Emociones y poesía se dan la mano

Libre de pecado es un disco que, además de rendirle homenaje al cantante y compositor Adolfo Guzmán, reúne muchas emociones. La Musicalísima, Beatriz Márquez, Premio Nacional de Música 2015, seleccionó los temas, y la producción musical estuvo a cargo del joven pianista Jorge Aragón. Ambos pusieron sueños y empeño en lograr un fonograma que no solo rescatara el legado de Guzmán sino que, además, trascendiera.

“Yo no estudié orquestación ni composición, solamente estudié piano. Sin embargo, hice los arreglos, lo pensé todo para los 104 músicos que participaron en el disco y me sentí muy emocionado con este trabajo.

”De las pocas reglas que mi papá me enseñó, recuerdo una que me ayudó mucho. Me dijo que en mi mano tenía cada instrumento. Es que en la derecha tenemos los agudos, los medios y los graves. Del meñique al pulgar tenemos violín, segundo violín, viola, chelo…y eso me sirvió  muchísimo. Además, recuerdo que el  primer libro que quise leer de orquestación tenía una frase de Einstein que decía: La imaginación vale más que el conocimiento. Cerré el libro, y en este disco puse toda mi imaginación.

”Ya mi mayor alegría la recibí cuando terminamos de grabar y Beatriz, “mi tía”, me dio las gracias…Un agradecimiento  muy sentido que me emocionó mucho”, confiesa Aragón”.

—¿Sentiste temor, Beatriz?

—Para nada. Desde que trabajé con él por primera vez en el tema de Juan Formell, “Este amor que se muere”, sentí mucha confianza en su manera de tocar. Estudió mucho la obra de Guzmán ahora, lo respetó mucho. Tiene muchas ganas de trabajar y aprender, y eso es vital.

“Trabajé mucho tiempo con su papá, Jorge Aragón. Y en él veo mucho talento de su padre, y el suyo propio. Fue muy cómodo para mí adaptarme a él. Nos conectamos muy rápido”.

Aragón sonríe. “Mi papá tocó mucho tiempo con Beatriz, además fue amigo de Guzmán. Esas sensaciones se me acumularon dentro, y cuando trabajaba en los arreglos y hasta en las propias grabaciones… todo se unía.  Y por eso me emocionó tanto este trabajo. Además, fui descubriendo estas canciones que son de un mundo que era ajeno a mí y me di cuenta de las maravillosas letras y armonías que tienen. Ojalá existan más composiciones como esas en estos tiempos. ¡Qué bueno que se haya rescatado este repertorio!”.

“Guzmán era un poeta, interpretar sus canciones te permite ver eso, sentir eso. Aragón y yo estudiamos juntos el piano, que es el instrumento que ambos dominamos. Lo pensamos todo y funcionó. Le pedí un coro en uno de los temas, y nos quedó bien invitar a la maestra Digna Guerra y al coro Entrevoces”.

Aragón agrega que una invitada al disco es Evelyn García Márquez, la hija de Beatriz, y que muchos merecen también ese gran agradecimiento que hoy quiere compartir. “El ingeniero que grabó, mezcló y masterizó el disco, Adolfo Martínez (Fito), que ha hecho un excelente trabajo; Daiana Rodríguez, quien desde el principio nos apoyó en el trabajo con los músicos; Ruly Herrera, Roberto Luis Gómez, Gastón Joya, Oliver Valdés, Héctor Quintana y la orquesta del Liceyum mozartiano, Niurka González, Yaroldi Abreu…

“Son temas difíciles con arreglos difíciles. Grabamos muy rápido, en tres sesiones con la orquesta. Ensayamos bien y por eso la grabación quedó perfecta en poco tiempo”.

Beatriz adelanta que el orden de los temas en el disco respeta el orden de los arreglos y la grabación. Desde No quiero ser feliz….hasta Te espero en la eternidad. “Este último tema es el motivo de un videoclip que cuenta con la realización de Ángel Alderete. Pronto estará listo, como el disco en físico. Además, planificamos un concierto para su presentación, en la que haremos un DVD”.