viernes, 29 de marzo de 2024

Abel Santamaría, el Elegido

Nació el 20 de octubre de 1927 en Encrucijada, Fidel lo consideró el más generoso, querido e intrépido de los jóvenes que asaltaron el Moncada…

Narciso Amador Fernández Ramírez en Exclusivo 20/10/2019
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La escultura a Abel Santamaría se encuentra en Encrucijada, lugar donde nació

Cuando Silvio Rodríguez compuso su Canción del Elegido, ya había interiorizado la vida intensa del protagonista, contada de primera mano en la voz de su hermana Haydée.

Fue una revelación que le permitió al cantautor penetrar hondo en la vida del muchacho nacido en Encrucijada, el 20 de octubre de 1927, fecha luminosa de la historia de Cuba, pues ese día se cantó por vez primera el himno nacional, y hacer nacer una de las canciones más bellas de nuestra trova.

Abel Benigno Santamaría Cuadrado nació a las 7:00 de la noche en la casa familiar del matrimonio español de Benigno y Joaquina, y desde niño sobresalió por la dulzura del carácter, por relacionarse con todos en el batey del central Constancia, donde creciera, y por encantarle estudiar a Martí.

Necesitado de nuevos horizontes económicos y espirituales marchó Abel a La Habana. Allí alquila el apartamento de 25 y O, centro conspirativo de los futuros asaltantes del Moncada, y convive con su hermana Haydée, quien compartía sus mismas inquietudes políticas.

Milita en la Ortodoxia, y está entre los primeros en oponerse al Golpe de Estado del 10 de marzo de 1952: «Si Chibás hubiera estado vivo, Batista no hubiera hecho eso», fueron sus palabras de repudio.

El 16 de marzo, seis días después del cuartelazo dictatorial, publica una carta manifiesto en la que afirma con carácter premonitorio: «Una revolución no se hace en un día, pero se comienza en un segundo. Hora es ya: todo está de nuestra parte, ¿por qué vamos a desperdiciarlo?

Conoce a Fidel en el cementerio de Colón, y desde entonces entre ambos jóvenes nacería una comunión de ideales y sueños que los haría inseparables. Su hermana Haydée contaba la alegría de Abel aquel día: «He conocido al hombre que cambiará los destinos de Cuba! ¡Se llama Fidel y es Martí en persona!»

De acuerdo con Fidel Castro, Abel Santamaría fue "el más generoso, querido e intrépido de nuestros jóvenes" (Fuente: Periódico Escambray).

Años después, Haydée recordaba así aquel encuentro: « (…) hasta ese momento Abel era la persona que yo había conocido con más condiciones para dirigir una acción; y aquella gran fe de Abel en Fidel, aquella gran pasión (…) no cabe la menor duda de que influyó mucho también (…) No hay días en que no pensemos en el amigo que perdió Fidel al perder a Abel. Abel no solamente fue compañero y segundo de Fidel. Abel fue el más leal de los amigos. Tal vez Abel fue la primera persona en esta tierra que vio los valores extraordinarios de Fidel»

Abel fue el brazo derecho de Fidel en todo el proceso conspirativo, y al joven de Encrucijada le dio la encomienda de preparar la Granjita Siboney, punto de concentración de los futuros asaltantes del Cuartel Moncada.

Al salir al combate, Abel pidió el lugar de mayor peligro, alegando que Fidel no podía hacer como Martí, que murió en su primer combate, pero el jefe del Movimiento lo convenció, pues su deber era estar al frente de sus hombres y además, si él moría, sería Abel quien continuara la lucha, tal era la confianza.

En el Hospital Civil Saturnino Lora, Abel Santamaría dio pruebas de entereza y fidelidad, al extremo de dilatar la retirada para proteger la del jefe, lo que finalmente le sería imposible. En aquellos momentos del combate, tal y como refleja Silvio en su canción, se le vio contento y desnudo, pues al decir del poeta «iba matando canallas con su cañón de futuro». A su hermana Haydée le dijo: «El que debe vivir es Fidel», a sabiendas que si Fidel vivía, la Revolución estaba salvada.

Contra Abel se ensañaron los carniceros del Moncada. Fue torturado salvajemente. Le dieron un bayonetazo en el muslo y le sacaron un ojo, y aún en esas circunstancias tuvo el civismo de salvarle la vida a un hombre inocente, al afirmar desafiante que no tenía nada que ver con lo sucedido esa mañana gloriosa de la Santa Ana.

Murió físicamente sin haber cumplido los 26 años. Su memoria trató se ser empañada en el juicio, pero la voz de Fidel y su propia vida sin manchas, lo exoneraron para siempre: «La memoria de Abel Santamaría no la pueden manchar, había que conocerlo, Abel era el más valiente, el más recto, era honesto; no puede pensarse nada deshonroso de su persona. Quieren manchar su recuerdo, después que se ensañaron con él de la forma brutal que lo hicieron, para luego asesinarlo».

En ocasión del aniversario 90 de su natalicio y a un reclamo personal de Fidel al director de La Colmenita, pues sentía que se hablaba poco de Abel, se produjo el 20 de octubre de 2017, en su Encrucijada natal,  el estreno mundial de la obra Historia de un ser de otro mundo. Una bella historia que recorre a vida de Abel desde su más tierna infancia hasta su inmolación en la acción del Moncada, el 26 de julio de 1953.

Antes de marchar a la gloria, en arenga patriótica, había dicho Abel a los futuros asaltantes: «Es necesario que todos vayamos con fe en el triunfo, pero si el destino nos es adverso, estamos obligados a ser valientes en la derrota porque lo que pase en el Moncada se sabrá algún día, la historia lo registrará y nuestra disposición de morir por la Patria será imitada por todos los jóvenes de Cuba, nuestro ejemplo merece el sacrificio y mitiga el dolor que podemos causarle a nuestros padres y demás seres queridos. ¡Morir por la Patria es vivir!»


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Narciso Amador Fernández Ramírez

Periodista que prefiere escribir de historia como si estuviera reportando el acontecer de hoy

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Nicanor Hernández Almonte
 22/1/23 0:54

Abel Santamaría es un ejemplo de decoro y amor a la patria.

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