jueves, 25 de abril de 2024

Los médicos no se detendrán, Yadian tampoco

Hace menos de una semana que circuló entre los internautas su iniciativa, pero fue este 15 de abril que llegaron al Hospital Militar Mario Muñoz Monroy, de Matanzas, las primeras 60 caretas nacidas de su empeño...

Anneris Ivette Leyva García en Exclusivo 17/04/2020
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Yadian con nasobuco y caretas
Para narrar esta historia de humanidad y desinterés personal fue preciso que se unieran trabajadores por cuenta propia, empresas estatales y otras instituciones (Foto: tomadas del perfil de Facebook del entrevistado)

El 11 de marzo pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaraba a la COVID-19 como pandemia y, horas después, en Cuba se detectaban los tres primeros casos importados, positivos a la enfermedad.

A nueve días de aquel suceso, Yadian Pérez Bernal cumplía años. Aparentemente, estos hechos nada tendrían que ver entre sí, y probablemente así fuera al inicio. Pero los caminos a los que abruptamente nos ha conducido este flagelo, las maneras en que nos ha cambiado la vida determinaron también que, a sus 29 años, el nombre de este joven recorriera las redes sociales de internet y apareciera en disímiles medios, por su participación en la lucha contra el nuevo coronavirus.

Él no es diseñador, ni ingeniero –aunque se esfuerza por obtener un título que lo acredite como tal. Pérez Bernal es un joven trabajador de la Fiscalía Provincial de Matanzas que atiende las necesidades informáticas de la institución mientras realiza su tesis para graduarse de esta especialidad, en la Universidad de la provincia. Además, se desempeña como trabajador por cuenta propia, en la actividad de Rotulación y Grabado. y con este oficio se ha dado a conocer, al producir desde su casa máscaras para el resguardo del personal médico que combate la enfermedad.

Hace menos de una semana que circuló entre los internautas su iniciativa, pero fue este 15 de abril que llegaron al Hospital Militar Mario Muñoz Monroy, de Matanzas, las primeras 60 caretas nacidas de su empeño.

El 15 de abril fueron entregadas las caretas elaboradas por este joven y su red de colaboradores, al Hospital Militar de Matanzas. (Foto: Cortesía del entrevistado)

Decimos de su empeño y no de sus manos porque él insiste en recordar que hubo muchas involucradas en la confección de estos accesorios. No hay entrevista o comentario en redes sociales en los que el joven olvide dar crédito a sus vecinos; quienes, ante una convocatoria suya, se ofrecieron a colocar elásticos para la sujeción de los dispositivos y a recortar las micas que posibilitan la protección facial. Esta colaboración, asegura, fue “primordial”.

Con una muela dándole guerra y el calor empezando a dar batalla, Yadian dedicó largas noches a la elaboración de las máscaras. Para no dejar que el cansancio lo venciera lo acompañó en cada madrugada su esposa, Lianet Quintero.

El primer lote confeccionado por Yadian contó con la ayuda de su esposa y vecinos (Foto: tomada del perfil de Facebook del entrevistado)

Ambos fueron padres hace poco y ella, en particular, transita por su periodo de licencia de maternidad. Todo el que haya sido bendecido con una experiencia similar sabe de los sacrificios que conlleva, el cansancio que se acumula tras cada jornada de cuidados. Aun así, Lianet renunció a sus escasas horas de sueño, para ayudarlo en “cada detalle de la producción”.

La chispa que iluminara al joven le llegó a través de WhatsApp, la misma aplicación de mensajería donde abundan tantas noticias falsas y cadenas de spam. El grupo de cuentapropistas al que pertenece Yadian empezó a promover la idea de colaborar con la fabricación de los utensilios de protección que empezaban a hacer falta en la lucha contra la COVID-19.

A partir de entonces, él empezó a experimentar con lo que tenía en casa, motivado por sus ganas de aportar. Nadie le había hecho un encargo específico más allá de su conciencia, de su propia necesidad de colaboración. “Me siento muy cubano, y nosotros nos caracterizamos por nuestra humanidad y solidaridad… por mis venas corre sangre de una familia revolucionaria”, comentó en el post de Facebook que lo diera a conocer en el país más allá, al ser compartido 5 mil veces y comentado de manera alentadora por 6 500 personas.

