jueves, 25 de abril de 2024

Para descubrir la Ruta de la Seda

La iniciativa del presidente chino Xi Jinping de recuperar esta ruta significaría el desarrollo de las provincias más occidentales de China así como de Asia Central y el Oriente Medio...

Linet Perera Negrín en Exclusivo 25/07/2015
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Con 2000 años de historia y 7000 km de largo, la Ruta de la Seda es uno de los trayectos más interesantes y de mayor alcance del mundo. El conjunto de vías comerciales originadas en China servía de puente entre los antiguos estados de China, India, Persia, Arabia, Siria, Turquía, Grecia y Roma; para fomentar los intercambios entre las civilizaciones asiáticas y europea.

La red de rutas comerciales que surgió en el siglo I a.C. fue organizada a partir del negocio del artículo más prestigioso que circulaba por ellas: la seda china.

Sin embargo, otros productos se distribuían por estos caminos. Por ejemplo, la segunda mercancía transportada era la porcelana. De igual forma, era común ver también plantas como el moral —cuya hoja es la única comida del gusano de seda—, el bambú, el peral, el abedul, la malva arbórea, el rosal y el arbusto de té. Además de ingredientes o medicinas herbáceas: canela china, jengibre, ruibarbo, entre otras especias de origen chino.

A esta lista se suman, las piedras, metales preciosos, telas de lana o de lino, coral, marfil, vidrio y ámbar.

Pero, el comercio no solo fluyó en un solo sentido: de China hacia otros continentes. La gran nación asiática obtuvo beneficios y muchos artefactos de Occidente. Algunos de ellos fueron el mercurio, el ágata, el ámbar, el carey, el perfume y el vidrio. Este último ejerció una importante influencia en el desarrollo de las industrias de porcelana.

Sin embargo, la Ruta de la Seda también tenía su lado peligroso. Por ella no solo circulaban mercaderes, sino asaltadores y ladrones que hacían que sus caminos no fueran totalmente seguros.

El geógrafo alemán Ferdinand Freiherr von Richthofen fue quien nombró a este complejo de rutas comerciales como la Ruta de la Seda, al referirse a ella en su obra Viejas y nuevas aproximaciones a la Ruta de la Seda en 1877.

COMERCIO: LA BASE DEL INTERCAMBIO DE CONOCIMIENTOS

Más allá de las especias, productos u otro tipo de mercancías que formaban parte del comercio, la Ruta de la Seda sirvió como espacio desde donde se divulgaron múltiples conocimientos o técnicas avanzadas de la época de una región hacia otra.

En este sentido, habría que mencionar la técnica metalúrgica, la de perforación de pozos y la de crianza de gusanos de seda. Igualmente, la difusión de la astronomía, medicina, música y arquitectura fueron llevadas desde China hasta Occidente.

Los historiadores explican que los cuatro inventos más importantes y conocidos de la antigua China: la brújula, la pólvora, la fabricación del papel y la imprenta afectaron notablemente el desarrollo de la civilización mundial. La masificación del papel y de la imprenta rebajó, en gran medida, el costo de los libros y la educación, mientras el uso de la brújula en la navegación marítima contribuyó al descubrimiento del Nuevo Mundo por Cristóbal Colón y a la circunnavegación de la Tierra por Fernando de Magallanes.

DE ITINERARIOS COMERCIALES Y UNIONES TERRITORIALES

De manera general, la Ruta de la Seda tenía cuatro itinerarios. El primero y más importante es el abierto por Zhang Qian, que empieza en Chang’an (actualmente la ciudad de Xi’an), para llegar a Asia Central, Asia Occidental y Europa.

Al ser el punto de partida del itinerario más importante, Chang’an contaba con una superficie de 84 km² durante la dinastía Tang (618-907), tres veces la de Roma. Este recorrido, que no es una línea recta, cubría regiones de la cordillera del Pamir, Ferganá, Uzbekistán, Alejandría (Egipto), Pakistán, Kabul (Afganistán), Sistán, Kirguizistán, Kazajistán, Persia y Roma.

El segundo —conocido como la Ruta de la Seda del Suroeste— comenzaba en Chengdu. A continuación pasaba por Myanmar, India, Pakistán hasta llegar a Asia Central.

Reconocido por su comercio de té, el tercero se extendía al norte con dos posibles trayectos: uno hacia Europa Oriental y el otro hacia Asia Central, Asia Occidental y Europa Oriental. El último itinerario era la Ruta de la Seda Marítima.

