viernes, 19 de abril de 2024

Nuevo complot contra Irán

Washington intenta acentuar la carga agresiva contra la nación persa...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 30/01/2019
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En realidad las claves de este entramado norteamericano descansan en el hecho de que Irán ha logrado acentuar su papel en una zona geoestratégica

 La noticia, no por reciente, constituye una sorpresa, y es que el gobierno de Donald Trump, que en mayo último abandonó unilateralmente el trabajoso acuerdo de varios miembros de la comunidad internacional y Teherán sobre los programas iraníes para el uso pacífico de la energía atómica, pretende este febrero convocar a una reunión global con sede en Polonia, destinada a “enfrentar la creciente influencia de la República Islámica en Oriente Medio y Asia Central”, según reza oficialmente en el panfleto elaborado al efecto.

La decisión del inquilino de la Casa Blanca y sus asesores tiene lugar poco después de la celebración, este enero, del tercer aniversario de la entrada en vigor del acuerdo nuclear alcanzado entre Irán y el titulado Grupo 5+1, integrado entonces por los Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China, más Alemania.

Con el nombre oficial de Plan Integral de Acción Conjunta, el citado documento ha servido para crear un clima de colaboración fructífera entre Teherán y los firmantes, y para establecer seguridades sobre el control de los trabajos iraníes relativos al sector energético nuclear.

Para Trump, sin embargo, los protocolos, cuyo estricto cumplimiento por Irán ha sido avalado en varias ocasiones por la Agencia Internacional de Energía Atómica desde su firma, constituyen un “mal acuerdo”, toda vez que el interés del magnate es reducir el papel regional de Irán al mínimo posible por su oposición decidida a las prácticas hegemonistas gringas en la zona.

Consumada su separación del pacto, la Casa Blanca restableció en dos tandas todas sus sanciones unilaterales contra Teherán, y presiona a sus aliados occidentales para que también denuncien el pacto, aun cuando la Unión Europea, en una de sus ocasionales muestras de independencia con respecto a Washington, todavía defiende la vigencia del tratado.

En realidad las claves de este entramado norteamericano descansan en el hecho de que Irán ha logrado acentuar su papel en una zona geoestratégica que Washington considera vital por los intereses expansionistas, y que   desde los días de la Guerra Global Antiterrorista desatada por George W. Bush, defenestró a Afganistán, Iraq y Libia, para encontrar su freno en Siria, justo por la acción militar concertada de las tropas de Damasco, Rusia, Irán y el Hizbolá libanés.

Una defensa enconada que ha garantizado la paz prácticamente en toda Siria, entorpeciendo de manera decisiva los designios de los agresores, reacomodando las alianzas tácticas y estratégicas en la región, bloqueando el oportunismo bélico sionista, y coartando el empeño de cerrar el cerco imperial lo más cerca posible de las fronteras rusas y chinas, entre otras malas cartas para el hegemonismo.

De manera que la ya citada conferencia de Polonia sobre Irán no parece tener un buen futuro, toda vez que carece de fundamentos serios, honestos y reales para despertar el interés mundial.

De hecho Rusia se desmarcó por completo de semejante bufonada, que definió como “parte de una campaña montada por la Administración estadounidense para aislar y ejercer presiones sobre Teherán por el papel que desempeña en Oriente Medio, sobre todo en Siria, donde está apoyando al Gobierno sirio en su lucha contra el terrorismo.”

Nada de interés hay para Oriente Medio y Asia Central en semejante tinglado, precisó Moscú.

Mientras, la alta representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Federica Mogherini, también confirmó su ausencia a la “reunión ministerial sobre Oriente Medio” en Varsovia, convocada por Washington y Polonia para los días 13 y 14 del cercano febrero.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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