORES MOMENTOS DE MI VIDA LOS HE PASADO ALLI Y LOS MEJORES AMORES QUE HE TENIDO LOS HE CONOCIDO ALLI. TODOS LOS  DIAS TRAE PROPUESTAS VARIADAS Y ADAPTADAS PARA CADA UNO DE LOS GUSTOS ,ALGO QUE EN MI CIUDAD ,SANTA CLARA ,ES BIEN DIFICIL PORQUE SIN QUE SE ME LLENEN LOS OJOS CREO QUE NO PECO CUANDO DIGO, QUE ES EL LUGAR MAS CULTO Y VERSATIL DE TODA CUBA .PERO EL VIERNES EN ESPECIAL  ME ROBA EL ALIENTO ,CUANDO DE REPENTE LOS FAKIRES NOS MUESTRAN LAS RAICES DE NUESTRA MUSICA CUBANA  QUE MAS TARDE SE ENTRELASA CON MUSICA DEL MUNDO Y DE TODOS LOS TIEMPOS ,HASTA TERMINAR TODOS EN UNA GRAN RONDA Y DANDONOS LA MANOS CON PERSONAS QUE NI CONOCEMOS . MAS ALLA DE ESTIGMAS Y TABUES QUE LO SITUAN EN COMENTARIOS MUCHAS VECES DESAGRADABLES Y DESPROVISTOS DE RAZON  EL MEJUNJE ES PARA LOS JOVENES DE SANTA CLARA  COMO NUESTRA SEGUNDA CASA.SI NO LO HAN VISITADO ,SE HAN PERDIDO DE VER A MEDIA CUBA

Lilimar
 7/4/14 9:19

Es una pieza de la cultura en mi ciudad, ha variado en esencia con el tiempo, en una etapa mal visto y poco apoyado, poco a poco fue ganando un espacio en el corazón de la ciudad. tengo 48 años, nunca le he visitado, pero hoy la juventud universitaria ha encontrado allí un espacio donde reciben buena cultura, un lugar donde a precio modico del cubano de a pie que no porta cuc para una discoteca ruidosa donde la mala farandula viene cargada de malos hábitos, por suerte para los de a pie no poder ir, amén de las que no porten esos personajes; entonces pues nuestros hijos encuentran un espacio en cuyas noches comparten de la buena musica y del buen arte, en cuyas mañanas abre las puertas a los niños en determinados días, cuenta con una galería de arte para rescatar la cultura nacional, la vieja y nueva trova mantiene allí su vitalidad. En fin, que los que una vez fuimos detractores de ese espacio hoy damos las gracias a Silverio por la gallardia con la que defendió el espacio. Frase permitida: ¡Están hablando de El Mejunje de Santa Clara! Hummm... Le aseguro que para nada tiene proyectado definir personalidades u orientar sexualmente, esa definición la toma cada persona, y si bien en un momento fue visto solo para homosexuales, hoy que la sociedad ha roto la diferencia, es un lugar para todos y todas, desde el mas pequeño hasta los que peinan canas y gustan de las ofertas.

Arturo Chang
 6/4/14 13:12

¡Están hablando de El Mejunje de Santa Clara! Hummm...

Mercy
 6/4/14 10:32

Excelente lugar. Céntrico, buen ambiente. Estaba de paseo en Santa Clara y pude disfrutar de una puesta en escena fabulosa, deshinibida.

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