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Washington quiere utilizar el espacio de la ONU para insistir en su hostilidad hacia Cuba...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 16/10/2018
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Caricatura Día Internacional de los Derechos Humanos
Caricatura Día Internacional de los Derechos Humanos (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

La protesta no ser hizo esperar y la representación cubana ante la Organización de Naciones Unidas puso en evidencia una vez más el interés oficial norteamericano de desacreditar a Cuba en materia de derechos humanos, esta vez pretendiendo el uso de la sala del Consejo Económico y Social (ECOSOC), para celebrar un evento en el cual lanzarán una campaña denominada “Jailed for what” (Encarcelados por qué), en alusión a la supuesta -y muchas veces refutada por la nación- existencia de presos políticos.

Los organizadores se conocen: aquellos que desde posiciones gubernamentales y legislativas han incidido en el brusco giro hacia las tensiones del proceso de entendimiento mutuo iniciado entre el archipiélago y su inmediato vecino del Norte a finales del gobierno de Barack Obama.

La cantinela también es la misma: promover una imagen de Cuba como contumaz violadora de los derechos humanos, en aras de justificar el prolongado bloqueo económico y comercial contra la Mayor de las Antillas, que precisamente volverá a ser condenado en la Asamblea General de la ONU en los próximos días, como viene ocurriendo por más de dos décadas de manera sucesiva.

Por demás, este “nuevo debate” intenta surgir también a semanas de las elecciones norteamericanas de medio término, donde de los sectores políticos más reaccionarios de Estados Unidos, con Donald Trump como cara visible, desean reforzar su imagen de “duros de la película” a tono con el papel de regidores globales al que se estiman predestinados.

Desde luego, lo que sucede en este caso concreto no habla nada bien ni de la propuesta, ni de quienes la impulsan, ni del mecanismo que se pretende movilizar.

Se trata del inadmisible intento de colocar en la picota a un país de un importante y reconocido rol en los organismos internacionales relativos a la defensa de las prerrogativas ciudadanas, al tiempo que víctima por largos decenios de un cerco externo que veja y agrede los más elementales derechos de su población, como el de la alimentación, la salud, el goce de los progresos de la ciencia y la técnica, y la propia integridad y seguridad de las personas y del espacio en que viven…y justo implementado por quien ahora dice ser juez impoluto.

Un “leguleyo” que invade militarmente naciones ajenas, promueve alianzas con el terrorismo más extremo, discrimina y excluye a sus propios ciudadanos en razón de raza, credo o “posición social”, saquea las riquezas de otros, rechaza el diálogo decente y justo con los demás, y repite sin rubores, una y otra vez, “primero yo a como de lugar”.

En fin, un “promotor de justas campañas” que resulta a su vez el causante y generador de las más atroces violaciones de las prerrogativas humanas en cualquier espacio y ámbito donde fije su interés y su garra.

Por demás, vale indicar que, tal como Cuba reclamó al instante a la Secretaría General de la ONU, las salas del ECOSOC no pueden ser utilizadas para componendas contra ningún miembro de la organización, según los estatutos vigentes en el máximo organismo internacional, y mucho menos cuando se trata de una potencia que apenas aparece suscribiendo ninguno de los innumerables documentos globales sobre derechos humanos aprobados por la comunidad internacional.

¿Dudas? Pregúntesele qué piensan de los Estados Unidos como “propagador de bondades humanas” a los torturados en las cárceles del Iraq ocupado, a los pequeños hijos de inmigrantes separados forzosamente de sus padres y enjaulados como alimañas en campos cercanos a la frontera Sur, a los sirios víctimas de los bombardeos indiscriminados de las fuerzas gringas desplegadas ilegalmente en esa nación asediada, a las personas secuestradas en un limbo jurídico en el territorio ilegalmente ocupado con la base naval de Guantánamo, a los dolientes de los ciudadanos estadounidenses de raza negra baleados sistemáticamente por la policía racista, o a aquellas familias que enfrentan la pérdida de sus hijos adolescentes en sus propias escuelas porque “tener armas y usarlas”, no importa dónde ni cúando, es una prerrogativa inviolable de cada american.

Cuba ha presentado sus informes periódicos ante el Comité de los Derechos del Niño, el Comité contra la Tortura, el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, el Comité contra las Desapariciones Forzadas, el Comité de los Derechos de las Personas con Discapacidad y el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial. Lo anterior se complementa con su colaboración con los procedimientos especiales del Consejo de Derechos Humanos. 

La nación antillana es uno de los países con más compromisos asumidos en materia de derechos humanos -ha ratificado 44 de los 61 instrumentos internacionales; Estados Unidos solo es Estado parte de 18- y de más apoyo al sistema de las Naciones Unidas en la promoción y protección de los mismos. Además, es miembro fundador del Consejo de Derechos Humanos y ha tenido una activa y positiva actuación en ese órgano, con un claro reconocimiento de la comunidad internacional al prestigio del país en ese ámbito.

Durante la presentación de su tercer informe ante el Examen Periódico Universal (EPU), Cuba no solo mostró sus avances en materia de realización de los derechos humanos, sino su contribución a la solidaridad internacional y a la cooperación Sur-Sur, a pesar de sus limitantes como país en desarrollo y bloqueado.

Tal como enfatizó en esa ocasión nuestro canciller Bruno Rodríguez, "a pesar de los logros alcanzados en materia de promoción, protección y realización de los derechos humanos, tenemos insatisfacciones y nos esforzamos para resolver las dificultades", pero "nadie es privado de su libertad sino conforme a la ley y con amplias garantías".

Recuérdese también la entrevista ofrecida por el ministro de Relaciones Exteriores en febrero de 2016, cuando aclaró: "Habría que ponerse de acuerdo en una definición de presos políticos. Si usted considera que una persona que recibe pagos de un Gobierno extranjero por realizar determinadas actividades políticas es un preso político, tendríamos una noción distinta. En Francia o en Estados Unidos se les llama agentes de potencias extranjeras. Algunos de estos grupos que se mueven en Cuba y que incluso son tolerados se sabe que reciben financiación de países europeos o del propio Gobierno estadounidense". 

Intervención de Bruno Rodríguez Parrilla, Ministro de Relaciones Exteriores, durante la presentación del informe de Cuba ante el EPU el 16 de mayo de 2018


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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