martes, 16 de abril de 2024

¿Si Donald lo dice…?

Satisfecho, Trump exhibió su firma en la orden que saca a los Estados Unidos del acuerdo comercial transpacífico...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 26/01/2017
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Salida de Trump-Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica
Trump firmó la retirada del TPP en su primer día de trabajo en la Casa Blanca.

Con su ya conocido repertorio gestual, el recién estrenado presidente norteamericano, Donald Trump, mostró airoso la rúbrica estampada con toda satisfacción en la orden que elimina a los Estados Unidos de la lista de adherentes al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, TPP.

Cumplía así, a pocas horas de instalado en la Casa Blanca, con el desmonte de una larga y trabajosa negociación de su predecesor, Barack Obama, destinada a establecer la mayor zona de libre comercio del planeta bajo la especial influencia de la primera potencia capitalista, en contraposición al notorio avance económico de China y el repunte de Rusia y otras naciones emergentes no inclinadas a admitir las aspiraciones hegemonistas norteamericanas.

De hecho, afirman documentos oficiales, el TTP, hasta antes de la retirada de Washington, “abarcaba cerca del cuarenta por ciento de la economía mundial, un mercado de unas 800 millones de personas.”

Sus firmantes originales fueron, junto a la Casa Blanca, los gobiernos de Japón, Australia, Canadá, México, Perú, Chile, Malasia, Vietnam, Nueva Zelanda, Singapur y Brunei.

La idea de Trump  es que el estar atado al TTP compromete los intereses económicos vitales de los Estados Unidos y desfavorece a sus empresas y trabajadores nativos mediante políticas arancelarias que estimulan la entrada masiva de mercancías extranjeras más baratas que las de origen nacional, por tanto  todo sería mejor si los vínculos comerciales se establecen por separado con cada interlocutor.

Una posición, dicen algunos, que podría redefinir todas las reglas y proyecciones vigentes en el actual comercio global, o simplemente marcar el asilamiento de unos Estados Unidos que, aunque poderosos sin dudas, ya tiene serios rivales  y enfrenta opciones mundiales que recortan los marcos de imposición y presiones en los que tal vez confía Trumb para imponer sus criterios y obtener las más grandes venajas posibiles para su país.

En el caso que nos ocupa, por ejemplo, Chile decidió seguir los pasos de Washington y marcharse del TTP a cuenta del criterio de que sin la presencia del “socio mayor nada es válido”, una reacción que, sin embargo, contrasta con las de otros miembros que parecen haberse tomado el asunto con más calma y pensando  en otras alternativas.

Algunos, por ejemplo, dicen haber comenzado a reevaluar, desde fortalecer sus lazos con otros prometedores ámbitos geográficos, hasta declararse ahora abiertamente más cercanos a las ideas económicas de Beijing que a los postulados del nuevo gobernante estadounidense.

De hecho, China, contra cuya influencia Obama tejió todo el entramado del TTP, insinuó que si se abren nuevas negocaciones en torno a ese pacto en ciernes, estaría dispuesta a sumarse a las tratativas, de manera de hacer sentir sus postulados de ejercicio del libre comercio mediante principios que defiendan y garanticen la equidad, el respeto mutuo, y el beneficio compartido.

Y para un Trumb que ve y ha colocado a Beijing como el gran oponente económico de los Estados Unidos, tal vez no le resulten graciosos las primeras consideraciones sobre el tema de medios especializados como la consultora Capital Economics, la cual afirma que “la retirada de Estados Unidos ha creado una gran oportunidad para China, que no era parte de las negociaciones del TPP.”

La fuente especializada aseguró además que "los lazos más cercanos con China tienen el potencial de proporcionar un impulso significativo al resto de Asia. Para gran parte de Asia, China es ya un mercado para la exportación mayor que Estados Unidos y sus perspectivas de crecimiento son mucho mejores".

Y ciertamente los advenedizos podemos admitir incluso el transitorio beneficio de la duda sobre los cánones económicos de un viejo empresario como Trump, pero también nos es dado el derecho a creer que tal vez el incapíe en un proteccionismo rabioso, a estas alturas de la historia universal, resulte para Washington más  generador de aislamiento que de beneficios, y es que en estos tiempos ya no se puede saltar al ruedo solo con la intención de siempre ganar y nunca ceder.

De todas formas, está apenas empezando al partido…


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista

Se han publicado 1 comentarios


Ricardo E. Trelles
 26/1/17 12:34

// Gran enseñanza fenómeno Trump //

Es muy necesario que la elección de Trump a la Presidencia de los EEUU sea una gran enseñanza para este país y para todos a quienes nos interesa el funcionamiento democrático de la sociedad.

¡Trump ha sido elegido siguiendo las reglas establecidas, pero es claramente una persona indeseable para ocupar esa posición tan especial!!! Hay deficiencias inmensas que corregir para evitar que tal cosa suceda y sus consecuencias.

Primero: Las escuelas y los medios de comunicación masiva tienen que hacer buen trabajao preparando y cultivando a los ciudadanos para su participación en el sistema democratico de gobernar la sociedad. las personas necesitan tener una idea amplia y profunda de qué es un gobernante y, sobre todo los jóvenes, deben prepararse bien para que aquellos con la capacidad y la vocación requeridas llegen a ser los buenos gobernantes que la sociedad requiere.

Trump llegó a la presidencia básicamente por la falta de buenos candidatos. Por eso, le bastó conseguir el voto de 27.2% de los electores, bien distribuidos en los estados del País, para ganar. Con solo un contrincate bueno, esos votos hubieran sido sin dudas insuficientes, y con una ciudadanía mejor preparada hubiera obtenido muchísimos menos votos que esos.

La segunda deficiencia es que no se puede dar tanto poder a una persona en el Gobierno, al Presidente. El mejor funcionamiento democrático práctico, justo y realista es el basado en un parlamento nacional con el mayor poder y *bien integrado* (insisto, con gobernantes capaces y que sirvan). De esa forma el ciudadano sabe que puede tener una persona que lo represente bien en el funcionamiento del Gobierno, al que pueda uno exigirle con fácil interacción directa. Un parlamentario no puede ser una simple máquina para votar en masa a favor de lo que quieren fuerzas parciales en la sociedad. Tiene que ser bien independiente y consciente de que cada uno de ellos tiene que hacer aportes importantes a la gobernación de la sociedad, para el bien de toda ella.

¡El fenómento Trump debía ponernos a pensar mucho!!!

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