sábado, 20 de abril de 2024

El día que asesinaron a cuatro héroes

Muchos hemos oído hablar del crimen de Humboldt 7, mientras otros todavía recuerdan aquel horrendo crimen perpetrado por esbirros de la tiranía batistiana...

Raquel Marrero Yanes en Exclusivo 20/04/2012
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Martires de Humbolt7
Westbrook y Machado, víctimas de una traición, son asesinados junto a sus compañeros.

Muchos hemos oído hablar del crimen de Humboldt 7, mientras otros todavía recuerdan el horrendo crimen perpetrado por esbirros de la tiranía batistiana, el 20 de abril de 1957, a cuatro integrantes del Directorio Revolucionario.

Resulta que días después del asalto al Palacio Presidencial, el 13 de marzo de 1957, la mayoría de los integrantes del ejecutivo del Directorio se reunían en la casa del compañero Andrés Silva, en la calle L en el Vedado capitalino, con el objetivo de analizar las acciones armadas de Palacio, Radio Reloj, y estructurar la organización.

Se encontraban presentes aquel día: Fructuoso Rodríguez, Joe Westbrook, Faure Chomón, Julio García Olivera y Enrique Rodríguez. Allí se tomaron varios acuerdos, entre ellos designar a Fructuoso secretario general del Directorio Revolucionario, ante la heroica caída en acción de José Antonio Echeverría, y publicar un documento dirigido al pueblo explicando los sucesos acontecidos aquel día.

Trascurrida una semana, el ejecutivo se volvía a reunir, esta vez en el sótano de otra casa en el Vedado. Nadie imaginaba que sería la última reunión que presidiría Fructuoso, ya que el 20 de abril cayó vilmente asesinado junto a Juan Pedro Carbó, José Machado y Joe Westbrook, cuando, víctimas de una cobarde delación, fue asaltado el apartamento donde se ocultaban, en la calle Humboldt No. 7, en La Habana.

Fueron realmente angustiosos y tensos los momentos vividos por estos héroes en los días posteriores a las acciones del 13 de marzo. Gracias a su audacia y arrojo evadieron durante algunos días, en medio de una ciudad estrechamente vigilada, la persecución de la jauría batistiana.

La situación del grupo revolucionario se hacía sumamente difícil cada día. Poco a poco iban cayendo en manos de la tiranía los apartamentos que el Directorio había utilizado en los preparativos del 13 de marzo.

El cerco de los esbirros se iba estrechando cada vez más y el sótano era ya un lugar “quemado”, pues lo conocían mucho de los acuartelados para las acciones armadas.

En medio de la tensión, algunos de los jóvenes perseguidos, por motivos de seguridad comenzaron a buscar refugio en otros lugares.

Poco después pasaron a un apartamento en el Cerro, y luego a otro en el Vedado. Cuando decidieron abandonar ese lugar por motivos de seguridad fueron para una casa cerca del antiguo Cementerio de Espada, quedando definitivamente unidos en la Víbora.

En la madrugada del 15 de abril observaron que un carro patrullero vigilaba la cuadra. En la madrugada siguiente vieron también al carro en la zona. Fue cuando pensando que estaban rodeados y que el choque con la policía era inevitable, rápidamente los tres combatientes se vistieron y armados de sus pistolas, salieron a la calle dispuestos a enfrentarse con el enemigo, pero no pasó nada, todo era una falsa.

Asimismo volvieron a trasladarse a otra casa. Avanzada la madrugada los tres dirigentes estudiantiles, después de caminar varias cuadras tomaron un ómnibus hasta el lugar.

La situación era difícil. Los esbirros trataban de localizar a los asaltantes a Palacio, practicando registros sorpresivos en las viviendas, deteniendo a ciudadanos, torturándolos, buscaban una pista de dónde estaban los revolucionarios.

Eran mucho los días de insomnio y tensión por lo que deciden cambiar de habitación para Nuevo Vedado hasta que le consiguieron albergue cerca del Malecón, donde permanecieron hasta la noche del día 19.

La mañana del día 20 parecía normal, nada presagiaba lo que acontecería esa tarde, cuando un delator (ejemplarmente castigado después del triunfo revolucionario), de la policía batistiana conocía el lugar donde se ocultaban los dirigentes del Directorio.

Aproximadamente a las cinco de la tarde, un grupo de asesinos rodearon el edificio y golpearon las puertas del apartamento y penetraron sedientos de sangre.

Los jóvenes, sorprendidos, con solo tres armas trataron de escapar. Joe llegó al apartamento de los bajos y, con permiso de la vecina, se sentó en la sala y disimuló ser una visita.Cuando tocaron a la puerta, Joe abrió. Los esbirros saltaron sobre él. Cuando caminaba por el pasillo, abrieron fuego. Las ráfagas de ametralladora lo desplomaron y murió instantáneamente.

Los otros jóvenes, desconociendo que estaban rodeados por fuera y por dentro del edificio, salieron en distintas direcciones. Carbó trató de llegar al elevador cuando los esbirros le dispararon criminalmente. Mientras Fructuoso y Machadito saltaron al pasillo. La altura era muy grande. Cuando cayeron al suelo Fructuoso quedó inconsciente y Machadito se fracturó los tobillos.

Luego de llegar a ellos, los esbirros remataron fríamente a los revolucionarios. Fue así que los cuerpos de los cuatro valerosos dirigentes del Directorio fueron arrastrados por la acera hasta la esquina siguiente. Ante la indignación del pueblo, que gritaba: “¡Asesinos!”. Las ráfagas de ametralladoras trataban inútilmente de silenciar la justa ira popular.


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Raquel Marrero Yanes

Se han publicado 2 comentarios


Carlos A. Villanueva Morgado
 30/7/15 17:50

los esbirros dispararon para que los vecinos del lugar rodeados de edificios bastante poblados no vieran la masacre. ventura contaba alli con dos informantes,pues habia sido policia del lugar: un chino que vendia verduras en la zoan, que despues de ello desaparació del lugar y el dueÑo del bar "Detroit", igualmente del ascensorista del edificio "CarreÑo"cuando ventura se buscaba la vida en la zona al haber sido expulsado de la Guardias Rural en Matanzas por los abusos cometidos. Ventura legó a acumular alrededor de 27 causas criminales.

A nuestro apartamento (el 46 del Edificio Residencial Cantera) se le ametralló sin miramientos y solo por la accion rapida de mi padre el que estas lineas escribe, su hermano y nuestra madre salvamos la vida, aunque las balas entraron a nuestro cuarto y rompieron los juguetes y adornos sobre la comoda del lugar. de milagro salimos con vida, pues todos los vecinos que conocieron al Ventura buscador de prostitutas a los marineros estadunidenses en el prostibulo conocido por "el buque"(hoy una instala cion adminsitrativa del Intur, frente al bar San Juan, le gritaron asesino y cobarde y otros epitetos impublicables en el momento del hecho.

Hubo un fiscal que intentó llevar a los participantes a los Tribunales y fue amenazado por Ventura y sus secuaces, esa es otra historia derivada de este monstruoso hecho, donde el asesino ganó lauros sobre los de su jauria , entre ellos quien fuera el asesino de las hermanas Giralt; pero eso es tema para otra historia.

pedro
 30/4/12 23:07

! Viva Cuba ! Viva Fidel!

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