viernes, 19 de abril de 2024

Último encuentro con el Che (+Fotos) (+Video)

Octubre del 67 nos hirió para siempre. El día 9 había sido asesinado en La Higuera, en Bolivia, el Che Guevara...

Luis Pavón Massó en Exclusivo 09/10/2012
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Ernesto Che Guevara
9 de Octubre del 67 nos hirió para siempre, fue asesinado en La Higuera, en Bolivia, el Che.

La última vez que estuve junto al Che fue a principios del 65. Él había hecho un largo viaje, habíamos publicado en la Revista Verde Olivo su discurso de Argelia, entonces polémico. Fui a verlo esta vez, como solía, dos o tres veces por semana, para consultarle algún tema relacionado con Verde Olivo, que el siempre atendió, y, principalmente porque pretendía un artículo sobre su viaje.

Che, generalmente y salvo ocasiones de suma urgencia, escribía según su propio plan, sin especial atención a la oportunidad periodística. Me dijo sencillamente que no lo haría. Insistí ofreciendo variantes. Argumentó que iba a cortar cañas a Oriente. Insistí, lo acompañaría, en algún tiempo me dictaría impresiones o haríamos una entrevista. No. Me acuerdo que aquel día comió, en mi presencia, unos melocotones en conserva. Cosa rara. Sin duda algún regalo o el envío de la firma que los comercializaba. Raro sobre todo porque el Che comía sólo lo que todos. Ésta vez lo hacía, a sabiendas, de algo no común. Pero estaba alegre, gustaba la fruta, y la devoró con avidez casi infantil. Por supuesto, sin la cortesía formal habitual de ofrecerlo a la visita. A pesar de la negativa a mi propuesta, hablamos largo rato. Al salir, me entregó la copia del artículo que escribió para "Marcha", de Uruguay, que por Verde Olivo se conocería entre nosotros: El hombre y el socialismo en Cuba. Polémico entonces, hoy sacralizado pero no por esto menos negado por algunos.

Así, mi último recuerdo fue, ambos sentados ante una mesa —comúnmente lo hacíamos en el suelo— hablando de distintos temas menos del que más me interesaba, por él rehusado de plano y al que yo volvía con insistencia tan tenaz como improductiva.

"El hombre y el socialismo…" se publicó mientras me iba para Oriente a buscar al interlocutor esquivo a mis fines del momento.

Al recordarlo puedo parecer, incluso ante mí mismo, tonto de capirote. El Che había dicho, más de una vez, sus anhelos por la libertad de otras tierras. No se me ocurrió que aquel era el momento. Pronto empezó a notar Cuba entera que estaba desaparecido. En aquellos días se preparaba para irse o se había ido ya. Yo seguí buscándolo, en los campamentos cañeros, por Oriente. Hasta que convine en que allí no estaba. Supongo que, si supo mi peregrinar, se habrá reído.

Por orientación del entonces Ministro de las FAR, Raúl Castro, el artículo se repitió en las páginas de "Verde Olivo", ahora con nota "destinada a Círculos de estudios de Oficiales". Cuando los deslenguados atribuyeron la ausencia del Che a fantasmagóricas discrepancias, un lúcido escritor argentino acudió a aquella nota: "¿Discrepante y se daba a los soldados como estudio un artículo suyo?" Poco a poco se presumía que estaba fuera de Cuba. Fidel lo anunció públicamente al leer su carta de despedida en la constitución del Comité Central del Partido, el 3 de octubre de 1965.

Estuve, creo que todos estuvimos, desde entonces siempre seguros de que volvería triunfante.

Octubre del 67 nos hirió para siempre. El día, 9 había sido asesinado en La Higuera, en Bolivia.

Lo primero que conocí al respecto fue la trágica, patética foto de la UPI. El hombre que se había batido por nuestra libertad en nuestros campos y se había esforzado día a día, junto a Fidel, en la construcción del socialismo, yacía allí, tendido. No quise creerlo. Consulté a otros compañeros que lo conocían. Sí, era él, decían. Yo quería dudar.

Era él.

El día ocho, con el arma inutilizada y herido, cayó prisionero en la Quebrada del Yuro. Fue trasladado a la Higuera, donde se le llevó "hasta la escuelita de adobe, paja y piso de tierra. Con dos aulas separadas por un tabique de madera… En una de ella, pusieron al Che", según detallan Adys Cupull y Froylan González en el imprescindible "Gigante Moral", minuciosamente.

El Gobierno norteamericano lo supo y determinó el final. El día 8 a las 11 de la noche el Embajador de Estados Unidos en La Paz comunicó al Presidente de Bolivia la decisión de eliminar al Che.

En La Higuera, una de las últimas personas en verle fue la maestra Julia Cortés- "Era un hombre cabal, justo y noble", diría ella que había ido llena de aprehensiones.

La CIA y los guardias bolivianos dieron a Mario Terán la misión de matar al Che. Hizo varios esfuerzos. No podía dispararle. Lo emborracharon. Vacilaba. Diez minutos después de la una de la tarde del día 9, cerrando los ojos, se atrevió a disparar, según contaría. También le disparó el agente de la CIA Félix Ramos. Che que no sólo respetó la vida de los prisioneros enemigos, los curó como médico, era asesinado.

Lo enterraron en un recóndito lugar, para que no fuese jamás encontrado. Tras larga búsqueda, a principio de julio del 1997, los restos de él y sus compañeros fueron hallados e identificados.

El 17 de octubre de 1997 recibieron definitiva sepultura en el Mausoleo de la Plaza de la Revolución Ernesto Che Guevara de Santa Clara donde se encuentran. Allí Fidel pudo señalar que el Che y sus compañeros venían como un refuerzo:

"Veo al Che como un gigante moral que crece cada día, cuya fuerza, cuya influencia se ha multiplicado por toda la tierra"

No era falso el sueño de ayer. Como bandera combativa volvía victorioso y así lo muestra la América de hoy.

Son los sueños todavía" por Geraldo Alfonso


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Luis Pavón Massó

Se han publicado 1 comentarios


Omar Rangel
 9/10/12 9:27

El "CHE" el ser más humano que he conocido..razón tiene el Comandante Fidel la decir que si queremos que nuestros hijos sean como el "CHE"..

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