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sábado, 7 de diciembre de 2024

La  crítica del pensamiento crítico

Hace falta reanimar el espíritu de aquella revista, donde la polémica pública no genere la sospecha sino que multiplique el ejercicio creativo de interpretar las nuevas realidades…

Julio Cesar Sánchez Guerra en Exclusivo 23/03/2023
3 comentarios
Pensamiento crítico
El pensamiento crítico recupera su espacio enfrentando no pocos frenos de viejos dogmas y zonas de comodidad intelectual.

¿Es posible una revolución profunda, sin la permanente autocritica de sus propias realizaciones, sin la fundamentación teórica de su  práctica revolucionaria, sin una interpretación radical del tiempo histórico donde se mezclan lo particular y lo universal?

La respuesta a esa pregunta es muy cercana a la necesidad De fundar en 1963, el Departamento de Filosofía de la Universidad de La Habana.

No solo era un esfuerzo por llevar la Universidad a la complejidad social de una revolución que representaba en sí misma una herejía, sino de acompañar a la política, de un esfuerzo intelectual que fundamentara desde la teoría y la práctica, el acto de creación  de una sociedad nueva.

En un encuentro que sostuvo, el entonces presidente de la República, Osvaldo Dorticós  Torrado, con los jóvenes profesores  de aquel departamento fundacional, y  que  eran conocidos como,  “los de  la calle K”, les dijo:

 “ …Es un deber fundamental de ustedes procurar  dar una enseñanza  muy viva, muy vinculada a la realidad cubana, a la historia cubana…Lo más importante es que ustedes enseñen a crear en los alumnos la capacidad de pensar y de razonar por sí mismos, con un sentido crítico…..Yo les digo que hay  que incendiar el océano, ¡ Y ustedes miren a ver cómo lo incendian!” Era el 23 de enero de 1964.

Para ese acto extraordinario, no servían los manuales soviéticos ni las viejas orientaciones de la Internacional Comunista. Era precisa  la “creación heroica” de la que habló en su tiempo, José Carlos  Mariátegui

Dentro de esa dinámica trasformadora, propusieron un programa de enseñanza del marxismo que desterraba la separación de Materialismo Dialectico y Materialismo Histórico, para dar paso a  una Historia del Pensamiento Marxista.

Hija de aquel momento creativo de la revolución, nace la revista Pensamiento Crítico. Publicada apenas durante cinco años, 53 números, y hasta junio de 1971. Por sus páginas pasó el pensamiento más avanzado de su época, diverso y polémico.

Para incendiar el océano, en el plano crítico, enfrentaron el pensamiento único del capitalismo y del  socialismo que asumía la condición de “real”.  Aquellos jóvenes sabían, como diría el Che en Bolivia que,  “el 26 de julio fue una rebelión contra las oligarquías financieras y los dogmas revolucionarios”

En el año 71, la revista fue cerrada, y el ejercicio de pensar desde una crítica revolucionaria, dio paso a un pensamiento acrítico, cómodo y homogéneo que instaló dogmas y errores que  debilitaron la cultura de la polémica y la política culta.

Entre el fracaso de una zafra descomunal y la entrada de Cuba en el  Consejo de Ayuda Mutua Económica de los países  socialistas, se instalaría un marxismo recetario que miraría más hacia los manuales que hacia la propia vida.

El llamado Socialismo Real en Europa del Este, terminaría en un naufragio, entre tantas razones por falta de autocrítica revolucionaria.  Y  Cuba, todavía  defiende su proyecto socialista bajo acoso permanente de fuerzas externas y bajo la presión de errores propios.

Hoy es otra la coyuntura, el pensamiento crítico recupera su espacio enfrentando no pocos frenos de viejos dogmas y zonas de comodidad intelectual. Y es que necesitamos con  urgencia el pensamiento  colectivo rico en diversidad, en  “creación heroica” y entusiasmo que junta la alegría con la profundidad del ser cubano.

Hace falta reanimar el espíritu de aquella revista, donde la polémica pública no genere la sospecha sino que multiplique el ejercicio creativo de interpretar las nuevas realidades, para que  el derecho a pensar y soñar  sea inseparable de la  emancipación plena defendida  los días y las noches en una revolución  con su difícil marcha.

Allí donde falta el pensamiento crítico y el debate, la verdad es secuestrada y llevada a territorio contrario, y la unidad puede cubrirse con los mantos de las simulaciones.

Una revolución profunda no puede sustituir los errores por zonas de silencios,  es preciso ahondar la realidad en toda su virtud y flaqueza, para que pase entre todos, la verdad que no acepta violar principios éticos.


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Julio Cesar Sánchez Guerra

Pinero de corazón. Pilonero de nacimiento. Cubano 100 por ciento. También vengo de todas partes y hacia todas partes voy. Practicante ferviente de la fe martiana. Apasionado por la historia, la filosofía y la poesía.

