jueves, 28 de marzo de 2024

Logran primera foto de Tania la Guerrillera con el color de sus ojos y piel

Trabajo de museología de estudiantes alemanes permite ver en Cuba por vez primera la singular reconstrucción histórica...

Norelys Josefa Morales Aguilera en Exclusivo 31/08/2015
1 comentarios

El 31 de agosto de 1967 una ráfaga cortó la vida de una mujer de 30 años, junto a sus compañeros, en una emboscada en el vado de Puerto Mauricio, del Río Grande en Bolivia. Un soldado le disparó y un tiro le atravesó un brazo, un pulmón y le provocó hemorragia interna. Cayó al agua y fue arrastrada por la corriente. Siete días después el ejército de Bolivia la encontró, con ayuda de perros rastreadores. Fue enterrada en una fosa clandestina. Sus restos, identificados y trasladados a Cuba en 1998, reposan en un mausoleo en Santa Clara, junto a los del Che y sus compañeros inolvidables.

En el interior de su mochila había un cuaderno de apuntes donde estaba manuscrito un fragmento de Nicolai Ostrovski: “Lo más valioso que un hombre posee es la vida, se le da a él solo una vez y por ello debe aprovecharla, de manera que los años vividos no le pesen, que la vergüenza de un pasado miserable y mezquino no le queme y que muriendo pueda decir: He consagrado toda mi vida y mi gran fuerza, a los más hermoso en el mundo, a la lucha por la liberación de la humanidad”.

Un grupo de jóvenes de licenciatura en museología de la Escuela Superior Técnica y de Economía de Berlín, junto a sus profesores, han tenido la posibilidad de leer cientos de documentos y analizar fotos de esa mujer, Haydée Tamara Bunke Bider (1937-1967), Tania la Guerrillera, cuyo recorrido existencial parece agigantarse, aún con el olvido premeditado y el silencio impuesto a los ideales a que se consagró.

Los proyectos investigativos concluyeron en la exposición “Mitos y realidad de Tamara Bunke”. La muestra resume la vida de  la única mujer que formó parte de la  guerrilla liderada por Ernesto, Che, Guevara en Bolivia en la década del 60 y estará a disposición del público en el museo de la Plaza homónima en Santa Clara hasta el mes de noviembre. 

Con un concepto cronológico, los paneles abarcan su nacimiento en Argentina, sus estancias en la República Democrática de Alemania, Cuba y Bolivia. Se ve a una Tamara niña, a una joven que tocaba guitarra, acordeón y practicaba deportes, también a la agente de la inteligencia y la combatiente. Al mismo tiempo la exposición se compone de objetos personales, documentos, fotos, discos, diarios, títulos y condecoraciones que  fueron  donadas por Nadia, la madre de Tania, a la organización de solidaridad Cuba Sí, de Alemania.

Este 29 de agosto quedó inaugurada la exposición con la asistencia del héroe Fernando González y las autoridades de la provincia de Villa Clara. El profesor Oliver Rump,  un historiador apasionado, afirmó que la valiosa colección se encuentran en el mejor lugar que puede preservarlos y exponerlos a los visitantes: ese donde están sus restos y los de sus  compañeros de lucha.

Los asistentes al acto inaugural escucharon el Himno del 26 de julio traducido al alemán por Tania e interpretada por los estudiantes y su profesor.

NO TENÍAN EL COLOR DE LOS OJOS Y LA PIEL

A pesar de que existe una iconografía relativamente abundante de Tamara Bunker, no se contaba con ninguna fotografía que dejase plasmado el color de los ojos y la piel de la revolucionaria. Dos estudiantes tuvieron a su cargo determinarlo.

Veronika Johannes y Franz Mattuschka declararon que la tarea que les diera el profesor Rump era difícil. Lo único con que contaban era con testimonios que decían de sus ojos azules y su piel caucásica. Hicieron varias pruebas que mostraron a personas que había conocido en persona a Tamara.

Una de las testimoniantes fue Elizabeth Dietze, una mujer dulce, amiga de la infancia, que juró a Nadia, la madre de Tania, que continuaría su labor de explicar quién era y a qué consagró su vida su entrañable Ita, como la llamaban en familia.

Veronika,  Franz y Miriam Nather, otra joven directiva de la organización solidaria CubaSí que traducía a los estudiantes, afirmaron que ante ellos la vida de Tania cobraba emoción y altura ética.

Para Veronika y Franz el resultado les llena de regocijo y los visitantes completan un eslabón en el conocimiento de la joven de ayer que inspira a los de hoy, por encima de los olvidos impuestos y las distorsiones históricas perversas, tanto en Alemania como en otros lugares.

Los ojos de Tania rescatados a la contemporaneidad son azules, de un azul intenso. Y, en un instante de suspensión de la incredulidad, quien escribe se percata de la autenticidad del azul Habana, que por cruce inexplicable habita en los ojos de Tania, que tanto amase a Cuba y en Cuba. 


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Norelys Josefa Morales Aguilera

Periodista y escritora cubana, impulsora de Blogueros y corresponsales de la Revolución

Se han publicado 1 comentarios


Paulo
 11/10/23 23:27

Es apasionante la historia de Tania, no entiendo porque se fue a Bolivia. Nunca tuvo que haber ido. Habrá pensado que sería al igual que en Cuba. Saludos

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