“La idea nació de mi convicción, vi que hacían falta y quise contribuir, ayudar a mi país; también lo hice por mi hijo, por su futuro” –enfatizó en entrevista concedida para la Oficina Nacional de Diseño en colaboración con Cubahora.

Los materiales que usa son acetato, vinilo, un listón de PVC, mica plástica y un pegamento compatible con los componentes mencionados; además del elástico que se cose al final. En respuesta a nuestra inquietud, asegura que a estos pueden aplicárseles las fórmulas existentes de desinfección (la del hipoclorito de sodio o la hidroalcohólica, por ejemplo).

Por el camino tuvieron que solucionar dificultades de diseño, pero el empeño de todos se impuso (Foto: tomada del perfil de Facebook del entrevistado)

Indagamos también por los tiempos de producción. Relata que, a partir de tener la idea, demoró una semana en tener listas las primeras 60 caretas; pues debió estudiar referentes, hacer consultas y solucionar por el camino un inconveniente no previsto, precisamente de diseño.

Él y sus ayudantes voluntarios –nuestro protagonista insiste en hablar en plural, como equipo- no se percataron de que muchos médicos usan espejuelos; así que debieron hacer una adaptación para separar más la mica del rostro. Llegar a la solución significó una “tarea ardua”; pues ninguno de ellos cuenta con una formación específica que permita resolver de manera rápida este tipo de problemas (o incluso preverlos con antelación). Pero donde habita el empeño y moviliza el corazón, no hay imposibles.

Pérez Bernal afirma que, con la experiencia y habilidades ganadas, se pueden producir 30 máscaras diarias. Por tanto, espera en los próximos días confeccionar una centena o más para entregarlas a la dirección provincial de Salud Pública, encargada luego de distribuirlas según las necesidades del territorio.

Para este nuevo lote cuenta con las donaciones de colegas de los municipios de Colón y Matanzas.  Igualmente, el Grupo Empresarial Gardis, ubicado en la provincia, contribuyó con 200 metros de elástico y la representación cardenense de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (ACAA) facilitó pegamentos. El joven no olvida señalar la colaboración del secretario general de la CTC de Matanzas, quien personalmente le hizo entrega de estas materias primas.

Desde el inicio, Yadian también sintió el apoyo de Lázaro Suárez Navarro, intendente del municipio de Cárdenas, quien le prometió ayuda en lo que hiciera falta y se encargó de gestionar la primera de sus donaciones, así como la transportación hasta el Hospital.

A pocas horas de haber hecho efectiva la entrega, el joven escribió en su perfil de Facebook: “La ayuda a los médicos seguirá, no me detendré, como ninguno de ellos tampoco lo hará; su misión es salvar vidas, la mía es contribuir a su protección”.

Para narrar esta historia de humanidad y desinterés personal fue preciso que se unieran trabajadores por cuenta propia, empresas estatales, asociaciones de artesanos-artistas y sindicales, autoridades del gobierno local, la comunidad, una familia… todos en función de cuidar a nuestros médicos y ganarle la batalla al SARS-CoV-2.

Hasta donde lo escribimos es un relato enternecedor, pero su final aún está por descubrir. No sabemos cuántos más, como Yadian, deberán cumplir años en cuarentena o en la primera línea de enfrentamiento a la pandemia. Pero sí tenemos la certeza de que, quienes realizan tanto esfuerzo, incluso a costa de su propio bienestar, no merecen menos que nuestro apoyo -aunque este consista en quedarnos en casa- ni otro desenlace que el de la salud, y la victoria.

Si, como Yadian, puedes traducir tu convicción en un aporte; no demores, #HazQueSeVea.


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Anneris Ivette Leyva García

Licenciada en Periodismo (2008) y Máster en Gestión de Diseño (2021). Integrante del proyecto creativo de comunicación y diseño Estudio Formato y de su Observatorio de Comunicación Política. Colaboradora de Cubahora y de la revista cubana de diseño La Tiza.


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