viernes, 19 de abril de 2024

¿Maestros vs Repasadores?

No se trata de oponer a maestros y repasadores, sino de establecer espacios de cooperación, con la familia como mediadora...

José Armando Fernández Salazar en Exclusivo 19/01/2015
6 comentarios

Hay un término en Pedagogía para referirse a la singularidad del aprendizaje de cada estudiante: las diferencias individuales. Erróneamente se ha utilizado para definir a aquellos alumnos que necesitan un mayor tiempo para absorber los conocimientos, pero también caben aquí los que tienen más talento.

La naturaleza nos hace diferentes y no todos tenemos la misma capacidad intelectual, lo que no significa que unos sean mejores que otros, sino, sencillamente, distintos y esa diversidad se corresponde con la capacidad de la especie humana para adaptarse a los cambios del medio ambiente.

Maestros de experiencia reconocen que no siempre es fácil diagnosticar los niveles de aprendizaje de los estudiantes, sin embargo, el apoyo de la familia puede ser determinante en muchos casos.

Con el propósito de ayudar a los pedagogos en este sentido, desde hace varios años el sistema educativo cubano se empeñó en reducir el número de alumnos en las aulas y propiciar una cobertura docente que permitiera disminuir la cantidad de grupos atendidos por un profesor, pero esta es una iniciativa que aún no se ha podido concretar del todo debido a la falta de profesionales.

Esta carencia de docentes repercute en la calidad de las clases y provoca insatisfacciones entre padres y alumnos, fundamentalmente cuando llega la hora de enfrentarse a las exigentes pruebas para la continuidad de estudios.

A pesar de los cambios efectuados en cursos recientes para dinamizar el modo en que se diagnostica el aprendizaje en los estudiantes, de manera general predomina el enfoque cuantitativo del conocimiento, o sea, que los resultados de una prueba de conocimientos o un índice académico, determinan el futuro profesional de un adolescente.

Como una alternativa muchos padres recurrieron a los llamados “repasadores”, un fenómeno más antiguo de lo que se cree, pero que ganó fuerza desde que fue reconocida esta actividad como una de las modalidades del trabajo por cuenta propia.

La primera alarma se disparó cuando se constató el peligro de que profesores en ejercicio se convirtieran también en repasadores, provocando un choque de intereses incompatible con los principios del sistema educacional cubano. Se tomaron medidas punitivas, sin embargo es ingenuo pensar que se eliminó por completo este riesgo.

Otras han sido las consecuencias derivadas del “fenómeno de los repasadores”.

Para ejercer esta modalidad solo hay que probar, irónicamente, que no se es maestro, o sea, que usted no cuenta con las habilidades y conocimientos imprescindibles para una labor que demanda gran compromiso social, porque se trata de formar a las nuevas generaciones. Sin ánimo de generalizar, pero no siempre el repasador es un educador en todo el sentido de la palabra.

Los repasadores generalmente son contratados para retos a corto plazo: pruebas de fin de curso, de pase de nivel. ¿Qué calidad o valores tienen los conocimientos cuando son asumidos con un ánimo pragmatista y superficial?

Aunque la tarifa varía de un territorio a otro y aquí también opera la ley de oferta y demanda, los que se dedican a repasar no suelen ofertar sus servicios por pocos dineros. Entonces, ¿quiénes son los que tienen acceso a esta posibilidad? ¿No es esta una forma de limitar el principio de igualdad de oportunidades para todos?

El fenómeno de los repasadores no considero que sea algo negativo, sino reflejo de los cambios socioeconómicos que están ocurriendo en el país y consecuencia de las fisuras del sistema educacional.

A pesar de que el Estado cubano ha dedicado más de un 10 por ciento de su Producto Interno Bruto al sector de la docencia, es apremiante un perfeccionamiento que le permita elevar la calidad de las clases y establecer métodos y didácticas para evaluar a los alumnos de acuerdo a sus capacidades.

