martes, 30 de abril de 2024

Corrupción: una pelea cubana contra los demonios

En la sociedad cubana el debate sobre la corrupción aún no ha alcanzado la profundidad necesaria. Para frenar este mal solo hay una fórmula: los valores que se siembran en las conciencias de los ciudadanos desde la familia...

José Armando Fernández Salazar en Exclusivo 31/07/2015
7 comentarios

Recientemente Cubahora abrió su foro a propuestas de temas que interesaran a sus lectores y uno de los más recurrentes fue la corrupción. Se trata de un asunto habitual en los espacios informales de debate entre los cubanos, pero que alcanzó una mayor importancia cuando el presidente Raúl Castro señaló en una intervención en el III Pleno del Comité Central del PCC, en 2011, que “es equivalente a la contrarrevolución y puede llevarnos a la autodestrucción”.

En la sociedad cubana el debate sobre este fenómeno no ha alcanzado la profundidad necesaria por abordarse desde los extremos. Mientras que para algunos se trata de un rezago del pasado ya superado, otros ven en el actuar de todos los funcionarios y dirigentes evidencias de robo a los recursos públicos.

Cuando en 1510 los  españoles comenzaron la colonización de Cuba, trajeron también en sus carabelas el fantasma de la corrupción y precisamente fue una de las causas que llevó al estallido de las guerras independentistas. Luego, durante la República Neocolonial, las “botellas”, fraudes y escandalosos robos al erario público provocaron  la repulsa popular y el apoyo de la lucha revolucionaria del Ejército Rebelde.

Esta historia de desgobierno y menoscabo provocó que en el ADN de los cubanos se incorporara el rechazo a la corrupción, porque en la sabiduría popular quedaron las huellas de años de abandono a las necesidades sociales por el desvío de los recursos a manos de los politiqueros de turno.

 Al desmontar el aparato gubernamental que le antecedió, la Revolución Cubana asestó el primer golpe contundente a este fenómeno y comenzó a revalorizar los ideales martianos y la tradición histórica del país alrededor de la honradez, la sinceridad y otros valores preservados por las familias cubanas.

 En 1965 el Che habló del Hombre Nuevo y muchos creyeron que ya había nacido. Sin embargo, durante esa etapa continuaron manifestándose hechos de corrupción, los cuales se hicieron más visibles con la caída del campo socialista y el comienzo del Período Especial.

Las penurias económicas de esos años en no pocas ocasiones se convirtieron en la causa, y para algunos en la justificación, del desvío de recursos. Al mismo tiempo el asedio del bloqueo obligó a veces a actuar con discreción en las cuestiones económicas, pero ello también contribuyó a la falta de transparencia en muchos de los procesos  que se emprendieron en aquella etapa.

 El burocratismo y las divisiones económicas propiciadas por la doble moneda, entre otras causas, se convirtieron en caldo de cultivo para la corrupción. Los bajos salarios, tanto de trabajadores como de los directivos, y el subsidio excesivo para compensar esa realidad, contribuyeron a hacer más ambigua la frontera entre facilidades y uso de los recursos del Estado en beneficio propio.

 En no pocas ocasiones se abusó en el campo de las prohibiciones mientras se debilitaban los mecanismos de control, lo que coadyuvó a que existieran contradicciones entre las necesidades de las personas y la legislación o creciera la mala hierba de la impunidad.

 A pesar de ello, el Estado continuó luchando contra este fenómeno por considerarlo incompatible con los principios de la Revolución.

 Ello llevó a la creación en 2009 de la Contraloría General de la República. El Gobierno y el Partido Comunista de Cuba reconocieron el incremento de este flagelo y trazaron políticas para combatirlo a partir del fortalecimiento de la institucionalidad, una mayor preparación económica de los cuadros y la promoción de  valores en la sociedad.

 Las medidas tratan de abordar de una forma integral este fenómeno, cuyas raíces no se encuentran únicamente en las condiciones económicas.

 La filosofía empresarial cubana tiene deudas con la incorporación a sus estilos de trabajo de los procedimientos del control interno (Resolución 60), mientras que aún es escasa la transparencia en la gestión de las instituciones que consideran que no deben rendir cuentas a sus trabajadores y los ciudadanos de su labor, lo que socava el sentido de pertenencia que debe ser inherente a la propiedad social sobre los medios de producción.

