martes, 16 de abril de 2024

Leyendas del turismo cubano, El 'Pelú' de Baracoa

Baracoa exhibe muchas leyendas y tradiciones, una de ellas asociada a un español a quien incluso le levantaron una estatua vívida...

en Prensa Latina 12/02/2018
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El Pelú de Baracoa
El 'Pelú', un español que tiene su escultura en uno de los paseos principales de la ciudad.

Una de las poblaciones más interesantes de Cuba, Baracoa, exhibe muchas leyendas y tradiciones, una de ellas asociada a un español a quien incluso le levantaron una estatua vívida: El ''Pelú''.

Baracoa, la más oriental ciudad de Cuba y conocida como la Primada por ser la primera villa fundada por los españoles en la isla, tiene mucho que aportar al turismo en alza en esta isla caribeña.

Entre sus valores añadidos se encuentran las leyendas y tradiciones, como el caso de la relacionada con El 'Pelú', un español que tiene su escultura en uno de los paseos principales de la ciudad.

Conocida como la capital del cacao cubano y donde se produce además el mejor chocolate del país, Baracoa fue fundada por el explorador español Diego Velázquez en 1511 y se ubica en la parte noroeste de la provincia de Guantánamo.

Es un lugar sumamente bello, rodeado de montañas y ríos. En esta ciudad llena de encantos todavía corre la historia que data del siglo XIX y pasa de boca en boca hasta nuestros días.

Por el año 1893 llegó a Baracoa un misterioso personaje nombrado Vicente Rodríguez, procedente de Poza, provincia de la Coruña en España.

Algunas narraciones lo señalan como un rico comerciante que tuvo gran fortuna en Santiago de Cuba. Por esos días era tratado como un gran señor y su inteligencia inspiraba respeto.

Un buen día Vicente se marchó, pero nadie supo a dónde. Algún tiempo después regresó a Baracoa, exactamente en el año 1896, pero su aspecto ya no era el mismo. El hombre llegó despojado de toda fortuna y envuelto en la más cruda miseria.

Exhibía el pelo desaliñado, una barba rizada muy revuelta y ropas en harapos. Dicen que enloqueció completamente y caminaba descalzo y con los pantalones remangados.

Nunca fue agresivo con nadie, pero al verlo deambular solo por las noches, las personas comenzaron a temerle y a esgrimir fábulas tenebrosas sobre la presencia de aquel hombre, al que llamaron El 'Pelú' de Baracoa o 'El Misterioso'.

Algunos lo humillaron, incluso fue apedreado varias veces y luego de protestas, el Ayuntamiento decidió expulsarlo para siempre de la localidad.

El día de su partida, el 'Pelú' de Baracoa maldijo al lugar. Poco antes de abordar la embarcación donde iba a ser trasladado se le escuchó decir:

'En Baracoa se harán muchos buenos planes, se generarán muchas buenas ideas, pero todas se desmoronaran, nada se les cumplirá'.

La leyenda es ya centenaria, pero aún continúa intacta en la memoria popular. Muchos baracoenses creen fervientemente en esta maldición.

Al personaje se le asocia siempre con los malestares y vicisitudes que golpearon a los coterráneos de la ciudad de Baracoa por aquellas épocas, e incluso en el presente, cuando un fuerte ciclón destruyó recientemente muchas casas.

Esos vaticinios que presagió El 'Pelú' para la ciudad de Baracoa a finales de la década del noventa del siglo XIX, pasaron de generación en generación hasta el presente, y para bien o para mal una estatua lo recuerda.

El Misterioso llegó a la nación caribeña como la mayoría de los españoles y al parecer logró hacer capital en Santiago de Cuba como comerciante y persona de no poca inteligencia.

Por un accidente de la vida, se convirtió en misionero y dio todas sus pertenencias a los pobres que bendijeron su determinación.

Se transformó en persona dispuesta a evangelizar a criminales, a otras personas de mal y a quienes eran castigados por la ley.

Muchos pensaban que era un loco y, aunque era un hombre tranquilo y no ofendía a nadie, algunas personas le tenían miedo y otras le ofrecían comida y le brindaban café a quien, a cambio, daba una hoja de árbol o una piedra.

En cierto momento, por los años 1896-1897, cuando sus sermones eran ofensivos, los ciudadanos protestaron y el Ayuntamiento decidió expulsarlo de la ciudad.

Estos detalles los aporta el Historiador de Baracoa Alejandro Harman, un intelectual que precisamente después de dar clases como profesor de Historia en La Habana, decidió volver a su tierra y dedicarse a rescatar detalles del entorno y de su gente.

Abandonada en su momento en la porción más al este de la nación, Baracoa cuenta con un atractivo muy particular, tal como expresan autoridades del territorio.

Su obtiene un crecimiento turístico de entre el nueve y el 14 por ciento, con 389 habitaciones hoteleras entre Guantánamo y Baracoa, y unos 200 alojamientos privados en la segunda urbe mencionada.

Francia, Alemania, Holanda y Reino Unido apuntan como principales emisores turísticos hacia la villa. En el caso de la provincia de Guantánamo en general, sobresalen los visitantes procedentes de Estados Unidos, México e Italia.

Destacan en Baracoa los hoteles La Rusa y el Castillito, y un conjunto de tradiciones, sumadas a producciones locales de dulces como los famosos cucuruchos de coco y chocolate.


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