viernes, 26 de abril de 2024

Banco del Sur para el Sur

El Banco del Sur cobra hoy nueva fuerza, pues antes de que finalice este año entrará en funcionamiento la nueva institución financiera...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 31/08/2014
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El Banco del Sur pretende ser una alternativa ante las instituciones multilaterales de crédito.

El Banco del Sur se descongela. Luego de siete años de que surgiera la idea en el seno de la Unión de Naciones Suramericanas, el entramado político de la región ha sufrido pérdidas notables, como la de los presidentes argentino Néstor Kitchner y el venezolano Hugo Chávez— pilares de la integración—, que ahora es fortalecida por otros líderes suramericanos.

Chávez, creador y defensor de la integración latinoamericana y caribeña, al referirse al establecimiento de un Banco de Desarrollo del Sur, planteó que este sería…. “no como los que ya existen” y agregó “parece una estupidez que la mayor de nuestras reservas estén en Bancos del Norte”.

La gravedad que genera tal situación es demostrada en la actualidad por Argentina, que deposita su dinero en bancos de Nueva York y ahora, en su litigio con los fondos buitres, se ha visto bloqueada en su uso por un juez estadounidense que responde a los grandes capitales imperialistas.

El acta constitutiva de la nueva entidad que serviría a los intereses económicos de las naciones miembros de UNASUR –también una pujante fuerza impulsada por Chávez- se firmó en la Casa Rosada de Argentina. Era diciembre de 2007, un día antes de que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner asumiera su primer mandato.

Allí suscribieron el documento los presidentes de Brasil, Argentina, Venezuela, Bolivia, Uruguay, Ecuador y Paraguay, pero los avances resultaron pobres desde entonces debido a distintos sucesos acontecidos en la región. También ocurre que para que la nueva entidad se materialice es preciso el aval del Congreso Nacional de cada país.

Brasil, la mayor economía de América Latina, nunca ha ratificado el Acta, pues —según analistas— al integrarse al grupo BRICS, con su propio banco de desarrollo y la mira puesta en América Latina, la opción no parece ser muy atractiva para los líderes del Palacio del Planalto. Situación similar presenta Paraguay, sin la aprobación parlamentaria.

Sin embargo, los miembros de UNASUR consideran que después de la celebración en Brasil de la reunión del BRICS y de la gira latinoamericana de los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de China, Xi Jiping, Suramérica debe poseer una contraparte bancaria, mucho más si se concretan los proyectos entre el nuevo Banco del BRICS (con un fondo de 100 mil millones de dólares de inicio) y las naciones suramericanas.

Cuando se pensó en la puesta en marcha del Banco del Sur, la idea inicial era poseer un ente regional encargado de la protección de las economías nacionales para contrarrestar el papel del desarrollo por entidades financieras que responden a las naciones hegemónicas, como Estados Unidos y algunas integrantes de la Unión Europea, que respaldan al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial (BM).

Ambas entidades son instrumentos que, en el decursar de los años, demostraron su ineficiencia para el desarrollo de las naciones subdesarrolladas (pobres). El FMI es, y está verificado por las realidades históricas, un instrumento de la política exterior de Estados Unidos, que interviene de manera directa en la política de sus deudores.

Este Fondo dirige las políticas neoliberales que luego de poner en crisis las economías nacionales, obligan a los gobiernos a implantar medidas de ajuste a sus poblaciones, las que sufren el delirio de acaparamiento del imperialismo estadounidense y los grandes capitales mundiales.

En igual medida, el BM interviene en las decisiones ordinarias de los gobiernos de los países endeudados. Una de sus políticas consiste en obligar a esos Estados a privatizar sus grandes empresas para que sean compradas por las empresas del Norte, incluida Europa.

Los objetivos principales del Banco del Sur son la reducción de la pobreza en que sobreviven 60 millones de latinoamericanos, la promoción de la equidad social y el logro del crecimiento económico de los países de la región; además, en su calidad de agente impulsor del desarrollo económico y social, actuaría como entidad de financiamiento, capacitación y asistencia técnica.

Para aportar capital y recibir ayuda hay que tener en cuenta las diferentes características individuales de los países miembros, por ejemplo: sus reservas internacionales disponibles, la situación de la balanza de pagos, la participación del comercio internacional, el Producto Interno Bruto, etcétera.

Ahora, en la dinámica de las nuevas relaciones establecidas por una buena parte de las naciones latinoamericanas con Rusia y China, el Banco del Sur ha renovado energías teniendo en cuenta, además, la mirada de los nuevos líderes de izquierda o progresistas latinoamericanos que tienen sustanciales mejoras nacionales en sus economías, como Bolivia y Ecuador, siempre con un carácter social inclusivo.

Desde el pasado 2 de julio se efectuaron tres reuniones –una de alto nivel- para promover la puesta en marcha del Banco del Sur en el segundo semestre de este año. En septiembre habrá una tercera cita con el propósito de revisar el cronograma fijado para su puesta en marcha.

Al término del reciente encuentro en Caracas de los presidentes del Mercado Común del Sur (MERCOSUR), el venezolano Nicolás Maduro anunció la aprobación de documentos que “acelerarán los pasos” de la nueva entidad bancaria.

El Mandatario indicó el acuerdo adoptado de que la entidad  “se acerque al proceso de creación del Banco de los Brics, para construir relaciones de trabajo”.

La II Reunión Ordinaria del Consejo de Ministros del Banco del Sur inició el proceso de nombramiento de los directores del organismo y de los miembros del comité ad-hoc que pondrá en operaciones al Banco.

El objetivo priorizado es elaborar los reglamentos y procedimientos en los próximos tres meses. Además, se fijó el cronograma de aportes de los países miembros. En primera instancia, Argentina, Uruguay, Venezuela, Ecuador y Bolivia pondrán hasta 170 millones de dólares en conjunto. Paraguay y Brasil todavía no contribuyen al aporte pues están pendientes de la ratificación del convenio constitutivo de la entidad por sus respectivos Congresos.

El gobierno del presidente ecuatoriano Rafael Correa fue el primer en abrir una cuenta en su Banco Central para el depósito de ocho millones de dólares, que es su capital inicial para el Banco del Sur.

El canciller de esa nación, Ricardo Patiño, advirtió en el canal público Ecuador TV que el Banco del Sur "ha demorado mucho en abrir sus puertas a pesar de que la decisión se tomó hace siete años", pero que con cinco países ya puede comenzar sus operaciones.

Patiño confirmó que "los países más grandes van a depositar dos mil millones de dólares para que se haga una cuenta de capital de siete mil millones de dólares hasta llegar a 20 mil millones de dólares, que es el capital autorizado del Banco del Sur".

Aunque esa cifra se irá conformando, “estamos hablando ya de que puede abrir las puertas, que puede disponer de recursos y que puede comenzar a operar efectivamente el Banco del Sur", cuya sede principal, especificó, estará en Caracas y tendrá una subsede en Bolivia y otra en Argentina.

El 26 de enero de 2008 los países miembros de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) firmaron  el Acta Fundacional del Banco del ALBA, días después de igual medida adoptada para la creación del Banco del Sur, en Buenos Aires, Argentina.

Tanto el Banco del Sur como el Banco del ALBA constituyen importantes estímulos para el desarrollo económico y social de los países, en pos de la eliminación de las históricas dependencias generadas por las deudas externas, y de las condiciones impuestas por el gran capital.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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