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martes, 12 de noviembre de 2024

Ladrillo a ladrillo

Construir vínculos es un empeño complicado...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 02/12/2019
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Encuentro Unión Europea y Cuba
La Habana fue sede al cierre de este noviembre del segun-do encuentro Cuba-UE sobre Medidas Coercitivas Unilaterales.

Hubo sin dudas días lamentables en las relaciones bilaterales de la Unión Europea y la Mayor de las Antillas, justo cuando personajes y grupos políticos del Viejo Continente decidieron sumarse al cerco de Washington a La Habana con la adopción como propios de los más absurdos y hostiles sortilegios de manufactura oficial gringa.

Eran los días de “gloria” de personajes como el jefe de gobierno español José María Aznar  y de otros petimetres europeos similares que, ligados a los pujos hegemonistas de la Casa Blanca en su estrenada “cruzada mundial contra el terrorismo”, presumieron (equivocadamente, como siempre) que se abría otra oportunidad para intentar remover a la molesta “dictadura cubana”.

Cuba, desde luego, respondió como siempre, y no transó dignidad y principios por “caricias para perros domésticos”, hasta que finalmente otros aires favorables al diálogo mutuo se soplaron desde el otro lado del Atlántico.

Es lo que justamente rememoraba hace apenas unos días  en el Parlamento Europeo el diputado Nacho Sánchez Amor, cuando ante el inusitado y apresurado debate sobre la presunta violación por las autoridades cubanas de los derechos humanos del delincuente y apátrida confeso José Daniel Ferrer, actualmente en prisión a la espera de ser juzgado, precisaba que semejante foro solo responde al deseo de algunos “de cuestionar el actual marco de relaciones entre la UE y Cuba, en una reivindicación de los estériles años de aislamiento en la que Europa se volvió a alinear con la peor versión de la política norteamericana hacia la Isla, la misma que hoy está sancionando a empresas europeas que están actuando en suelo cubano».

Pero nada de sorpresa. Lo cierto es que el Parlamento Europeo no es un bloque monolítico ni mucho menos, e igual que concurren parlamentarios de corte fascista, derechistas, y obsesos en aquello de servir a Washington, hay otros muchos progresistas y solidarios con las causas justas, sin dejar de contar a los que, nostálgicos de los tiempos imperiales, privilegian en mucho el deseo de construir una verdadera política regional sólida para dejar de ser evidente cola del socio mayor estadounidense.

Mientras tanto, el camino de reencuentro entre Cuba y la UE sigue su marcha, y justo en medio del tormentoso y nada edificante debate parlamentario en el Viejo Continente, se realizaba en La Habana el Segundo Diálogo Bilateral sobre Medidas Coercitivas Unilaterales entre nuestro país y el grupo comunitario, donde hubo plena y reiterada coincidencia en el apoyo europeo al reclamo cubano de poner fin al prolongado bloqueo económico y comercial de los Estados Unidos contra nuestro país.

Además, volvió a recibir rechazo unánime por su inadmisible carácter extra territorial, la puesta en vigor por la administración de Donald Trump del capítulo tres de la Ley Helms Burton, que permite a presuntos reclamantes interponer procesos judiciales ante tribunales gringos contra empresas foráneas que negocien con la Mayor de las Antillas.

Este encuentro, cuya primera edición tuvo como sede el pasado año a Bruselas, la capital belga, se llevó a cabo en el Hotel Nacional, y, según medios de prensa locales, “se efectuó en virtud del Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación concertado entre Cuba y la Unión Europea en 2016; y puesto en vigor, de manera provisional en 2017.”

Se trata, sin dudas, de un muy importante espacio de intercambio de criterios, donde se ha hecho evidente que existen hechos y problemas donde, con el debido respeto y reconocimiento mutuo, la Unión Europea y Cuba pueden coordinar acciones en defensa de intereses comunes y madurar lazos de fructífero entendimiento.

Y en esa vía, y bajo la práctica de una estricta y saludable decencia en materia de vínculos internacionales, tal como lo ha reiterad más de una vez, Cuba no tiene reparo alguno en dialogar con quien quiera sobre el más peliagudo de los temas.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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