Se han publicado 3 comentarios


Preocupado Colorado
 24/4/23 17:49

Felicitaciones por el artículo. Lo primero es que no a toda persona le publicarian un artículo de esta índole, incluso si fuese capaz de elaborarlo tan bien como Ud. Y ya aquí entro en el primer problema que veo: 1-En la Cuba actual, la interpretación y caso que se le haga al mensaje depende muchas veces del mensajero y su capital simbólico. Si yo llevo una pancarta que diga "Abajo la corrupción!" a un desfile, probablemente me pidan retirarla. Si lo dice desde la tribuna un dirigente, le aplauden. La corrupción es la misma, la sociedad es la misma, pero "no existe" hasta que se autorice oficialmente, entonces todos escribirán ampliamente sobre ella. Esto pasa con muchas categorías y temas donde no se analiza el mensaje en sí, sino al mensajero. Cuántas veces he visto contratar un técnico extranjero para que nos "alfabetice" en lo que llevamos años planteando y nadie nos hace caso? Pero bueno, ahora lo dice un experto, de afuera. Cuba tiene un rasgo propio: Alto nivel educacional en su población, y un nivel cultural promedio superior a otras naciones similares . No sólo los "intelectuales autorizados" piensan. Y aquí llego al segundo problema: 2-Noto que muchas veces se hacen "encuentros con intelectuales" donde se invita a músicos (??) cantantes (??) cineastas (??)profesores, académicos, escritores... Y hablan de la ciudad, la economía, la estética, los símbolos... sin tener delante a arquitectos, ingenieros industriales o mecánicos, diseñadores, médicos, economistas, biólogos... que entre ellos hay también intelectuales y la oportunidad de grandes aportes al pensamiento o al menos de acotar divagaciones y dislates de los primeros. Pero no, se les considera "técnicos". Que deben buscar cómo ejecutar sin discutir lo que piensen otros (incluidos cantantes, músicos o cineastas que al parecer automáticamente son intelectuales y artistas del pensamiento ??) o se buscarán otros "técnicos" extranjeros. No existen hoy en Cuba profesionales que no tengan un componente importante de pensamiento socioeconómico en su labor, incluso en las ciencias más puras, pero mucho más en las aplicadas, y en campos importantes como la arquitectura y el diseño en todas sus áreas. La ingeniería industrial con sus procesos de capital humano, marketing, motivaciones, trabajo en grupo, etc. es vital ideológicamente. La mayoría de esos encuentros, eventos, publicaciones y demás de intelectuales e "intelectuales" se localizan en la Habana. Y aquí voy al otro problema: 3-Existe una sobrerrepresentacion de la Habana y sus profesionales o intelectuales en el pensamiento cubano. Para entrar al ISRI hay que vivir en la Habana, ergo los diplomáticos de carrera son habaneros. Una gran parte de los representantes viven en la Habana, no importa por dónde hayan sido electos. Ergo son habaneros. Los principales eventos, intercambios, conversatorios, invitados, entrevistas en medios se realizan con invitados de la Habana, donde están las principales editoriales, sedes, fundaciones, etc. Y son habaneros quienes invitan personalmente a los émulos "del interior" si lo consideran. A veces son familia del ministro del ramo... Pero por 2,5 millones de residentes en la Habana, hay 8,5 millones de residentes en otras provincias, más del triple, y muchas propuestas culturales, medidas legales y de otra índole, se adaptan más a la Habana que a otras provincias, pero son discutidas por habaneros, y generalizadas por igual para todos. Por tanto, hay siempre un grado de alienación hacia "el interior". Desde los gustos musicales populares (en la región central se escucha más la salsa puertorriqueña que cosas tales como la Charanga Habanera) leyes sobre el valor y la propiedad (adecuaciones de la ley de Vivienda para compraventas, algunas locas o inaplicables fuera de la Habana) percepción de la realidad y autoestima (un pequeño negocio, accidente o éxito en la Habana es mucho más reportado que uno más grave o beneficioso en otras provincias, aunque los medios locales lo divulguen y tenga indicadores superiores) o incluso receptividad y sensibilidad a la presión social (no hacen falta muchos ejemplos, planes y horas de apagon, cantidad de alimentos baratos percapita, salario superior por igual trabajo, mayor atención ante reclamos o disturbios...) Todo esto lleva a una generalización errónea del pensamiento que no toma en cuenta las particularidades de cada zona de nuestro país, ni los sentimientos regionalistas en ciernes hoy en día. Cuba es un país pequeño y mestizo, pero muy variado. Donde existen pueblos como Placetas con gran número de piscinas y familias en el extranjero, a la vez que grandes brechas sociales; y otros como Guaimaro donde muchos son hijos, padres o parientes de cuadros de la UCM en Varadero, ciudades como Camaguey (2a más grande de Cuba) donde el agua es un asunto vital y la gran interacción nocturna es en pequeñas callejuelas y plazuelas, superpobladas y complejas como Holguín, cosmopolitas y altivas como Cienfuegos, localidades muy abandonadas como Alacranes... Sinceramente creo que se subestiman o desprecian las diversas peculiaridades y aportes de los pensadores de estos lugares, incluso cuando tienen un éxito interesante muchos de sus actores sociales y económicos, a veces los mejores a nivel nacional, sin recibir chances de Hackatones o financiamiento. Hay que salir de la Habana y caminar más Cuba, si no físicamente, al menos literariamente, técnicamente, virtualmente, informativamente, etc. Pero ese camino nos lleva a cómo se recogen los hechos y por tanto qué percepción tenemos de la realidad, lo objetivo, que sería el cuarto problema en torno a las fuentes reales del pensamiento crítico cubano. Lo describo con algunas humildes sugerencias si me publican este primer post.

Julio Cesar Sanchez
 16/5/23 14:14

Le agradezco su comentario. Creo que es urgente detenerse en el mensaje y no en el mensajero para no dejar fuera la verdad. Sus consideraciones son parte del pensamiento crítico que hace posible el mejoramiento humano. La unidad del pensamiento no significa la servidumbre de la opinión, ha dicho nuestro Martí. Y hoy corremos el riesgo de pensar cada vez menos en nombre de la unidad que olvida la diversidad. Un abrazo y gracias.

0
RIR
 19/4/23 15:37

Excelente y esclarecedor este trabajo de Sánchez Guerra, que rescata la memoria de aquel grupo de jóvenes brillantes, osados y de avanzado pensamiento filosófico y de la magnífica revista que fundaron. Injustamente silenciados, marginados e ignorados durante mucho tiempo y aun pendiente de ser puestos en el lugar que por derecho les pertenece dentro del pensamiento cubano de todos los tiempos.

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