viernes, 26 de abril de 2024

De Centro Asturiano de La Habana a inmueble museable

El edificio de Arte Universal del Museo Nacional de Bellas Artes es una verdadera joya del patrimonio ecléctico cubano...

Maya Ivonne Quiroga Paneque en Exclusivo 21/01/2021
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Edificio de Arte Universal-Museo Nacional de Bellas Artes
Después del Triunfo de la Revolución el Centro Asturiano de La Habana se convirtió en el Edificio de Arte Universal del Museo Nacional de Bellas Artes.

La Habana es una urbe ecléctica llena de poesía. En ella conviven, en una suerte de armonía, disímiles estilos arquitectónicos. Así, podemos apreciar la preeminencia del neoclasicismo en el Capitolio y, un poco más allá, las altas torres de la iglesia de Reina, representativa del neogótico.

Cerca del Paseo del Prado se alza el antiguo Centro Asturiano de La Habana, verdadera joya del patrimonio ecléctico cubano. Constituye uno de los edificios monumentales del entorno arquitectónico del Parque Central y fue inaugurado en 1927 como palacio social para una de las más importantes asociaciones regionales españolas de Cuba.

Según nos cuenta el arquitecto Carlos Gálvez, la emigración proveniente de Asturias fue una de las más numerosas que tuvo la Isla, y ya en el año 1927 del siglo XX, la asociación, dedicada a fomentar la instrucción y el recreo de sus asociados, llegó a tener más de 60 000 afiliados. Se constituyó oficialmente el 2 de mayo de 1886, en el local habanero de la Coral Asturiana, en la esquina de Reina y Ángeles. Su primer presidente general fue don Antonio González Prado.

Ya en el mes de diciembre de 1892 quedó inaugurada otra sede, en los terrenos del siniestrado teatro Albisu, en el mismo solar donde se alzó el teatro Campoamor. La edificación del Centro Asturiano de La Habana también se destruyó como resultado de un incendio, acaecido el 24 de octubre de 1918. A partir de ese momento su directiva se dedicó a buscar fondos para costear la construcción del nuevo edificio. Para ello se realizó un concurso al que se presentaron cinco propuestas.

Finalmente resultó ganador el proyecto del arquitecto asturiano Manuel del Busto junto a José Gómez Salas. El exagerado diseño —para algunos entendidos en la materia—, guarda similitud con la fachada del Palacio de las Comunicaciones de Madrid. Se demoró tres años en realizarse en la intersección de San Rafael y Monserrate y fue inaugurado el 20 de noviembre de 1927. De esa forma se iniciaba la etapa contemporánea de la institución.

En opinión de Gálvez, la forma en que se proyecta hacia el entorno, con sus códigos del eclecticismo español, donde se mezclan el barroco y el plateresco, revaloriza la zona del centro cívico político, donde ya a principios de siglo XX se venían haciendo intervenciones constructivas como el Palacio Presidencial (1920) y el Capitolio Nacional de Cuba, inaugurado en 1929 como sede del Congreso de la República.

De 1914 data el palacio del Centro Gallego de La Habana, con su estilo neobarroco, obra del arquitecto belga Paul Beleu. El conjunto arquitectónico fue realzado por todo el trabajo paisajístico que se hizo en las áreas del Paseo del Prado y en las inmediaciones de las calles Zulueta y Monserrate.

Al decir del especialista, la fachada del Centro Asturiano de La Habana, con sus 40 metros de altura y sus cuatro torres diferentes, es mucho menos rebuscada que la del Centro Gallego.

“Resultan significativas en la edificación: su majestuosa fachada, con su portal que la circunda por las cuatro esquinas; su gran escalinata, enchapada con mármoles de carrara, y su gran vitral de cristal emplomado, de 150 metros cuadrados, con escenas que muestran el descubrimiento de América por Cristóbal Colón”.

Las zonas interiores están muy bien construidas, con una fuerte tendencia ceremonial y escenográfica, con ricos pavimentos de mármoles, decoraciones en yeso, carpintería elaborada con cedro y caobas cubanas, enchape de mosaicos sevillanos que se puede apreciar en el Café Baco, ubicado en el segundo piso y, para concluir, el hemiciclo, donde se daban actividades para un total de 60 personas.

“Todo está muy bien conservado. No creo que se hayan hecho grandes intervenciones que hayan dañado la imagen original del edificio”, concluye el arquitecto.

El Centro Asturiano de La Habana se mantuvo funcionando allí hasta principios de la década de los 60 del siglo anterior. Después del Triunfo de la Revolución, el inmueble tuvo varios usos, hasta que en 1996 se aprueba adecuar sus áreas con el fin de convertirlo en el Edificio de Arte Universal del Museo Nacional de Bellas Artes.

Desde el año 2000 el edificio acoge las colecciones de arte universal, con piezas de las siete escuelas europeas, y la colección Conde de Lagunillas de arte antiguo, entre otras. Contribuye así a atesorar, restaurar, conservar, promover e investigar las obras que forman parte del patrimonio visual en la Mayor de las Antillas.


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Maya Ivonne Quiroga Paneque

Periodista, locutora, guionista y directora de radio y televisión


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