 La actualización del modelo económico y social cubanos supone el fortalecimiento de otros modelos de gestión de la propiedad, como las cooperativas y el sector particular, cuya presencia en el escenario social no escapa a la aparición de nuevas formas de corrupción.

 No bastarán leyes más duras o “cacerías de brujas” contra los ladrones de cuello blanco, incluso, ni que de buenas a primeras la economía nacional se recupere y los salarios aumenten. Contra la corrupción solo hay una fórmula: honradez y decencia, valores que escapan a cualquier marco legal porque se siembran en las conciencias de los ciudadanos desde la familia.


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José Armando Fernández Salazar

Para mí no hay nada mejor que estar con los que quiero, riendo y escuchando a los Beatles

Se han publicado 7 comentarios


tf
 7/8/15 13:08

La corrupción no está atada a ningún sistema político-ideológico específico. Pueden ponerse ejemplos de personas honestas y corruptas en todas las sociedades y épocas, tanto ciudadanos comunes como personalidades y líderes, incluso dentro de organizaciones y partidos muy positivos o muy negativos.

La corrupción sí está relacionada con la formación de valores personales, las incoherencias de los modelos sociales, y la falta de democracia real. En las sociedades capitalistas de modelo occidental, la corrupción está asociada muchas veces a los centros de poder real (oligarquía financiera) que la población no elige, ni fiscaliza. Y también viene dada, la corrupción moral que es la base de las demás, por la falta de valores humanos, por la ansiedad de triunfo individual, supervivencia del más fuerte, pertenencia a los estándares de aceptación y consumo, etc. En Cuba, la corrupción a nivel de bae sí tiene estos componentes, pues al resquebrajarse el bienestar social previo, las conductas y hábitos son muchas veces capitalistas y pre-capitalistas, ejemplo la presión de grupo para fiestas de quince glamorosas y caras . Realmente no ha existido una educación marxista, sino fidelista y nacionalista, de las masas a nivel de base, por cuanto muchas personas no analizan su cotidianeidad ni se comportan según la lógica del marxismo, por lo que no pueden desarrollar los valores morales propios de éste, a la vez que el enfrentamiento a las iglesias, por diversas coyunturas y razones, justificadas o no, comprensibles o no, también minó los valores morales propios de una religión monoteísta. Y la crítica a la sociedad burguesa, eliminó la moral burguesa con el pudor público que incluía. Formando un hombre nuevo... vacío en algunas cosas, que estaba acostumbrado a acatar y seguir la corriente, más o menos.

Pero a nivel de Estado y ante grandes recursos, no son estas las manifestaciones, todavía la Bucanero no le paga a alguien de su bolsillo por tal cosa, en todo caso regalaría unas cajas (q no me consta, es una hipótesis) pero no es lo más extendido.

En las sociedades con socialismos al estilo CAME, donde siempre hay filtros, comisiones electorales, partidos únicos con prerrogativas especiales, entidades militares con poder económico, un enemigo externo a derrotar y un "compañero" que nos atiende por un órgano de control, vanguardia incuestionable públicamente y medios con censura que miran hacia arriba antes de escribir, la corrupción también está ligada a los centros de poder incuestionable y decisiones absurdas y antidemocráticas "me asignaron un carro" (y porqué no se lo compra con su salario, si el salario debe ser la expresión del trabajo socialmente útil relizado según Marx?)  "al viceministro no le gustó tu frase" (y qué importancia tiene el gusto de un viceministro en cuestiones semánticas, lo importante es el argumento) "para viajar debes tener una autorización del sindicato" (qué tendrá que ver el sindicato con un viaje, si con lo que tendría que ver, a veces no funciona) Particularmente el modelo de las "asignaciones" de cosas materiales (en lugar de un salario científicamente calculado, acorde a la responsabilidad, con evaluaciones de desempeño según resultados) genera nepotismo, doble moral y antivalores, pues el cargo lo es todo, de ahí viene todo, hay que mantenerlo como sea, y con mucho cuidado de no cuestionar al líder supremo. Y ahí es donde está el caldo de cultivo de la corrupción, pues esos antivalores pueden garantizar cierto nivel de éxito personal.

Así fue en la URSS, RDA, Hungría, Rumania,  checoslovaquia, polonia, Bulgaria y albania. En Yugoslavia fue algo diferente, único país socialista que permitía el libre viaje de sus ciudadanos al extranjero, salarios según resultados y porciento de utilidades de la entidad, con una mayor coherencia de valores morales, no porque lo slarios fueran más o menos suficientes, sino porque el contrato social era más aceptable y puro.

