miércoles, 1 de mayo de 2024

Con más penas que glorias terminó el campeonato Sub-23

Un torneo tan importante para el béisbol cubano necesita de la mayor atención posible. Ahí está, en gran medida, el futuro inmediato de nuestro deporte nacional...

Norland Rosendo González en Exclusivo 30/06/2018
2 comentarios
Sub 23 comentario final
El torneo sub-23 no debe morir, ni siquiera palidecer más.

La quinta temporada del campeonato cubano de béisbol sub-23 (más sus agregados, porque a algunos lanzadores se les permite participar con más edad) ya es historia. Terminó con un campeón que nadie previó y con varias preguntas.

Terminó, incluso, con unos play off semifinales raros: uno delante y otro después. Cuando un equipo ya era finalista, aún no había empezado el otro cruce. Uno de fiesta, entrenando; los candidatos a ser el “otro” jugando, sudando bajo el sol y algunas nubes que amenazaban con estirar aún más la agonía.

Así, Las Tunas e Isla de la Juventud terminaron siendo los adversarios por la corona. Primero lograron sus boletos dejando en la cuneta a otros que traían más abolengo, y después ambos voltearon a unos rivales (Granma y Cienfuegos, respectivamente) que parecían más fuertes que ellos.

La final, como las semifinales, duró todo lo que podía. Ni un juego se ahorraron. Pese al fútbol —Mundial, que no es poca cosa— hubo emociones en las gradas del Mella y el Cristóbal Labra; en este último, mucho más. Porque fueron campeones, y porque allí siempre hay jolgorio cuando de pelota y Piratas se trata.

Que con las glorias no se olviden las memorias. Este es un torneo imprescindible para el béisbol cubano. Ahora más que antes y más, incluso, que lo que debiera, pero en el contexto actual que vive nuestro deporte nacional ese campeonato es una vitrina para ver con qué fortalecer las selecciones principales de cada provincia para la Serie Nacional.

No son pocos los muchachos que tienen que “coger un diez” y sumarse, quizá sin la madurez física y técnica necesaria, al evento élite. Pero no queda de otra. Sigue el éxodo y eso resiente. Hay que suplir las vacantes.

El Sub-23 merece entonces más atenciones, que no sea un campeonato más del sistema competitivo. De hecho, ningún certamen debe ser uno más. Pero este, por lo que representa, por la antesala que es, requiere de distinciones.

Algunos dicen que debe ser una justa para formar; otros que una competencia en sí, con todas las de la ley. Lo cierto es que hay que definir bien ese asunto. Ahora mismo no es ni lo uno ni lo otro. Se queda a mitad de ambos caminos. Quiere ser una cosa y la otra también. Y en definitiva, se queda corto.

Una vez hubo un torneo paralelo a la Serie Nacional que servía para subir y bajar jugadores. Era una suerte de liga menor que fracasó por muchísimas razones; incluso, porque aceleraron su abdicación cuando pudo ser perfeccionada, enriquecida, mejorada. Pero murió, y muerta quedó.

Simultáneamente, es difícil de sostener. La economía cubana, y del Inder, por tanto, es compleja. Y mantener 32 equipos a la vez jugando, viajando, alojándose en hoteles, no es asunto sencillo. Sin embargo, la idea no era mala y ahí sí el campeonato menor podía funcionar para preparar física, técnica y hasta tácticamente a los muchachos, de acuerdo con las necesidades del elenco mayor.

La temporada sub-23 antes que la Serie Nacional tiene otras connotaciones. Los jugadores quieren sobresalir para ser convocados, y los directores quieren ganar —el championismo, el maldito championismo que tanto corroe, que tanto limita—. Algunos mentores saben que de sus resultados en esa liga depende su posible ascenso al elenco grande. ¿Quién no aspira a dar ese paso?

Ahí hay una pregunta para el debate, no es una interrogante nueva, pero sigue en la palestra: ¿se premia el desarrollo integral o el resultado competitivo?

