viernes, 26 de abril de 2024

Inteligencia emocional

Todas las respuestas emocionales bien aplicadas son positivas, siempre que sus consecuencias lo sean...

Alberto Jesús Quirantes Hernández
en Exclusivo 01/01/2018
6 comentarios
Inteligencia emocional
No existen pruebas capaces de determinar el nivel de inteligencia emocional de una persona.

La inteligencia emocional es la capacidad de cada persona, en menor o mayor cuantía, de reconocer y tomar en cuenta los sentimientos propios y los ajenos para poder manejarlos adecuadamente y de la manera más provechosa, casi siempre para todas las partes.

Empieza por identificar los sentimientos personales, los deseos y los miedos. Conocerse a sí mismo para poderse expresar adecuadamente es fundamental para poder desarrollar la inteligencia emocional en su conjunto.

LAS HERRAMIENTAS PARA ADQUIRIR INTELIGENCIA EMOCIONAL

Se debe hacer una lista muy sincera de los aspectos positivos y los aspectos negativos personales. De ahí, comenzar a reforzar los aspectos positivos y al mismo tiempo limar, disminuir o eliminar los negativos.

Es esencial controlar el estrés. Puede perturbarnos e incluso superar la capacidad de ver las cosas con claridad, serenidad, conveniencia y objetividad. Es importante mantenerse tranquilo ante cualquier situación. Es necesario identificar su causa, luego calcular cual será la respuesta frente a esta y reflexionar cómo podemos modificar esta respuesta, si la circunstancias lo aconsejan, por una positiva.

Cada persona debe aprender a comunicarse con los demás. No solo por su lenguaje, sino también por lo no hablado, es decir, el lenguaje no verbal. Para transmitir confianza y receptividad a los interlocutores debemos tener muy en cuenta lo transmitido con nuestra vestimenta, entonación, gestos o expresiones. Tan solo levantar una ceja en determinado momento puede ser suficiente para abrirnos o cerrarnos una puerta.

La empatía despeja los caminos de la vida y está relacionada con el reconocimiento, la aceptación y la simpatía hacia los sentimientos de los demás dentro de una prudente y conveniente distancia emocional. Produce efectos positivos capaces de rebotar hacia nosotros con amplios beneficios.

Se debe conocer cómo solucionar conflictos y la mejor forma es identificarlos y tomarse un tiempo para reflexionar acerca de ellos. Utilizando lo anteriormente mencionado, es muy posible enfrentarlos con éxito y de forma positiva; y al mismo tiempo tomar buenas experiencias, sobre todo de los ajenos. Es más seguro y se refleja en un viejo y conocido dicho callejero.

DOS INTELIGENCIAS

Cada persona tiene dos clases diferentes de inteligencia: la racional y la emocional. El éxito en la vida está determinado por ambas, pues las emociones son importantes para el ejercicio de la razón.

Los rasgos principales de la llamada inteligencia emocional consisten en la capacidad de motivarnos a nosotros mismos, de trazarnos metas realistas y cada vez más ambiciosas, de la persistencia en pos de los objetivos propuestos a pesar de las posibles frustraciones, del estricto control de los impulsos, de saber esperar por las recompensas, de la regulación a voluntad de los estados de ánimo, de eliminar los estados de angustia capaces de interferir con la razón y la capacidad de crear empatía con los demás.

Con sus palabras y sus acciones, a veces sencillas, los bien dotados de inteligencia emocional tratan siempre de promover la sonrisa agradecida de los demás; bajo ningún concepto se crean enemigos gratuitamente o por lo que le susurran los eternos intrigantes.

LOS EMOCIONALMENTE INTELIGENTES

No existen pruebas capaces de determinar el nivel de inteligencia emocional de una persona, a diferencia de aquellas capaces de determinar el coeficiente intelectual (CI).