Al mismo tiempo resulta reduccionista el criterio de muchos padres de apelar a los repasadores cuando su hijo no obtiene los resultados escolares esperados, obviando otras estrategias más convencionales y emotivas, que pasan desde compartir con él las horas de estudio hasta establecer espacios de confianza que permitan detectar preocupaciones o crear motivaciones.

No se trata de oponer a maestros y repasadores, sino de establecer espacios de cooperación, con la familia como mediadora, para beneficiar el proceso de aprendizaje de los niños, adolescentes y jóvenes, y que los conocimientos que adquieran sean más útiles que los necesarios para marcar con una X la casilla correcta de un cuestionario.


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José Armando Fernández Salazar

Para mí no hay nada mejor que estar con los que quiero, riendo y escuchando a los Beatles

Se han publicado 6 comentarios


jesus
 19/1/15 16:10

El mejor repasador? el padre y la madre , junto al muchacho.Tengo 4 hijos varones, de ellos tres aprobaron sus niveles de enseñanza sin repasadores , solo con nosotros a sus lado, a veces con un bate en la mano , pero apoyandolos. Dos ya terminaron la universidad, el tercero estudia medicina.El mas pequeño , en el circulo. Repito , solo en caso extremo , se debe acudir al repasador. Puede ser que el maestro sea mediocre ,y de hecho muchos lo son, pero existen muchos otras formas de studiar, los libros de texto ,y otra literatura , guias de estudio , grupos de estudio. Es una verguenza que padres profesionales , no puedan ayudar a sus hijos. Y hay millones de profesionales en Cuba

LYLY
 19/1/15 15:06

Los repasadores ayudan mucho a nuestros hijos en la asimilación de los contenidos y mas en estos tiempos en que la preparación de los docentes ha decaído notablemente y de forma lamentable.Tengo una hija que cursa el 8vo grado y es asombroso los disparates y faltas de orotografía de sus profesores". ahora le han impuesto un horario que además de  hacerles perder notablemente el tiempo les impide asistir a los repasos particulares pués sale de la escuela casi a las 6.oo de la tarde, lo que además le resta tiempo de descanso y le dificulta el repaso individual en la casa

Marta
 19/1/15 14:28

Siempre he dedicado tiempo a los estudios de mi hijo, pero al llegar a su 4to grado y su maestra cambiar de escuela comenzó a tener errores ortográficos nunca antes vistos, comenzó a escribir en bloques, en fin empezó a involucionar en Español y Matemática, hablé con una maestra jubilada para que me ayudara a salir de esta situación y con los repasos de ambas la situación, fué mejorando.

Ahora salió del Servicio quiere presentarse a pruebas de ingreso en la Universidad, y hemos tenido que apelar nuevamente a los repasadores, trabaja fuera de la localizadad de lunes a viernes y la opción de la Escuela para preparase para las pruebas de ingreso no está disponible para él.

Por tanto entiendo que ambas formas deben coexistir y mas que combatirla quizás hay que brindar a los repasadores la foma de actualizarse y ponerlos en sintonía con las exigencias del sistema de educación que tenemos implementado en el país. Nos corresponde entonces velar por las desviaciones que puedan producirse y aprovechar sus ventajas

Un pueblo instruido será siempre fuerte y libre.José Martí.

 

 

José Armando Fernández
 20/1/15 17:44

Marta muchas gracias a usted y a todos los que han comentado el trabajo, coincido en muchos puntos con usted. Para realziar el artículo realicé una investigación de casi un mes y me parece que lo que usted describe es lo más sensato porque logra un equilibrio y sitúa a los estudiantes en el centro de todas las acciones para que se conviertan en personas educadas e instruidas.

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Nofretete
 19/1/15 10:45

Entre más pequeño sea el grupo  a enseñar más productivo será para los alumnos, menos estresante para el maestro aunque requiera de él un excelente conocimiento.

Es muy cierto, pero sólo si el grupo es homogéneo, aunque sea el grupo pequeño, si hay de todos los niveles la formación será mediocre.

