sábado, 27 de abril de 2024

La vacuna, Elena y una madre agradecida (+Thing link)

Durante la 56 Campaña Nacional de Vacunación Antipoliomielítica Oral serán inmunizados 471 888 niños en todos los vacunatorios del país...

Leticia Martínez Hernández en Exclusivo 22/02/2017
0 comentarios
Campaña polio, Cuba
Cerca de 471 888 niños serán inmunizados en todos los vacunatorios del país durante la 56 Campaña Nacional de Vacunación Antipoliomielítica.

22 de febrero de 1962: El periódico Hoy informa en inmenso titular: “Garantizada la vacunación de la población infantil de Cuba”. Acababan de llegar al país 2 500 000 dosis de la “vacuna caramelo”, procedentes de la Unión Soviética. La foto deja constancia gráfica de la descarga en el aeropuerto y de la presencia allí del entonces ministro de Salud Pública, José Ramón Machado Ventura. Se habla de declarar a la Isla como el primer territorio libre de poliomielitis en América.

8 de febrero del 2017: El periódico Granma anuncia el comienzo de la 56 Campaña Nacional de Vacunación Antipoliomielítica Oral, durante la cual serán inmunizados 471 888 niños en todos los vacunatorios del país. Como dato complementario —quizás el más importante porque habla de la persistencia— señala que en el periodo comprendido entre 1962 y 2016 se han aplicado en Cuba aproximadamente 83 800 000 dosis de vacuna antipolio, lo que ha garantizado la protección de la población menor de 69 años.

20 de febrero del 2017: La pequeña Elena tiene cuatro meses. En los brazos de su mamá es de las primeras en llegar al policlínico. Acostumbrada a la tranquilidad de su hogar, comienza a agitarse con la cantidad de personas que de a poco llegan. Son madres y más madres, con niños y más niños. ¿Quién es la última para la vacuna?, preguntan invariablemente. De seis en seis pasan al vacunatorio, la enfermera indaga si alguno de los pequeños ha tenido fiebre, diarreas, vómitos…o si ha tomado agua en la última media hora. Explica que el cloro inactiva la vacuna.

Como si hubiera nacido para eso, la seño de impecable bata blanca toma el bulbo en una mano y con la otra va abriendo bocas —se le da igual de fácil el que llora como el que no— y en cada una deja caer dos gotas. Les ríe a todos, ellos no saben qué acaba de sucederles. Tendrán que pasar años para que entiendan que un día cualquiera fueron inmunizados contra la poliomielitis, esa terrible enfermedad que invade el sistema nervioso y puede causar parálisis en cuestión de horas.

Más de cinco décadas después de aquel periódico que informó sobre el avión cargado de “vacunas caramelos”, la pequeña Elena recibió su primera dosis. En eso piensa la mamá mientras la aguanta para que la enfermera haga su trabajo. Nadie imagina la tranquilidad que le anida. Piensa en lo simple del hecho, en lo fácil que ha sido levantarse temprano, hacer la cola en el policlínico e inmunizar a la pequeña. Se siente orgullosa del país que habita, ese que lleva décadas “encaprichado” con que sus niños crezca sanos y dedica año tras año millonarias cifras para tal empeño. Le preocupa que con la cotidianidad se olviden las esencias. Y le retumba en la memoria la historia del abuelo que vivió años duros, tristísimos, y que con apenas cinco años no pudo corretear más porque la poliomielitis le atrofió las piernas.

En eso piensa ella y sonríe, mientras Elena “saborea” la vacuna que la pone a salvo.


Compartir

Leticia Martínez Hernández

Madre y periodista, ambas profesiones a tiempo completo...


Deja tu comentario

Condición de protección de datos