sábado, 27 de abril de 2024

Corea: lo que viene

Las cercanas cumbres de Corea del Norte y del Sur, y de Pyongyang con Washington promueven los más diversos análisis...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 24/04/2018
1 comentarios
Corea del Norte-defensa
Corea del Norte ya no es un país cuya defensa depende esencialmente de armas convencionales.

Hay una realidad básica y trascendente: luego de meses de extrema tensión propensa a dar paso a acciones militares de consecuencias extremas, los aires de entendimiento parecen prevalecer entre Seúl y Pyongyang, en tanto que en la Casa Blanca se habla de negociaciones con Corea del Norte.

No obstante, es importante desentrañar algunas particularidades de estos encuentros (el primero de ellos a fines de este mes y el segundo en mayo) y de las causales y calificativos que algunos medios ya empiezan a otorgarles, a partir, como suele suceder, de los intereses a los cuales responden.

Entre ciertos círculos oficiales norteamericanos, por ejemplo, se intenta hacer creer que las explosivas amenazas de Donald Trump contra Pyongyang por sus programas nuclear y de misiles de largo alcance “han hecho pensar dos veces” el líder norcoreano Kim Jong-un… Un triunfo, dicen, de la “firmeza de Washington”, como si a estas alturas Corea del Norte no hubiese finalmente logrado sus metas en materia de desarrollo de armas atómicas y sus portadores a contrapelo de decenios de cerco y amenazas de la primera potencia capitalista.

En consecuencia, y a partir de esa realidad tangible y objetiva, para Kim Jong-un resulta plenamente factible inclinarse ahora hacia una amplia y efectiva acción diplomática que, a partir del actual poderío de la nación, le permita lograr el objetivo estratégico de poner fin a la hostilidad, la inseguridad y las provocaciones instigadas por Washington desde el sur del paralelo 38.

Y es que hoy ya Corea del Norte no es un país defendido únicamente por armas convencionales, sino con la capacidad suficiente para arrasar literalmente con cualquier intento de agresión bélica, y hasta golpear los territorios nacionales de promotores y socios externos de dicha aventura.

De manera que, y lo subrayaba el líder norcoreano, un paso decisivo ha sido dado y consolidado en materia de defensa, y por tanto el país puede prescindir por el momento de nuevas pruebas de bombas atómicas y misiles portadores, desmantelar instalaciones investigativas obsoletas en materia nuclear y volcarse con mayor empeño en el desarrollo económico y social.

Incluso, según fuentes sudcoreanas del más alto nivel, ni siquiera Pyongyang reiterará en las negociaciones del cercano fin de semana su tradicional demanda de retirada de los 28 mil militares estadounidenses radicados en el sur, toda vez que (decimos nosotros), establecido un firme y estable clima de seguridad, esos contingentes no contarían con pretexto  alguno para su permanencia, implicaría únicamente elevados gastos para los contribuyentes norteamericanos y serían una “espina” para Seúl, amén de que, en caso de provocar una guerra, resultarían con toda seguridad blancos primeros y preferentes del Norte.

Por lo pronto, la Cumbre entre Kim Jong-un y su homólogo del sur, Moon Jae-in, podría tener como resultado la firma de un acuerdo de paz entre ambas partes de la península, dividida territorialmente por fuerzas externas desde 1948, toda vez que desde el 27 de julio de 1953, en que finalizó la guerra de agresión instigada por los Estados Unidos contra Pyongyang, técnicamente lo que rige entre los contendientes es solo un armisticio o “interrupción de las acciones”.

En favor de un clima constructivo previo a la cita bilateral fue instalada además una línea telefónica directa entre las sedes de gobierno norte y sudcoreana, para agilizar las consultas y el intercambio de criterios.

En consecuencia, al menos entre los actores coreanos, los más directamente perjudicados por la tirantez y la desconfianza sembrada desde el exterior, parecería que existe consenso para un arreglo equilibrado y sensato.

Falta por ver entonces lo que piensan los tradicionales guerreristas de Washington, responsables en altísima medida de decenios de hostilidad y reticencias altamente peligrosas.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista

Se han publicado 1 comentarios


senelio ceballos
 24/4/18 11:35

Saludos Lic.Nestor...Solo hace dos dias atras,,,,,quitaron las altavoces......En la frontera PARALELO 38.....Donde existia propaganda de Norcorea contra Surcorea,,,ESE paso muy POSITIVO!!! 

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