martes, 19 de marzo de 2024

La cubanidad en la pulsión narrativa

Por estos días el escritor cubano Marcial Gala presentó en Argentina su novela La catedral de los negros, donde rescata el tema de la cubanidad, con mucho humor y poesía...

Leandro Frígoli en Exclusivo 19/10/2015
2 comentarios

Hace unos días me encontré con el escritor cubano Marcial Gala en Buenos Aires. Estaba de visita en la capital argentina para presentar su novela La catedral de los negros, publicada por la Editorial Corregidor de este país, y recién presentada para todo el pueblo de la Argentina. Sobre este texto suyo y mucho más conversamos en el café federal de San Telmo, donde le invito a un café, y con tono jocoso me responde: “Mijo, ¿porque no mejor una cerveza? Todo amerita para desbrozar un libro repleto de interrogantes”. Sonrío.

A Marcial lo conocía desde antes gracias a otros dos amigos también cubanos, quienes me enviaron dos de sus poesías para que las leyera. Siempre me ha fascinado la literatura hecha en la Isla caribeña. Contacté entonces con Marcial gracias a las redes sociales, y fructificó así un diálogo digital donde los temas más recurrentes tenían que ver con la literatura cubana, en especial sobre su poesía. Le confesé mis encantos por Dulce María Loynaz, Eliseo Diego, Heredia, Virgilio Piñera, y tantos más. También supo de mi admiración por la obra de exponentes de la trova cubana contemporánea, entre ellos Karel García, Silvio Alejandro Rodríguez y Rochy.

Mientras, yo supe que este poeta, narrador y ensayista, de vasta trayectoria en Cuba y en España, ha recibido en toda una vida dedicada a la literatura, diferentes premios y reconocimientos a su obra. La catedral de los negros, por ejemplo, fue distinguida con el Premio Alejo Carpentier, en la categoría novela, y el Premio de la Crítica Literaria en el 2012. Con más de diez libros publicados, entre ellos Enemigo de los ángeles, Dios y los locos, El hechizado y Sentada en su verde limón, Marcial sobresale en el panorama literario de la Isla.

—El ritmo, movimiento y pulsiones narrativas de La catedral de los negros, que descubre el lenguaje coloquial y criollo del cubano, refleja una serie de prácticas culturales que han sido claves en la conformación de la identidad cubana. ¿Pudiera hablarnos de alguna de ellas?

La catedral de los negros está muy marcada, por ejemplo, por la manifestación cultural de las religiones afrocubanas, que son un factor muy importante en la conformación de nuestra identidad, de lo que nos distingue como cubanos. Además, en esta novela partí de una premisa literaria: lo terrible es mejor narrarlo de tal modo que no resulte terrible. Por eso el texto tiene en la trama principal un asesinato, una tragedia, y sin embargo, se basa mucho en el humor, en esa forma que tiene el criollo cubano del desparpajo y de la soltura al hablar, que es otra de las características que nos identifican.

—Pero ese “desparpajo y soltura al hablar” del cubano presenta en la novela un alto grado poético…

—Sin dudas. A la hora de hablar, el cubano típico emplea la metáfora y otros recursos literarios que provienen directamente de la poesía. El lenguaje popular cubano tiende mucho al adorno, a buscar la palabra bonita, a lo sintético, que es muy propio de la poesía.

—¿Por qué para rescatar esa cubanidad en los personajes de la novela, te remites especialmente al lenguaje, al modo de hablar del cubano?

—Siempre he creído que el lenguaje es de las estructuras sobre las cuales se edifica un universo narrativo, en este caso una novela. Más que tratar de describir, más que crear grandes aparatos de ficción en base a palabras, quise sobre todo rescatar la psicología, la manera de entender el mundo de estos personajes, mediante su forma muy diferente y a la vez muy criolla, muy cubana de narrar. El cubano entiende y disfruta del español, con un criterio muy pintoresco. Y es una novela en la que están las huellas de ese pintoresquismo, de ese especial modo que tenemos los cubanos de hablar.

“En el texto también se preconiza el dinamismo. Es un relato que crea una especie de pseudo-testimonio sujeto al ritmo de este incipiente siglo XXI. Un ritmo marcado por la discontinuidad y por la búsqueda del hombre de completarse a sí mismo. Eso hace que la novela parezca mucho más dinámica y acelere la pulsión narrativa”.

—¿Qué motivó a un escritor cubano visitar la Argentina?

—Soy un escritor cubano que llevo varios años cultivando los tres géneros fundamentales para mí de la literatura: poesía, cuento y novela. La catedral de los negros es mi tercera novela publicada, y precisamente vine a este país para presentarla oficialmente a los lectores argentinos. Sin embargo, este no fue solamente el motivo de mi visita. Argentina para mí siempre ha sido una referencia cultural muy fuerte. No hay que olvidar que este es el país de Borges, Cortázar y Sábato, y otros grandes escritores del continente. Además de que, de manera general, es un referente cultural de gran importancia en Latinoamérica. Considero que antes de conocer otros lugares, uno debe tratar de conocer ese lugar donde nos tocó vivir, y además aquellos con los que compartimos el misterio del idioma, esa gran fuente de arte, poesía y conocimiento, que en nuestro caso es el español.


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Leandro Frígoli

Se han publicado 2 comentarios


vasco
 22/10/15 18:50

Otra invitacion a leer del entranable amigo Leandro... Como no seguir incursionando en la magia de esa Isla valiente, aguerrida y tambien alegre! Seguramente quedare atrapado en la poiesis de este libro que se des-cubre y cubre por entre los ribetes de una novela.

Gracias Leandro!

                       vasco

Leandro
 27/10/15 12:57

Gracias profe de esta y tantas vidas. Abrazo grande

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