El pueblo de Cuba, como en Girón, venció en Lima, Perú, a sus enemigos y ahora saborea la victoria. Nuestra sociedad civil y revolucionaria plantó ante la presencia de mercenarios, en el Diálogo entre los Actores Sociales y los Representantes de Alto Nivel de los Gobiernos que debía realizarse en el Hotel Sheraton, de esta ciudad.
Ese diálogo que pretendía la Organización de Estados Americanos y en el que incluyeron a mercenarios y terroristas contrarrevolucionarios, se fue a bolina luego de dos intentas horas de enérgica y contundente protesta de la delegación cubana asistente al encuentro. Fue en ese momento una demostración de firmeza, de resistencia y de autodeterminación.
En cada uno de los delegados estuvo el ejemplo de Fidel, quien nos enseñó a tener fe en la victoria. No podía ser de otra forma pues quienes participaban en este intercambio han hecho de la traición a la patria un oficio bien retribuido y usurpan de manera vergonzosa el nombre de Cuba, el país que calumnian y ofenden día a día. Además esos personajillos con los cuales la sociedad civil de la Mayor de las Antillas no está dispuesta a dialogar jamás, trabajan a sueldo de entidades-fachada de la CIA, la Fundación Nacional para la Democracia (NED) y la Usaid.
Los mercenarios tuvieron que irse de la sala y mientras ello sucedía, recibió el abucheo colectivo y el rechazo de quienes vinieron, como Cuba, a hacer propuestas, plantear preocupaciones sociales y a denunciar la corrupción política en la región. Entonces la sala se convirtió en otra Cumbre de los Pueblos y decenas de representantes verdaderos de nuestras naciones, se unieron en una sola voz por América Latina y el Caribe.
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