Impronta mexicana en Cuba

Los mariachis, esas bandas musicales típicas de México, se han convertido en símbolo e ícono de la mexicanidad. Los charros, personajes populares que cumplen las funciones de hacendado y de jinete en las zonas rurales de ese país, con el paso del tiempo han devenido parte del imaginario colectivo, así como de la literatura, el cine y la pintura aztecas.

La historia, la música y las tradiciones mexicanas tienen en nuestro país una fuerte aceptación, un gran arraigo y reconocimiento.

Durante los años 30 y 50 del pasado siglo ocupaba un lugar preferente entre los habitantes de las zonas rurales, quienes se sentían muy identificados con los charros mexicanos. Por eso se escuchaban rancheras a toda hora en las emisoras radiales, y en particular en programas musicales de CMQ, Radio Cadena Suaritos y de RHC Cadena Azul.

A través de la cinematografía mexicana nos llegan las voces de Tito Guízar, Pedro Infante y Jorge Negrete. La numerosa producción de los Estudios Churubusco entre 1938 y 1960 no solo sirve para introducir a los actores y actrices que tenían en su nómina, sino que se convirtió en un catalizador para divulgar la música mexicana entre el público nacional.

Por otra parte, la simpatía hacia el pueblo azteca aumentó cuando México fue el único país que mantuvo una posición soberana y no rompió relaciones diplomáticas con Cuba tras el intento estadounidense de bloquear y aislar a nuestro país. Al amor entre ambas naciones ha contribuido, de igual manera, la Sociedad Cubano-Mexicano de Relaciones Culturales.

Actualmente, en cada emisora de radio del país se transmiten programas —diarios y como mínimo de media hora de duración—, dedicados a difundir la música tradicional mexicana.

Hace diez años comenzó a resurgir en la isla el amor por este género que se renueva en el gusto popular. También las nuevas generaciones de artistas, incluyendo a los niños, se interesan cada vez más por la cultura azteca.

En el país se ha producido un incremento considerable de mariachis. Por citar un ejemplo, en Bayamo se creó una escuela de Mariachis. Solo en este 2007 se graduaron 120 instrumentistas y cantantes que interpretan la música tradicional mexicana. Ya se habla de la creación de “La Casa del Mariachi”.

Todos los años tiene lugar en las ciudades de Bayamo, Las Tunas y Guantánamo la celebración del Festival de Mariachis. En tanto, la Academia Nacional de Canto Mariana de Gonitch organiza en La Habana desde la década de los 90 el Concurso de la Canción Mexicana donde participan intérpretes de todo el país.

En el municipio de Madruga, provincia de Mayabeque sobresale con fuerza esa manifestación artística.

Desde 1985, en Guanajay, Artemisa se creó una peña llamada El Azteca, que aglutina a amantes de la música, artistas de la plástica, artesanos, compositores e investigadores. Personas de diferentes edades y ocupaciones se reúnen cada viernes en horas de la noche, para recitar y cantar, canciones y corridos mexicanos. Como parte de ese proyecto sociocultural se les imparte a los jóvenes cursos de artesanía y elaboración de alimentos de la comida típica mexicana.

Por otro lado, desde 1995 la Dirección de Cultura de Guanajay, la Casa de Cultura Zoila Gálvez y la Sociedad Cubano-Mexicano de Relaciones Culturales, organizan el Festival de la Canción Ranchera “Recordando a Lola Beltrán”, y de igual manera convoca al Festival Infantil de interpretación de la canción mexicana “La Mochila Azul”.

La impronta mexicana está más viva que nunca en la Mayor de las Antillas. No solo alrededor de los días 15 y 16 de septiembre, Cuba se suma a las Fiestas Patrias de México. Todo el año, en cualquier rincón de la geografía nacional, alguien alegra su corazón al entonar un bolero, un ranchero, un corrido, un huapango o cualquier otra melodía de autores clásicos aztecas como: Consuelo Velázquez, José Alfredo Jiménez, Tomás Méndez Sosa, Manuel Esperón, Chucho Monge y Juan Gabriel.