viernes, 19 de abril de 2024

Venezuela sale al paso a sanciones de Trump

Próximo viernes anunciarán medidas para responder a Estados Unidos...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 31/08/2017
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Donald Trump-Nicolás Maduro-Sanciones Venezuela
Las sanciones impuestas por Estados Unidos a Venezuela, en otra de sus conocidas actitudes de prepotencia imperial, afectan las finanzas del país.

Como abejas en colmena, los venezolanos trabajan en varios sectores para responder el próximo viernes, de forma recíproca, a las amenazas del gobierno de Estados Unidos —que incluye una posible agresión militar— concretadas hasta ahora en sanciones económicas y financieras.

El anuncio partió de la presidenta de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Delcy Rodríguez, quien en transmisión de Venezolana de Televisión informó que este 1 de septiembre el mundo conocerá las medidas del gobierno de Nicolás Maduro ante la última arremetida imperial.

Rodríguez precisó que “siendo Venezuela un país con grandes recursos para ser una potencia, las fuerzas imperiales hicieron un cerco para afectar al pueblo venezolano”.
La intervención de la excanciller ocurrió durante la primera Asamblea Consultiva con el pueblo realizada por la ACN fuera de la sede parlamentaria. El parque Ezequiel Zamora, en el centro de Caracas, la capital, fue escenario de la democrática acción constituyente, la cual niega el supuesto carácter dictatorial del que es acusado el liderazgo nacional por sus enemigos.

Las sanciones impuestas por Estados Unidos a Venezuela, en otra de sus conocidas actitudes de prepotencia imperial, afectan las finanzas del país, al prohibir las negociaciones sobre nuevas emisiones de deuda y de bonos por parte del gobierno y de la petrolera estatal PDVSA, el corazón de la economía del país suramericano. Trump no descartó la intervención de fuerzas militares norteamericanas en la patria de Simón Bolívar.

En su propósito de bloquear a la Revolución Bolivariana, la orden ejecutiva de Trump, anunciada la pasada semana, también comprende ciertos bonos en manos del sector público, y el pago de dividendos a las autoridades gubernamentales.

Las restricciones de la Casa Blanca responden a la valentía de más de ocho millones de venezolanos que, desoyendo amenazas previas de Trump si quedaba instalada la ANC, votó de manera libre, secreta y voluntaria por esa instancia del pueblo originario el pasado 30 de julio, con lo cual reafirmó su confianza en la Revolución Bolivariana y el presidente Maduro.

A la nueva arremetida del Norte, salió de inmediato el canciller Jorge Arreaza, quien precisó que “no son sanciones contra individuos, (ya Washington había actuado contra varios diplomáticos) son contra la economía y contra el pueblo”. Arreaza aseguró que Caracas tomaría “todas las medidas que estén a nuestro alcance para evitar que las sanciones afecten a los venezolanos”, luego de entrevistarse con el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ante quien denunció la embestida de la mayor potencia mundial.

POSICIÓN INAUDITA

Mientras la población venezolana, en una decisión de firmeza, junto a las Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) realizó el pasado fin de semana un ejercicio militar —los terceros de este año— destinado a la preparación de casi un millón de personas para enfrentar una acción bélica extranjera, la oposición de derecha asumió una actitud inaudita, a los ojos de la comunidad mundial.

El domingo último, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), integrada por partidos conservadores, solicitó en un comunicado la intervención y el bloqueo económico a Venezuela, luego de cuatro meses de mantener un hostigamiento a la ciudadanía con acciones terroristas callejeras, que dejan un saldo de 105 muertos.

En la nota, la MUD afirmó que “apoyamos las sanciones de quien sea a vagabundos, violadores de derechos humanos y saqueadores de los recursos públicos” los que “siempre contarán con nuestro apoyo, en ausencia de una justicia imparcial”.

También expresaron que respaldarán y solicitarán “el apoyo diplomático mundial que contribuya al restablecimiento constitucional y democrático” en el país, en tanto mantienen su negativa al diálogo solicitado por Maduro, líderes internacionales y otras instancias, entre ellas, el Papa Francisco.

En otra parte, los opositores pidieron a la comunidad internacional, a sus ciudadanos y empresas que “deben abstenerse de efectuar operaciones financieras o contratos de interés nacional con el gobierno de Maduro”, electo en las urnas tras derrotar a su contrincante contrarrevolucionario.

