viernes, 19 de abril de 2024

Poco que predecir…por ahora

La campaña electoral norteamericana sigue llena de espacios en blanco, dudas y conjeturas...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 21/06/2016
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Según analistas, el cierre de las primarias estadounidenses para designar a los respectivos candidatos presidenciales se vislumbra como el más complejo desde l976, en que Gerald Ford debió empeñarse a fondo para ganarle por la mínima al exactor Ronald Reagan y adjudicarse la nominación republicana.

Y es que, ciertamente, aun cuando todo indica que las boletas finales llevarán a Hillary Clinton por los demócratas, y a Donald Trump por los republicanos, todavía quedan no pocos asuntos que resolver para materializar ese instante definitivo… y luego, poder esbozar a cuál de los dos aspirantes podría favorecer el triunfo total.

La ex primera dama y ex secretaria de Estado ya suma la cantidad de votos necesarios para alzarse con la nominación demócrata en la convención de julio cercano (dos mil 382 delegados amén del voto de los titulados “superdelegados”o figuras prominentes del partido que sufragan libremente); pero por otro lado su rival interno, el “socialista” Bernie Sanders, insiste en seguir camino hasta la cita de Filadelfia, aferrado al criterio de varias consultoras públicas de que su candidatura resultaría  más efectiva que la de Hillary Clinton para ganarle la presidencia al republicano Donald Tromp, la “controvertida revelación política de los Estados Unidos en estos tiempos”, al decir de algunos analistas.

No obstante, y por lo pronto, Sanders no ha sido categórico al rechazar un posible pacto con su rival partidista en caso de que sea nominada, todo en aras de evitar el ascenso republicano a la Oficina Oval, lo que le daría una fuerza casi absoluta a los conservadores, que ya dominan el Congreso.

De todas formas, no pocos análisis precisan que el alargamiento de la rivalidad entre Sanders y la Clinton no hace otra cosa que arrimar brasas a favor de Tromp, al seguir insistiendo en las divisiones internas dentro de las filas demócratas, un asunto que ha llegado, incluso, a la violencia alguna que otra vez.

En el banco republicano no hay menos dilemas. El ya calificado por varios medios de prensa como “empresario de los casinos y la construcción y estrella del reality show”, sigue deslizando criterios y valoraciones que escandalizan a la élite conservadora; pero lo trágico para ese segmento es que no cuenta, a estas alturas, con alternativa alguna que ponga freno al empuje del explosivo aspirante.

Uno a uno, aquellos aspirantes a la candidatura republicana que fueron aupados por la alta dirigencia partidista quedaron en el camino frente a un Tromb irreverente, pragmático en extremo y con un discurso directo y llano que ha sabido tocar importantes inquietudes y frustraciones de millones de electores.

En ese sentido, al menos este comentarista suscribe sin mayores notas al margen, la valoración del colega Pablo Pardo cuando, desde Washington, afirmó textualmente al valorar este cierre de las elecciones primarias, que para muchos “Hillary Clinton ha sido mucho más débil de lo esperado, pero no lo suficiente como para perder ante Sanders. Mientras, Trump ha sido muchísimo más fuerte de lo que se suponía, pero su carácter y sus ganas de pelea constantes hacen que muchos republicanos le estén dando un apoyo más bien glacial.”

Es, sin dudas, lo más que podría decirse hasta hoy. Abría que esperar al fin de las respectivas Convenciones partidistas y sus resultados concretos para entonces, contar al menos con renovados argumentos en la complicada tarea de intentar un pronóstico lo más objetivo posible sobre  qué personaje y qué partido despedirán a Barack Obama de la Casa Blanca: o la primera mujer presidenta de la historia de los Estados Unidos, o un agresivo empresario que finalmente soslayó a la élite del conservadurismo local.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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