Quienes están dotados de una elevada inteligencia emocional generalmente son socialmente equilibrados, extrovertidos, alegres, poco tímidos y no rumian sus preocupaciones. Poseen una buena capacidad para comprometerse, hasta límites convenientes, con las causas de las personas; triunfan porque suelen aceptar responsabilidades acordes a su capacidad y conveniencia, mantienen una visión ética de la vida y son afables, cariñosos y bien acogidos en sus relaciones. Su vida emocional es satisfactoria; se sienten contentos consigo mismos, con sus amistades y con el universo social donde viven. No son soñadores, basan su vida en hechos concretos y tienen metas realistas capaces de cumplir y hasta de sobrepasar.

Todas las personas son resultado de la combinación entre el CI y la inteligencia emocional, pero en distintas proporciones.

LA INTELIGENCIA PURA

La inteligencia racional sola no es capaz de predecir el éxito de las personas en las tareas concretas de la vida, en los diversos ámbitos de la familia, los negocios, la toma de decisiones o el desempeño profesional.

El CI por sí mismo no garantiza el desempeño exitoso. La inteligencia pura no decide un buen manejo de las vicisitudes traídas por la vida y necesarias de enfrentar para tener éxito en la existencia terrenal.

CLASIFICACIÓN DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

Son de dos tipos: la inteligencia intrapersonal y la interpersonal.

La primera consiste en diseñar un modelo realista y preciso de uno mismo, analizando los propios sentimientos, modificándolos a su favor y al usarlos en su propia ayuda.

La interpersonal es la capacidad de comprender e interesarse por los demás; tener la capacidad de reconocer, adecuarse y reaccionar ante el humor ajeno, el temperamento, las dificultades, los éxitos y las emociones de los otros.

Se puede nacer con inteligencia emocional innata, pero también se puede aprender. Es un signo de madurez y de mucha inteligencia.

La inteligencia emocional es un conjunto de rasgos de la personalidad. Porque determinadas emociones son útiles y traen un beneficio al individuo y otras no. Todas las respuestas emocionales bien aplicadas son positivas, siempre que sus consecuencias lo sean.

PARA ALGUNOS ELLOS SON TEMIBLES

La inteligencia emocional (IE) es una cualidad moral deseable. Hay quienes los consideran como poseedores de grandes habilidades.

Según algunos, una IE bien desarrollada es sólo una herramienta fundamental para el cumplimiento de metas en personas ambiciosas. Pero, además, alegan, es un arma poderosa en personas bien dotadas para manipular a los otros robándoles su capacidad de razonar. Pero si también, siempre y de manera permanente, es utilizada con consideraciones para los demás, para buenas acciones y para favorecer al prójimo, pues bienvenida sea.


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Alberto Jesús Quirantes Hernández

Profesor Consultante y Jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Docente Dr. Salvador Allende en La Habana, Cuba.

Se han publicado 6 comentarios


Mariliz
 7/1/18 6:13

Un buen artículo. Es para reflexionar, memorizar y aplicar en la vida diaria

Jorge
 3/1/18 18:04

¡Que manera de hacerme reflexionar este artículo! Me ha enseñado mucho para la vida

Reglita
 3/1/18 12:19

Gracias a Cubahora y al Dr. Quirantes por este gran artículo que orienta nuestras vidas de la manera más positiva posible

Valia
 3/1/18 12:02

Muy buen artículo, para el 2018 una de mis metas es fomentar mi inteligencia emocional, porque por determinadas razones, no reaccioné inteligentemente a situaciones que viví en 2017, y ya comencé a aplicarlo, y de veras me siento más positiva y eso me hace bien. saludos

Mary Luisa
 2/1/18 21:23

En verdad que este artrículo es un gran artículo. Llega hondo y para bien

Salomé
 1/1/18 21:16

Felicidadesa Cubahora en el 2018 y que sigan los triunfos con tremendos artículos como este de ahora. Creo es útil para todas las personas del mundo entero.

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