No por poco conocida, deja de ser importante la labor de las comisiones permanentes de trabajo de la Asamblea Nacional del Poder Popular, que auxilian a esta y al Consejo de Estado en la más alta fiscalización de los órganos estatales y del Gobierno, y que tienen entre sus prerrogativas la elaboración de propuestas de leyes y acuerdos, realizar estudios o presentar dictámenes.
Por esa razón, el accionar de los diputados organizados en diez comisiones, que se renuevan en cada Legislatura, es sistemático, se perfecciona y, de manera notable, se ha incrementado últimamente con la promoción del control y la fiscalización en objetivos priorizados por el Presidente de la Asamblea Nacional.
La información periodística en los distintos tipos de medios en los últimos periodos de sesiones ha hecho testigo a nuestro pueblo de los análisis y debates en las comisiones o en el plenario; sin embargo, resulta necesario también que todos conozcan el trabajo desplegado durante todo el año por los diputados, quienes, como representantes del pueblo, integran el órgano supremo del poder del Estado.
Las comisiones de trabajo son permanentes, aunque en determinadas circunstancias y para asuntos específicos el Parlamento puede disponer la creación de algunas con carácter temporal. Todas cumplen funciones de gran trascendencia para la sociedad y el Estado, aunque por razones de la propia naturaleza de un órgano legislativo, hay unas de acentuada significación, como la de Asuntos Constitucionales y Jurídicos que, entre otras misiones, debe considerar los proyectos de leyes y acuerdos, ver si cumplen con las formalidades de esos instrumentos y, sobre todo, si no contradicen los preceptos constitucionales.
“De acuerdo con mi experiencia se ha avanzado en el apoyo y comprensión del papel de las comisiones de trabajo, también en la participación de los diputados, incluso aquellos que no integran comisiones y colaboran con estas. Otro cambio destacable es que ahora los diputados son los ponentes de los temas y no los ministerios, y por tanto la información básica no es la aportada por los organismos o algunos diputados muy vinculados a determinado sector”, refiere Caridad López Castillo, funcionaria del Área de Atención a Comisiones en las Oficinas Auxiliares de la Asamblea Nacional.
En el cumplimiento de sus funciones, las comisiones pueden entrevistar a funcionarios del Estado y del Gobierno, así como de las empresas y entidades que les permitan obtener información útil para su trabajo, también pueden invitar o convocar a sus reuniones a los jefes de organismos de la Administración Central del Estado, y a otros cuadros de primer nivel de dirección, previa autorización del Presidente de la Asamblea Nacional, en coordinación con el jefe de Gobierno.
Resulta muy positivo el hecho de que el 47% de la Asamblea Nacional esté compuesto por delegados de circunscripción y sean la mayoría en determinadas comisiones. Visto así, los debates se enriquecen, pues el diputado suele aportar, además de sus propios argumentos, la visión del que está todos los días en medio de los electores y sus realidades.
Muchos asuntos que suscitan discusión en las comisiones, como suelen ser la comprobación del cumplimiento de las decisiones del Parlamento Cubano y el Consejo de Estado, se han estado investigando y analizando por los diputados en grupos, subgrupos o individualmente en los territorios donde residen.
En el reciente periodo ordinario de sesiones, más del 90 % de los problemas examinados por las comisiones se derivaron de las acciones de fiscalización y control de los representantes del pueblo, quienes recogen y estudian los planteamientos más reiterados por los ciudadanos, los expuestos en las comisiones, en las reuniones de diputados para considerar los proyectos de ley, en las informaciones o las rendiciones de cuentas que hacen los ministerios al plenario o en los debates en los periodos ordinarios de sesiones, o también los reflejados en la prensa.
Las intervenciones de los diputados en las comisiones se recogen, se clasifican y se envían a los organismos correspondientes, para que las valoren y respondan; de esta forma, los diputados saben que a su opinión o la de algún elector se le ha dado curso y se dará respuesta.
Aunque no hay problema tabú o excluyente, y por lo tanto todo es susceptible de ser expuesto, indagado y explicado, en cada agenda se consignan los números de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución relacionados con el tema a discutir. Ello ayuda a centrar la discusión en los análisis de los problemas más acuciosos relacionados con las transformaciones actuales u otras prioridades.
Por ejemplo, en el último Periodo Ordinario de Sesiones todas las comisiones incluyeron en su orden del día la lucha contra las indisciplinas sociales y el delito en los sectores de su incumbencia, sobre lo cual los representantes de los organismos informaron a los diputados los resultados de lo que han estado haciendo al respecto.
