Más jóvenes con cuentas propias

“Ahora o nunca”, se dijo el joven Esteban González tras la ampliación del llamado trabajo por cuenta propia que emprende el país como parte de la actualización de su modelo económico y que sin dudas influye en las opciones de empleo juvenil. Cuenta que ha tenido otra oportunidad para crecer profesional y personalmente.

“Trabajo como elaborador-vendedor de alimento en una cafetería y salarialmente me va muy bien, aunque tenga que trabajar mucho. Con esta nueva forma de trabajo hay grandes oportunidades para un sector como el nuestro”, apunta satisfecho.

Igual sentimiento comparte Rogelio Cruz, quien se refiere a la necesidad de atender diferenciadamente a los jóvenes que se incorporan al sector no estatal, de garantizar su protección y condiciones de trabajo en el marco legal, escucharlos y tomar en cuenta sus criterios e insatisfacciones, y estimular su participación en proyectos sociales.

Como ellos, el 32 por ciento de las 444 109 personas que se vinculan al trabajo por cuenta propia son jóvenes, lo que demuestra que este grupo va creciendo en esta nueva forma de producción. Si en agosto de 2012 sumaban 62 649 los incorporados a esta forma de empleo no estatal, octubre de este año cerró con 130 243.

Una reciente investigación del Centro de Estudios sobre la Juventud (CESJ), divulgada en el XI Taller de Resultados: Diálogo sobre Juventud, aplicada en ocho provincias con fuerte presencia laboral juvenil y gran peso en la economía, destaca que la actividad donde se concentran mayormente es en la de trabajadores contratados por otros particulares.

La licenciada María Josefa Luis Luis, especialista del CESJ, dijo que los números anuncian una tendencia al crecimiento sostenido de la presencia juvenil en el sector no estatal de la economía, por lo que se hace más necesario fomentar políticas de protección laboral, sobre todo en lo referente al respeto de los contratos.

De las actividades autorizadas, a las que más se vinculan los jóvenes son: elaborador-vendedor de alimentos, carretillero o vendedor de productos agrícolas, productor-vendedor de artículos varios del hogar y transportador de carga y pasajeros, entre otras, algo que no se corresponde con la alta calificación de los jóvenes en el país.

Según develó la investigación, las provincias con mayor cantidad de jóvenes ocupados en ese sector son La Habana, Matanzas, Santiago de Cuba, Holguín, Villa Clara y Camagüey.

Aunque el Decreto Ley 268 legaliza la posibilidad de que sean contratados por tiempo determinado los estudiantes de los cursos regulares de los niveles medio superior y superior, es insignificante la cantidad de educandos enrolados en el pluriempleo. De los 93 132 pluriempleados en el sector estatal, recogidos oficialmente, solo 141 son estudiantes.

En este sentido, muchos desconocen que el Decreto establece que los estudiantes de estos niveles pueden contratarse para realizar cualquier actividad y funciones, para las cuales cumplan con los requisitos de calificación y habilidades. Ellos recibirán la remuneración correspondiente a los resultados de trabajo y se les reconocerán todos los derechos de la legislación laboral y la seguridad social. Además, su jornada laboral se pactará con la administración correspondiente, siempre que no afecte o limite su rendimiento docente.

EL SECTOR ESTATAL ES EL PREFERIDO

A pesar de estos resultados, dijo Luis Luis que el estudio reveló también que hoy los jóvenes siguen prefiriendo trabajar en el sector estatal, por la protección, garantías y seguridad que hallan y, sobre todo, por la posibilidad de superarse, algo esencial a esa edad para quienes buscan su realización personal y profesional.

La especialista expresó que al indagar sobre las fuentes para obtener los recursos económicos, el mayor número de encuestados alegó que prefiere la búsqueda de vías legales que no comprometan el futuro del país. Sin embargo, indicó, no puede restársele importancia a la franja que, aunque menor, respondió que admite sin límite alguno cualquier vía que le aporte recursos, lo que lleva a la prevención de actividades ilegales.

Hay que seguir apostando porque exista una correspondencia entre la formación de fuerza calificada y la real demanda, para que ningún egresado de cualquier nivel se vea imposibilitado de ejercer la profesión u oficio para el cual se preparó. Además, hoy existe falta de una cultura de saber demandar y ello lleva a una tensa situación en algunos territorios a la hora de ubicar a los jóvenes.

En consonancia, Jesús Ottamendis Campos, director de Empleo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, explicó recientemente que este año se ubicaron por las direcciones de Trabajo 217 623 personas, vinculadas a la producción o en actividades técnicas y de servicio; el 88 por ciento en el sector estatal, el 8 en el trabajo por cuenta propia y el 4 en otras actividades del sector no estatal. De ellos, el 71 por ciento eran jóvenes y, según su fuente de procedencia, mayoritariamente eran licenciados del Servicio Militar Activo, desvinculados y universitarios.

Dijo también que no se satisfacen las ofertas para las carreras de Ciencias Técnicas, Agropecuarias y Económicas, algo que se busca ajustar en las proyecciones. Igualmente agregó que se trabaja en la actualización de la demanda de fuerza de trabajo calificada, como base para la proyección del ingreso a la Educación Superior y la continuidad de estudios de noveno grado.

El Director de Empleo refirió que hoy se prioriza la formación de obreros calificados en perfiles que permitan laborar tanto en el sector estatal como el no estatal para garantizar la continuidad de estudios a los jóvenes que egresan de noveno grado así como también se proyecta cubrir la totalidad de las necesidades de fuerza calificada de las provincias, para lo que se prevé la posibilidad de ubicación fuera de los territorios de residencia, al amparo de la Ley del Servicio Social.

Ante los ojos de la juventud, diversos retos y preocupaciones aparecen como resultado del proceso de actualización que vive la sociedad cubana. No pocos sienten incertidumbre ante una realidad que les exige responsabilidad creciente para obtener un empleo en medio de un escenario cada vez más diverso y complejo, donde el paternalismo de otros tiempos va perdiendo presencia.

Como demuestra la investigación y también a juicio de los especialistas, muchos son los retos que asume el empleo juvenil: lograr la satisfacción de las necesidades básicas mediante el trabajo, priorizar la atención intencionada a los jóvenes incorporados al sector no estatal de la economía, estimular la participación juvenil en proyectos sociales, así como trazar estrategias para la atención a los desvinculados y propiciar su incorporación al trabajo en condiciones de legalidad.