La abolición del cambio de hora

Ya no son rumores, es noticia para unos y para otros es un asunto que sigue suscitando análisis. La propuesta está hecha, pero la decisión no se concreta. En septiembre pasado, la Comisión Europea presentó una consulta legislativa en la que apuesta por acelerar y eliminar el cambio de hora.Varios países todavía no dan una respuesta tras diferentes reuniones.

Los motivos son diversos. Holanda, por ejemplo, alegó que la consulta pública efectuada en verano por la Comisión Europea carece de estudios que evalúen con precisión los efectos (financieros) del cambio, y considera necesario consultar a la población y las empresas de esa nación.

En cambio, Australia es partidaria de abandonar el cambio bianual y de aplicar el horario de verano; Finlandia también está de acuerdo en la eliminación del sistema actual, mas, en Portugal prefieren mantenerse como hasta ahora.

Estamos en 2019 y la propuesta de la Eurocámara de abolir definitivamente los cambios bianuales a partir de este año aún no se materializa. Quedan países indecisos, por lo que se abrió un período de reflexión que finalizaría en el año 2021.

En caso de que se efectuara el fin del cambio de hora, las naciones que se queden con el horario de verano tendrán que ajustar los relojes por última vez en marzo del 2021 y si sucede con el horario de invierno, lo tendrán que hacer en el mes de octubre.

REPERCUSIÓN DE ESTE FENÓMENO EN EUROPA

El cambio de hora se remonta a la década de los años 70, con la primera crisis del petróleo, cuando algunos países decidieron adelantar el reloj para aprovechar la luz del sol y consumir menos electricidad; sin embargo, en estos tiempos la cuestión resulta insignificante para un grupo de ellos.

El Periódico de Catalunya, España, publicó el 26 de marzo, que en Bruselas los ahorros energéticos son mínimos hoy día (entre el 0,1 y 0,2 por ciento del consumo eléctrico anual) y dejó de ser un argumento válido. En tanto, según informó El País, la Comisión Europea explica que sus presuntos beneficios son menores que los trastornos generados a la salud.

La idea de adoptar el horario de invierno durante todo el año influiría en la salud humana y en la economía. Expertos señalan que la luz de la mañana es más beneficiosa que la de la tarde, la más adecuada para la salud integral de las personas.

El horario de verano suele tener efectos molestos (en forma de insomnio, somnolencia o mareos), sobre todo en niños y ancianos. Los estudios acerca de sus consecuencias son varios, aunque muchos de ellos sin resultados concluyentes, solo la alteración del sueño debido al cambio de hora, puesto que el horario de trabajo es el mismo.

Una investigación elaborada por científicos españoles demuestra que la ruptura de la rutina del sueño produce un efecto similar al del jet-lag, o aumento de migrañas. Esto puede provocar un incremento de la mortalidad en las carreteras de 1,5 vidas perdidas cada año. Las razones se relacionan con la fatiga, dada a la acumulación de una hora de sueño.

Otra consecuencia sería el ascenso de los ataques cardiacos durante los primeros tres días de la semana después del cambio al horario de verano, según el European Review for Medical and Pharmacological Sciences.

De igual modo, los animales de granja se ven afectados.Por ejemplo, el cambio de horario altera las horas de alimentación en las gallinas, los cerdos, provocándoles ansiedad, y también modifica las horas de ordeñar a las vacas, lo que causa pérdidas en el total de litros obtenidos al final del día.

Hasta el 2021 tienen los países de la Unión Europea para decidir con qué horario se quedan, por lo pronto recibieron este 31 de marzo al horario de verano.