Todo esto al margen de que si Tito daba el ejemplo o no, no he hablado del papel del ejemplo voluntario.

El ejemplo voluntario se vuelve innecesario en gran medida cuando aumenta la democracia efectiva, con leyes y entidades realmente autónomas que fiscalizan desde la vanguardia hasta el último ciudadano, y a su vez está sujetas a escrutinio. Lastimosamente, los conflictos étnicos, territoriales y religiosos internos dieron al traste con Yugoslavia, pero era un caso interesante dentro de la Guerra Fría.

Creo que la corrupción en Cuba tiene más que ver, a niveles medios y altos, con este modelo CAME. Y mientras no se llegue a la raíz de sus causas, se analicen abierta y científicamente, se debatan con la seriedad que requieren, y se cambien los modelos de estimulación y sanción por el desempeño, se promuevan nuevos paradigmas morales y de éxito, seguirá extendiéndose y agravándose. Al final no es solo una cuestión de economía, es primeramente de valores. El éxito hasta el momento de sociedades como la iraní, en el enfrentamiento a la corrupción, no se basa en si Alá existe o no, sino en los preceptos morales coherentes y legislaciones derivadas de ellos. Nótese que a diferencia de Gadafi o Saddam, nunca hemos visto lujos ni extravagancias entre los ayatolás ni Admadinejad. La admiración a figuras como el Ché,  Mujica, Evo, Correa, Camilo, Martí, Olof Palme, Anna Lind, o Manuel Fraga (iendo de la izquierda a la derecha) se basa en su ejemplo personal de vida, pero dentro de las leyes y valores existentes o elegibles de su modelo. Elos contribuyeron a cambiar la sociedad y el mundo, pero vivieron dentro de las costumbres de su tiempo, puesto y sociedades, que permitían ser corruptos o no. En el extremo opuesto tenemos, también de izquierda a derecha, a Pol Pot, Stalin, Brézhnev, Peña Nieto, Ménem, Cheney, Batista, Suharto, Goering, que también en parte modificaron o intentaron modificar la sociedad acorde a sus criterios, pero también eligieron ser más corruptos que sus similares en parecidas condiciones.  

Lo cierto es que la corrupción en una sociedad es un índice para medir su democracia. El pueblo en general, rechaza tanto las causas como las manifestaciones de corrupción, incluso cuando  comete ilegalidades, sabe que no debetría ser así. Si sigue siendo así, entonces el pueblo no manda lo suficiente.

Tide
 31/7/15 22:54

No se puede decir que la corrupción es un fenómeno nuevo, o relativamente nuevo, producto del proceso revolucionario, o producto del criminal bloqueo de Estados Unidos a nuestro país, o por el dañino evento llamado “período especial en tiempo de paz” que tan bien hemos conocideo, o por cualquier otra afectación, pasada o reciente, producto de equivocadas o malas decisiones, hayan sido de índole  económica, social o política. El que lo diga, está bastante desubicado, o porque le tiene “los dientes clavados al jamón”. Ese ya es un mal crónico, para el que no hay ni remedio ni cura, y que cuenta más años que el Castillo de El Morro, ese mismo que “adorna” la entrada de la rada habanera.

Tal vez es la razón para que algunos echen todas las culpas por ese mal, a los “gallegos” que nos colonizaron, y los hay que culpan a la intervención político-militar y dominio de nuestra economía ejercido por Estados Unidos desde inicios del siglo XX - cuando prácticamente tomaron “por asalto” todo lo bueno que poseíamos. Y no están muy despistados en los análisis, pero algo así existe cuando aún ninguno de esos eventos había sucedido y solo nuestros primeros pobladores eran los que desandaban por nuestro actual territorio al que llamamos Patria. ¿Quién sabe?

Tal vez en aquellos primitivos tiempos algunos caciques “vivían como Carmelina”, acompañados de las mujeres más bellas, con mucha abundancia, y en un buen caney levantado donde mejor vista hubiera, a costa de los de a pie: los que pescaban, cazaban y recolectaban para todos. Y lo más curioso, en puro “comunismo primitivo”.