La Ruta de la Seda logró un mejor desarrollo durante la dinastía Tang, pero en el ocaso del linaje su centro económico fue trasladándose hacia el sur. La razón fueron los conflictos en las fronteras del norte, que estimuló la prosperidad de las rutas de la seda del sur y marítima, mientras la Ruta de la Seda del norte se abandonó.

No volvió a prosperar hasta el siglo XIII, cuando Gengis Kan (1162-1227), el emperador mongol, dirigió sus tropas de caballería a conquistar Asia norte. Por esta razón, los comerciantes que contaban con los permisos respectivos podían hacer negocios directos entre China y Europa.

Después de la dinastía Yuan (1271-1368), las vías comerciales gradualmente fueron decayendo una vez más.

A la situación contribuyó que la dinastía Ming (1368-1644) dejó de prestarle atención al desarrollo de la Ruta de la Seda. En este período, la familia aplicó la política de puertas cerradas y de prohibición sobre el comercio marítimo con países extranjeros.

De igual manera influyó la ocupación de la capital del imperio romano de Oriente, Constantinopla, por el imperio Otomano. Por tanto, se dañaron los intercambios comerciales entre Europa y China. Además, Vasco da Gama descubrió la línea de navegación en el océano Índico en 1498.

Mientras, el medio ambiente hizo su parte al producir a lo largo de la Ruta de la Seda muchas destrucciones y el hundimiento de numerosas ciudades en un mar de arena.

ACTUALIDAD DE LA GRAN RED COMERCIAL

Desde comienzos del siglo XXI, la rehabilitación de la Ruta de la Seda se convirtió en una de las prioridades de la política exterior china. De esta manera buscan favorecer la integración económica y la cooperación entre los países implicados.

En febrero de 2008, los ministros de Comunicaciones de 19 países europeos y asiáticos se reunieron en Suiza y firmaron una carta de intención para aumentar la inversión en la antigua ruta y otras vías históricas entre Europa y Asia.

La franja económica impulsada por China y que ha captado el interés de varios países comprendería un área que agrupa a casi la mitad de la humanidad (tres mil millones de personas). Asimismo facilitaría el intercambio de recursos tecnológicos, energéticos y artesanales entre los pueblos que atraviesa.

Esta empezaría en China central y seguiría hacia el norte de Irán. Luego se dirige al Oeste y continúa a través de Irak, Siria y Turquía hacia Europa. En esta última región, pasaría por Bulgaria, Rumania, la República Checa, Alemania y Países Bajos, y de ahí hacia el Sur hasta Italia.

En Italia este camino se uniría a una Ruta de la Seda marítima. Los barcos zarparían del puerto de Cantón, en el sur de China. Antes de dirigirse al estrecho de Malaca (estado de Malasia) pasarían por varias ciudades costeras chinas.

Desde la capital malaya, Kuala Lumpur, continuarían hacia la India y Kenia. Después doblarían en el Cuerno de África, cruzarían el mar Rojo y entrarían en el Mediterráneo.  En Atenas las embarcaciones harían una parada para finalmente llegar a su destino final: Venecia.

Con el objetivo de hacer realidad este nuevo proyecto, que uniría los mercados asiáticos con los de tres continentes, el Gobierno chino creó un fondo de 16 300 millones de dólares para financiar la construcción de infraestructuras. Este dinero, supervisado por las autoridades bancarias del país, se emplearía para edificar y mejorar vías férreas, carreteras y oleoductos en aquellas provincias clave para recrear el antiguo corredor comercial.

China acoge a todos los gobiernos que quieran sumarse. En noviembre pasado, Cantón celebró la primera exposición sobre la Ruta de la Seda marítima con la representación de 42 países. También la Ruta de la Seda terrestre adquiere partidarios en 32 naciones que se sumaron al proyecto.

En este contexto, China estableció en el 2012 la Nueva Área de Lanzhou, un distrito político y económico especial dependiente directamente del Gobierno central para fomentar las inversiones, la industrialización y el comercio.

La Nueva Área de Lanzhou es la primera de la Ruta de la Seda. Aunque Beijing quiere promover entre los países del corredor a que creen otras zonas económicas especiales.

La iniciativa del presidente chino Xi Jinping de recuperar la Ruta de la Seda significaría el desarrollo de las provincias más occidentales de China y contribuiría al crecimiento de Asia Central y Oriente Medio.

El mandatario considera que su iniciativa aporta nuevas oportunidades de desarrollo para su país y para todos los que se encuentran a lo largo de la ruta. Una vía de la cual la UNESCO en el 2014 escogió un tramo como Patrimonio de la Humanidad con la denominación: Rutas de la Seda: red viaria de la ruta del corredor Chang’an-Tian-shan.


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Linet Perera Negrín


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