La actitud de la derecha, que mostró con sus palabras su odio hacia la población venezolana, a la que han sometido a una guerra sucia desde hace 18 años, carece de antecedentes en la política venezolana, aunque es conocido, según analistas, que su apoyo a las medidas norteamericanas forman parte del plan imperialista para derrocar a la Revolución Bolivariana.

Queda claro que los violentos conservadores, que no reconocen la ANC, demuestran su naturaleza apátrida, pues confían en que si entra directamente Estados Unidos a Venezuela se instaurará lo que consideran un sistema democrático, cuando ocurrirá, según predicen antecedentes, todo lo contrario.

Estos sectores, en su ceguera política y afán de poder —el que ni por asomo mantendrán bajo la bandera de Estados Unidos— olvidan también que las balas y las bombas carecen de nombre, y un ataque bélico podría significar la muerte también para ellos y sus familiares, si es que se quedan en territorio nacional.

El comunicado está precedido por una reunión que sostuvieron un grupo de líderes opositores en Miami con el vicepresidente estadounidense Mike Pence, quien les reiteró que la Casa Blanca “está con ustedes” y les expresó su confianza “en un futuro de libertad” (de acuerdo con su óptica capitalista) al pueblo venezolano.

Pence recibió, entre otros, a Daniela Schadendort, cuyo padrastro, Antonio Ledezma, está preso en Caracas por sus actividades contrarrevolucionarias, mientras en Miami estimaron que se “opuso valientemente” a la Revolución fundada por el fallecido presidente Hugo Chávez en 1999.

El vicepresidente se reunió en privado con los opositores, acompañado por el gobernador republicano de Florida, Rick Scott, y los congresistas de igual signo Marco Rubio y Mario Díaz Balart, reconocidos como dirigentes del exilio contrarrevolucionario en Miami.

Pence también realizó una reciente gira por cuatro naciones de América Latina —Panamá, Colombia, Argentina y Chile— bajo el pretexto de afianzar relaciones, cuando realmente viajaba en busca de apoyo a las sanciones que casi de inmediato dictó Trump. Sin embargo, sus anfitriones se negaron a una intervención militar contra Venezuela y se pronunciaron por continuar la búsqueda del diálogo político.

EL GOBIERNO RESPONDE

Ante la insólita postura de la MUD, el gobierno de Maduro consideró “imposible de creer que un sector que hace vida política en la República Bolivariana de Venezuela, se muestre abiertamente servil a los intereses foráneos, y pida una intervención militar para nuestro país, incitando al magnicidio con un discurso cargado de odio y de violencia”.

El Ejecutivo afirmó en una nota oficial que “con ese texto piden que otros países hagan lo mismo que Estados Unidos hizo el 25 de agosto: accionar de manera xenofóbica contra nuestra patria, y hagan a un lado el derecho y tratados internacionales. No hay otra manera de comprender este texto, más allá de categorizarlo como el más fascista de todos los comunicados que jamás se hayan leído”.

Para el gobierno de Maduro, se trata de “una petición de guerra contra Venezuela, es la petición a la No-Integración, No-Derecho Internacional, No-Soberanía de los Pueblos, No-Diálogo, No-Democracia, No-Vida”.

Asimismo, la dirección de la ANC planteó que aquellos que solicitaron la intervención y el bloqueo económico “deben ser investigados para determinar su responsabilidad”.

“Esto no puede quedar impune, quienes llamaron desde Venezuela o el exterior al bloqueo de la patria deben ser investigados. No podemos olvidar de lo que son capaces”, indicó la presidenta de la ANC a la prensa desde la Cancillería.

Las amenazas estadounidenses a Venezuela se remiten al 2015, cuando el expresidente Barack Obama firmó una Orden Ejecutiva en la que calificó a Venezuela de una amenaza inusual y extraordinaria a la política de su país.

Desde entonces, la potencia norteña insiste en que si había una crisis humanitaria en Venezuela iban a intervenir militarmente.

Es en este contexto que los próximos días 16 y 17 Caracas será sede de la Cumbre Mundial de Solidaridad con Venezuela, a la que convocó el presidente Maduro, y en la que participarán representantes de las fuerzas democráticas del mundo.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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