Quizás en escuelas privadas se pueda llegar a ese consenso que todos los alumnos en un grupo de máximo 12 alumnos tengan similares capacidades de asimilación.

El maestro no solo enseña su materia, sino que prepara al alumno para lo que es la vida - el hombre en la sociedad. Por un lado va la didáctica con todos los métodos que el maestro pueda utilizar para proveerlo de la mayor cantidad de conocimientos, pero por otro lado está la parte pedagógica con la sensibilidad del maestro para formar al alumno como hombre útil socialmente.  

Por ejemplo, y eso lo conoce cualquier profesor que ha trabajado en una vocacional en Cuba.

El trabajo con esos alumnos, que para entrar allí debían traer más de 90 puntos como promedio en todas las asignaturas, es menos estresante que el profesor que ha trabajado en una secundaria o preuniversitario normal, donde hay todo tipo de capacidad intelectual. Y en muchos casos han tenido la misma cantidad de alumnos en el aula.

Que por cada 30 alumnos haya un profesor o maestro Cuba se iguala a cualquier país de alto desarrollo.

Los repasadores (me permito pensar que se le llamen así a los que ayudan a estudiantes de secundaria para arriba), que por lo regular lo que se dedican a esto, son estudiantes universitarios o profesores retirados para mejorar su mensualidad. Ellos tratan solamente la materia que van a repasar y no la formación integral.

Y por lo general, los padres pagan cuando el alumno tiene una cierta comprensión es  lenta respecto a la media de su grupo, a ningún padre le gusta que su hijo no pase de grado. El repasador repite y repite el contenido, que alumno más repite por inercia que por su verdadera comprensión. No tiene nada que ver con la calidad de los maestros ni de la educación sino que hay mucha más ambición en los padres y por eso pagan.

Por lo menos cuando yo enseñaba en Cuba pocos eran los padres con hijos sobresalientes que buscaban repasadores (de eso hace 35 años).

Muy diferente es lo que en otros tiempos se le llamaba "escuelita paga" donde asistían los niños pequeños para aprender a leer,  escribir y aritmética, que dejó de tener auge cuando empezaron los semi internados donde las auxiliares pedagógicas en la sección contraria  ayudaban a los niños a hacer las tareas y a escribir.

 

LETICIA
 19/1/15 8:52

No creo que los repasadores sean contratos para resto o cortos plazos como comenta el periodista m'as bien creo q son contratatos pata tiempo indeterminado, muchos muchisimos de los maestros que se encuentran hoy frente a las aulas no lo hacen con amor a la profesion sino por tener una profesi'on los que tenemos hijos o nietos hoy en las escuelas sufrimos mucho esta situación, los repasadores talves por q ganan más o por que en su momento fueron grandes maestros es la opción que hemos tenido para que nuestros hijos y nietos aprendan, si aprendan hay maestros frente a las alulas q escriben con una pesima ortografía, que en muchos casos no saben cuanto es 2 x2 por decirlo de alguna forma, que le llaman la atención a los estudiantes de forma que deja mucho q decear, y cuando por casualidad algún padre se les acerca para conversar del tema se molestan, igual que los Directores de las escuelas con una respuesta ya clasica no tengo a más nadie.  Esto se deberia analizar por los directivos de la Educación en Cuba, si de acuerdos tambien tenemos muy buenos maestros es como todo, solo que un mal maestro mal educa y ellos son la imagen a imitar por nuestros niños. La educacion Cubana esta dentro de las mejores a nivel internacional, esto es comprobado porque nuestros profecionales son aclamados en el mundo, pero la sociedad necesita seguir formando profecionales dignos y para ello se necesitan maestros dignos que escojan la profeción por amor, para eso los Directivos de educación deben llevar este proceso de formar maestros bien de cerca.

No quiero con este comentario que se sientan ofendido los buenos educadores esos que por amor ejercen esta profeción, sino que lo consideren aquellos que saben que no lo son, una retirada a tiempo es muy inteligente, además los que tienen que ver con la educación en cuba tengalo en cuenta. POR FAVOR

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