Arístides
 31/7/15 16:49

José Armando, te has metido en un tema que de complejo, penoso, y lamentable, se pasa. Como bien dices, en 1515 los españoles nos trajeron ese mal en sus carabelas. Con “las malas intenciones” que trajeron, que tal vez heredaron de los árabes presentes en la península por siete siglos, los primeros que jodieron fueron a nuestros primeros pobladores,  pero nosotros, los que llegamos después, desde tantas latitudes, los ya cubanos, le hemos sabido sacar buenas tajadas a esa cosa. Y parodiando la frase bíblica: “El que no haya hecho de las suyas dentro de la corrupción, que tire la primera piedra”.

Y siempre que me hablan de que cuando se ganen mejores salarios se acabará la corrupción, recuerdo la anécdota de una trabajadora de una fábrica de tenis, de lo que conocí muy de cerca, con nada despreciable salario de entonces, que por robarse un par de cordones blancos, la botaron. Unos cordones que se podían encontrar “satos”, y comprar por docenas, en cualquier quincalla del barrio o en otros comercios, por la insignificancia de cinco centavitos el par. ¿Valía la pena perder un trabajo bien pagado por esa bagatela?

Y en el central azucarero donde inicié mi vida laboral, vi a quienes “inventaban” para robarse una o dos libras de azúcar, arriesgando su puesto de trabajo, cuando ese producto, todo el que se quisiera, se conseguía a seis centavos la libra. Hago la misma pregunta que en el párrafo anterior.

Y eso sucedía antes de la revolución, pero ¿Y después? De eso te puedo contar otras historias de las que pudieran enfurecer a cualquiera que haya arriesgado su pellejo y su vida entera, por llevar adelante este proyecto imperfecto e inconcluso, aunque a muchos – incrédulos los hay - les parecería imposibles de que hubieran sucedido. Y no incluyen a bodegueros, carniceros ni sus similares, te lo juro.

Liborio
 31/7/15 13:53

La corrupción es un cáncer que corroe nuestra economía y hay que tomar medidas duras contra los corruptos y los corruptores, es hora ya de que los trabajadores cumplan su papel de guardianes y controladores de las acciones de las administraciones, que es esa nuestra principal debilidad…

cayo
 31/7/15 10:39

La corrupcion progresa donde los que se suponen honrados no la combaten, aunque estoy totalmente de acuerdo que la honradez y todos los demás valores se crean en la familia. La escuela y la sociedad en su conjunto los fortalecen.

carlosvaradero
 31/7/15 10:24

Realmente es un tema recurrente, se habla en las asambleas del PCC, en los Congresos de la UJC, de la ANEC, en las seciones del parlamento, en fin en cuanta actividad de caracter polìtico y econòmico existe en el pais, pero ahi està la corrupciòn presente...en todos los espacios de la vida social en Cuba.

Es màs fàcil echarle la culpa al bloqueo, al periodo especial y al derrumbe dle campo socialista que todo eso generò penurias y necesidades econòmicas, materiales y hasta espirituales.

Pero cuando los salarios sean capaces de sustentar esas necesidades del ser humano, y puedan satisfacer al menos las necesidades bàsicas, quizàs estaria resuelto en parte el problema de la corrupciòn.

Quieren que el hombre produzca, que trabaje que se sacrifique, pero nadie se ocupa de las necesidades de todo tipo que tiene el cubano...y de veras asi no se puede...hay que incentivar al trabajador cubano.

No estoy justificando nada, màs bien tratando de hacer ver que el problema de la corrupciòn va mucho màs allà de problemas morales y de valores èticos....es un problema de subsistir a toda costa.

Nor1
 31/7/15 10:12

pienso que la burocracia se ha fortalecido mucho con los cambios que se han realizado en la actualizacion del modelo economico. la corrupcion se ha convertido en modo de vida de muchos sectores de la sociedad y no querer verlo hace mas daño pues niega que exista o que sea tan terrible. existe de todo; desvio material, desfilfarro financiero, trafico de influencias, mercado negro de todo lo que escasea (y es mucho lo que escasea), inobservancia de las leyes, apañamiento, y una larga lista de etceteras. quizas por aquello de que lo que no se publica no existe y lo delicado del tema para nuestra sociedad la prensa solo lo trata timidamente. de esta manera seguira causando daño. se ha convertido en estilo de vida comprar lo que se venda sea de la procedencia que nadie investiga. y pienso que lo peor es que el dia que superemos la crisis economica (que será aun mas dificil con la corrupcion y la burocracia impidiendolo), cuando quizas las razones materiales y salariales no sean "justificante" tendremos que seguir arrastrando con el mal por lo enraizado. muchas gracias.

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