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sábado, 5 de octubre de 2024

Mella, ese “hombre maravilloso”

Este 25 de marzo se cumplen 112 años del natalicio del revolucionario, intenso político y hombre pasional...

Mayra García Cardentey en Exclusivo 25/03/2015
1 comentarios

Si se acudiera a las reseñas históricas habituales para hablar de Julio Antonio Mella habría que resumir que fue un revolucionario cubano, cofundador del Partido Comunista de Cuba y padre de la Federación Estudiantil Universitaria, entre otras organizaciones; quien desarrolló en su corta existencia una febril actividad política la cual lo convirtió en un líder de talla internacional.

Pero para hablar de Mella, el joven, la estampa helénica tras la imagen regia, habría que decir que, además de todo su bregar político, soñó resolutivamente con ser militar, poseía una interesante visión cosmopolita y amó de manera intensa a Tina Modotti.

DE NICANOR A JULIO ANTONIO MELLA

Lo que pocos artículos por estas fechas cuentan es que, nacido el 25 de marzo de 1903, Mella aparece inscrito originalmente en el Registro Civil como Nicanor Mac Pórtland. Como hijo de una unión extramatrimonial entre Nicanor Mella Breá, de ascendencia dominicana y la joven inglesa Cecilia Magdalena Mac Pórtland, debió enfrentar los injustos preceptos del derecho burgués que impedían la voluntad del padre de reconocerlo con todos los derechos legales junto a su hermano menor Cecilio.

Tampoco dicen que Mella soñó fervientemente con ser militar para defender la Patria americana, idea que reformuló al comprender, en un viaje que hiciera a México, la doble moral imperialista que declaraba el “panamericanismo” y la “democracia”, mientras mantenía sus tropas de ocupación en Nicaragua, Haití y República Dominicana. 

Ya en 1921 matricularía Derecho, Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana, para convertirse en líder estudiantil. Al propósito propiamente académico por la renovación universitaria se unía en Mella, la inquietud política por la modernización de la sociedad, en busca de la ampliación de la democracia y la participación de los estudiantes en la vida nacional.

Funda entonces la revista Alma Mater y posteriormente, la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), sin descontar que gestó junto a Carlos Baliño el Partido Comunista de Cuba. Dirigió, además, el Primer Congreso Nacional de Estudiantes, e inauguró la Universidad Popular José Martí.

De su obrar político existen diversas evidencias; de su relación con Villena, muchos documentos dan fe. Mella, el hombre…es aún más sugerente.

MÍA CARA TINÍSSIMA

“Puede ser que para ti fuera una imprudencia el telegrama, pues estás acostumbrada a llenarte de asombro por todo lo que hay entre nosotros. Como si fuera el crimen más grande el que cometemos al amarnos. Sin embargo, nada más justo, natural y necesario para nuestras vidas… Creo que voy a perder la razón. He pensado con demasiado dolor en estos días y hoy tengo todavía abiertas las heridas que me ha producido esta separación, la más dolorosa de mi vida”. Así le escribía Mella a la fotógrafa y luchadora revolucionaria italiana Tina Modotti, a quien le unieron cuatro meses de intenso amor.

Ella tenía 32 años, él 25. Todavía quedan para la historia, las imágenes que la Modotti captó con el lente de su cámara, instantáneas excepcionales de la belleza y el carisma de Julio Antonio: la fiereza de la mirada, el perfil helénico, el pelo ensortijado cual belleza de mestizo, su estirpe de griego tropical con incuestionable personalidad.

Pero no duraría mucho amor tan fecundo. Solo tenía 25 años, casi 26, cuando murió asesinado. Antes de salir de Cuba vaticinó trágico final. “No le tengo ni un ápice de miedo a la muerte, lo único que siento es que me van a asesinar por la espalda”, pronosticó. El 10 de enero de 1929 en México, mientras caminaba con su Tiníssima, fue ultimado. “Machado me mandó a matar… Muero por la Revolución… Tina me muero”, fueron sus últimas palabras.

Quiso entonces la prensa mexicana endilgarle a Tina, apelativos denigrantes de mujer fatal y dudosa decencia, en aras de culparle de la muerte de Mella a justificar por un supuesto crimen pasional. Tina fue expulsada de México, aunque los infundios chocaron con la roca del carácter y la vida de la joven. Venció y continuó en el bregar contra los enemigos de los pueblos.

MELLA EN TODAS PARTES

“Tu figura no se me ha borrado en todo el trayecto”, le recordó Mella a su querida Tina en la sentida misiva. De igual forma, el lente de la fotógrafa revolucionaria legó a la posteridad imágenes del líder que perpetuarían obras de artes y hasta billetes.

En ese sentido, una proyección física y conceptual del luchador estudiantil ha trascendido desde los más diversos formatos y enfoques: desde el emblema de la Unión de Jóvenes de Comunistas; el busto de su memorial, a los pies de la Alma Mater habanera; la escultura de José Villa Soberón, en la Universidad de las Ciencias Informáticas; hasta en las estampillas postales.

Con Mella la perspectiva ha llegado completa. De frente, de lado, serio, riendo, vestido, desnudo, en la lucha, en el amor, en la vida y en la muerte. Variados cauces seducen pinturas como la de Alexis Esquivel, la cual toma como inspiración una supuesta escena de sexo entre Mella y la Modotti; o la de Servando Cabrera (Julio Antonio en Obispo), que lo muestra con el pecho descubierto, a punto de salir del lienzo.

Otros acercamientos puntuales recrean las entregas de importantes exponentes de  la visualidad como: Ernesto García Peña, Eduardo Roca (Choco), Nelson Domínguez, Alían de la Cruz, Vicente Hernández, Adigio Benítez...

El joven, el líder, al amante, todos los Mella en uno a la vez, emergen en cada obra, en cada propuesta, bajo el interés de mostrar a “ese hombre maravilloso”, que confesó conocer Tina Modotti.


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Mayra García Cardentey

Graduada de Periodismo. Profesora de la Universidad de Pinar del Río. Periodista del semanario Guerrillero. Amante de las nuevas tecnologías y del periodismo digital.

Se han publicado 1 comentarios


campaneria
 24/8/15 17:29

le sigiero, que desde la lejania de su Pinar indague, sobre la esposa de Mella, camagueyan ella y que para nada fue menos que Tina, con ella tuvo dos hijos, uno murio muy de bebe y ella y Mella tuvieron que enterrarlo a los pies de los muros delcementerio de Ciudad de Mexico  y luego a Natascha. La vida de mella no es solamente Tina

 

 

 

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