A lo interno, este torneo ha ido mutando de estructura. Al principio se jugaba solo dentro del grupo y clasificaba el líder de cada uno de ellos; luego se extendieron los partidos por cada zona y avanzan los dos mejores de cada región: dos por occidente y dos por oriente, sin importar el grupo, aunque no se juegue la misma cantidad de partidos contra todos los adversarios.

Es hora de estudiar una fórmula en la que haya una ronda de todos contra todos, no importa que se siga clasificando por regiones. Un pasito más sería mejor. Que no solo el país se una cuando se vean las caras el campeón de oriente contra el de occidente. Podría ser antes, que todos los equipos se midan. Quizás hasta se podría efectuar un juego de comodines. Se sabe que los play off son el ingrediente infaltable del espectáculo.

A lo mejor un día este sea el campeonato nacional, donde estén representadas todas las provincias, con una flexibilización en el límite de edad, y se juegue previo o a la par de una Liga Cubana de Béisbol. Quién sabe. Puede ser, puede que no.

Pero el torneo sub-23 no debe morir, ni siquiera palidecer más. Ahí debe haber, además, ciencia, tecnología, recursos y mejor organización. Todavía duele que La Isla no haya tenido alojamiento en Cienfuegos cuando debía para empezar en tiempo la semifinal. ¿Alguien pagó por eso?

Por suerte, hubo conga en La Isla.


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Norland Rosendo González

Vivo de aprender todos los días a contar historias. Ya voy por el prescolar en la escuela de la vida. Me escapo del mundo para ver un juego de béisbol.

Se han publicado 2 comentarios


aaa
 2/7/18 9:42

Buenos dias si existieran comentaristas y periodistas como ud. no solo la serie sub-23 tendria tanta espectativa sino se rescataria lo perdido en nuestras serie y en nuestro deporte nacional ,es cierto que el mundial de futbol es algo grande lo dice es un mundial pero no solo se sigue por eso sino por las grandes figuras que juegan en eelos pero fijense que no hay ni un cubano ni ningun equipo cubano interviene en ellos por lo tanto hay que fortalecer esos equipos que pueden despegar de jovenes talentos y no dejarlos por los que convertimos en vitalicio y son por hoy los que nos tienen enterrados pues se conforman con pasear y disfrutar de esas comodidades de los hoteles mesa buffet,trajes nuevos por solo participar entre ellos mismos como la serie triangular entonces el sub-23 que recibio luna camisa,ni zapatos,ni guantes ni pantalon inclusive sin estetica alguna esos numeros mal hechos,sin embargo los equipos de occ,cent.y oriente que segun los directores y dirigentes del beisbol entrenaban para próximos enfrentamientos eran los mismos que participan siempre en el Cuba quien no sabe que siempre el equipo tendrá los mismos vitalicios y sembrados aunque existan figuras nuevas todos sabemos que es asi se hace para hacerle creer al pueblo que se cumple con ciertas reglas con las que de verdad se cumple es con la de la amistad,paternidad y demás.....por eso estos que reciben esos tratamiento espaciales son los que no cagan despues dejando atrás y pasando a mejor vida (los mesa,los gurriel ,kindelan)alguien ha estudiado que siempre fueron los privilegiados mientras los nuevos peloteros del sub-23 juegan a sol vivo a las 3.00 de la tarde sin condiciones ,sin alojamientos muchas veces y siguen soñando hasta cuando quien abrira los ojos porque ni aragon ni becali los tienen abiertos para los pobres todo es estudio no pasan nunca la universidad ja...ja...

 

Nor1
 30/6/18 15:29

hubo y habrá conga en la Isla. el equipo tiene meritos muy por encima de lo apreciado. este terruño ama la pelota y ama ganar campeonatos aun cuando practicamente casi nadie se entera cuando es campeon nacional.

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