El mismo sentido se ha dado al interés de los presidentes del Consejo de Estado y de la Asamblea Nacional por que se debata el impacto de las políticas implementadas por las administraciones, que generan opiniones y sugerencias, pero también interrogantes, incomprensiones o rechazo en muchas personas.
Concluidas las labores del último periodo, ya las presidencias y los diputados de cada comisión tenían identificados claramente los sectores y líneas en los que actuarían en los meses que los separan del próximo, y las habían incluido en sus planes de trabajo.
Pero no siempre se puede esperar a los periodos ordinarios de sesiones, pues hay temas a corto plazo que se deben debatir antes, llegar a conclusiones y generar propuestas. No obstante, los propios integrantes de las comisiones están proponiendo que sus reuniones sean más frecuentes y dispongan de más tiempo para profundizar en los asuntos, cuestión con la cual ha coincidido el General de Ejército Raúl Castro.
Magda Pérez Matos, vicepresidenta de la Comisión de Industria, Construcciones y Energía, expone que casi todos los 37 diputados de su agrupación son nuevos en esa función, y que a ellos se han sumado otros 16 que no estaban en ninguna comisión, quienes se han incorporado de manera fija. Ello les permite disponer de parlamentarios en gran número de municipios.
“¿Cómo llevamos a cabo el control y la fiscalización? —se pregunta y responde ella misma—: Seguimos una serie de pasos. Primero, la Comisión aprueba las directivas de trabajo que responden fundamentalmente a los Lineamientos y a las prioridades de su implementación; segundo se hace un plan que incluye las acciones a desarrollar; tercero, se recoge también la opinión de los organismos; y cuarto, se les envía a los diputados de la Comisión en el municipio donde fueron elegidos, para que recopilen información en su territorio.
“También pueden incorporarse nuevos temas o problemas que están afectando a la población. Por ejemplo, en diciembre pasado, nuestra Comisión analizó la situación de los focos contaminantes, la política de envases y embalajes, y las industrias locales y de materiales de la construcción”, agrega la diputada Pérez Matos.
La dirección de la comisión que ella conduce, al igual que otras, frecuentemente se traslada a provincias y trata con los diputados del territorio los asuntos referidos a la comisión o cualquier otro que considere.
También se reúne con la dirección de la Asamblea Provincial correspondiente, y entonces todos se trasladan a los municipios, visitan los centros objeto de investigación, analizan los problemas, recogen opiniones y preocupaciones de los trabajadores, y constatan cómo se cumple la implementación de la política.
Después la comisión hace un informe final al Presidente de la Asamblea que se hace llegar también a la Secretaría del Consejo de Ministros y a los ministros. En los debates de las comisiones durante los periodos de sesiones en la capital, los ministros que intervienen deben tener una respuesta a esas consideraciones de los diputados.
Es una concepción del trabajo de las comisiones no solo enunciar un problema y dejarlo para que otros lo resuelvan, sino dar la opinión en la propuesta de solución a un problema detectado.
Por su parte, la diputada Tania Duconger Alarcón, presidenta de la Comisión de Atención a los Servicios, opina que “hay un mayor respaldo a las comisiones parlamentarias por parte de las asambleas municipales y provinciales, cuando, por ejemplo, investigamos sobre el control del presupuesto”.
“La complejidad y amplitud de cuestiones como estas requieren asumirlas cada día con más responsabilidad y dominio del tema, incluso de conjunto con otras comisiones, pero el tiempo es una limitante; por esa razón, los diputados reclaman más tiempo para indagar, analizar y debatir los problemas, y que las reuniones de las comisiones sean más frecuentes en todos los niveles”, apunta la también delegada de circunscripción.
De sus experiencias en esta labor, considera que “también se requiere una infraestructura de comunicación interna más eficiente y dinámica, pues mi comisión está integrada por 57 diputados, el 56 % de los cuales son delegados de base o presidentes de consejos populares, algunos en lugares distantes”.
En las conclusiones de la sesión constitutiva de la IV Legislatura, el 15 de marzo de 1993, el compañero Fidel exhortó a los diputados, que acababan de tomar posesión, a enfrentar las duras pruebas que se avecinaban, y les dijo:
“Lo que más queremos de cada uno de ustedes es que tomen conciencia de este papel que tienen aquí y fuera de aquí; porque no se trata del tiempo que trabaje la Asamblea en plenario, sino del tiempo que trabajen las comisiones, del papel que representen”.
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