De acuerdo con la literatura universal consultada, se entiende por estabilidad macroeconómica el conjunto de políticas del Estado que permite el adecuado funcionamiento de la economía de un país, promueve el crecimiento económico sostenible, mantiene baja la inflación y protege a la nación frente a las crisis que puedan presentarse.
Además, incrementa la inversión y el empleo, mejora la educación, reduce la pobreza y, por consiguiente, genera los incentivos necesarios en aras del bienestar de la sociedad en el corto y largo plazo.
Para Cuba el desafío es bien grande
En el caso de Cuba, el desafío es bien grande por las insuficiencias o desequilibrios que como consecuencia de múltiples factores desde hace décadas padecemos, y aún no se han podido soltear.
En un interesante artículo publicado a principios de marzo del 2024 en el periódico Granma, el experto cubano Joel Ernesto Marill Domenech señaló que en el trasfondo de estos desajustes está, por el lado de la oferta, la caída de la producción nacional y la disminución de la oferta importada, asociada a las restricciones de divisas y las deformaciones del modelo productivo cubano, todo ello en medio de un bloqueo económico acrecentado por el Gobierno de EE. UU.
Para este economista tanto los déficits en la balanza comercial como los altos déficits fiscales y la emisión monetaria (sin respaldo productivo) son manifestaciones de desequilibrios macroeconómicos, que impactan en las capacidades del tejido productivo para operar de forma eficiente, y provocan un deterioro de las condiciones de funcionamiento de la economía, una acelerada inflación y la caída del poder adquisitivo de los salarios y pensiones de la población.
Por ende, el objetivo fundamental de un programa de estabilización es el de restaurar los equilibrios macroeconómicos, a fin de garantizar un entorno que propicie la recuperación de la economía.
Según Marill Domenech esto supone –en primer lugar– alcanzar un entorno de inflación baja y controlable, que permita restablecer la estabilidad y la confianza en la moneda nacional, para así crear un clima favorable, con vistas a elevar la eficiencia de las actividades productivas y desarrollar el proceso de desdolarización de la economía.
En aras de una mejor comprensión del tema, el joven diputado por el municipio pinareño de Minas de Matahambre, Ian Pedro Carbonell Karell, lo ha ejemplificado con las acciones constructivas y de mantenimiento que se requieren realizar en un estadio de béisbol con vistas a que los peloteros puedan jugar, es decir, ver la estabilización macroeconómica como las condiciones o políticas que necesita llevar a cabo el Estado para que la economía del país prospere, y con ello el bienestar de su población.
De ahí que, tal cual señaló en diciembre pasado ante el Parlamento Manuel Marrero Cruz, Primer ministro de la República, los principales impactos en el orden de la estabilización macroeconómica se concentran en la implementación de las políticas fiscales, de precios y monetarias que, dicho sea de paso, tuvieron un efecto favorable en la ejecución del Presupuesto del Estado del 2024.
Un déficit que comprometía la estabilidad macroeconómica
Sin dudas, las Proyecciones del gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía deben continuar impactando de forma positiva ahora en el Presupuesto del 2025, tal como sucedió el año pasado cuando se logró reducir un alto déficit, que se había previsto fuese superior a los 147 mil millones de pesos.
Al decir de Joel Ernesto Marill Domenech ese monto, sin lugar a dudas, comprometía la estabilidad macroeconómica de la nación y la capacidad de poner bajo control la inflación, e impedía llevar adelante otras transformaciones, como las asociadas al mercado cambiario y la desdolarización.
En un esquema de estabilización, subraya este experto, el principal objetivo de la política fiscal es el de reducir de forma progresiva los déficits presupuestarios, a fin de garantizar un crecimiento estable de la cantidad de dinero en circulación.Partimos de haber logrado reducir más de 57 mil millones de pesos, un paso que, si bien todavía sigue lejos de lo que necesita el país, constituye un resultado meritorio para avanzar hacia la estabilización macroeconómica, dijo en diciembre último a los diputados Vladimir Regueiro Ale, ministro de Finanzas y Precios.
Pero en una intervención ante la Comisión de Asuntos Económicos de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Miguel Díaz-Canel, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, llamó a no quedarse satisfecho con lo alcanzado en materia de reducción del déficit presupuestario en 2024.
Díaz-Canel: un importante resultado
Si bien los resultados en el cumplimiento del Presupuesto del Estado y la reducción del déficit fiscal son todavía discretos (en alusión a ese año), se trata de un importante resultado que nos da luz en el programa de estabilización macroeconómica que lleva adelante el país, aseguró durante los debates sobre los estimados al cierre de 2024 del Presupuesto del Estado y la propuesta para 2025.
Fueron significativos estos pasos, agregó Díaz-Canel, porque se redujo un déficit fiscal alto, y da la posibilidad, por ejemplo, de comenzar en 2026 a manejar mejor ese presupuesto. Explicó que en el caso de las cuentas corrientes ha sido el mejor año en la última década.
El mandatario cubano destacó que estas tendencias ayudan a las inversiones del país en función de los problemas más complejos que tiene la nación. Y así lo refleja el proyecto de Presupuesto del Estado para 2025, en el que las principales inversiones se centran, primero, en el sector electroenergético, un programa del Gobierno que, aseguró el Presidente de la República, busca en el menor tiempo posible la estabilidad del Sistema Electroenergético Nacional (SEN).
- Consulte además: Una economía bajo el azote de un bloqueo y el cambio climático
Sobre esa cadena de ganar-ganar, el mandatario también reseñó que influirá en una mejor correlación entre oferta y demanda, y transformará por lo tanto, los precios, la tasa de cambio, y las entidades empresariales tendrían menos pérdidas, haciendo mayores aportes al Presupuesto del Estado.
Prioridades que sientan la base para despegar
En todo este colosal esfuerzo por reimpulsar la economía cubana, en medio de un entorno internacional poco favorable y con un presidente norteamericano que pretende asfixiarnos aún más, entre las Prioridades del país para el actual año figuran, como ya vimos:
- Avanzar en la recuperación del SEN
- Implementar las acciones previstas para la dolarización parcial de la economía en busca de las necesarias divisas, y el nuevo mecanismo de asignación, gestión y control de éstas.
También se inserta en las Proyecciones del gobierno:
- Avanzar en el redimensionamiento del mercado cambiario,
- Incrementar la producción nacional, incluyendo la ampliación y consolidación de ofertas de bienes y servicios estatales,
- Avanzar en el perfeccionamiento de la empresa estatal socialista y las unidades presupuestadas,
- Desarrollar, conducir y ordenar la participación del sector no estatal en la vida económica y social del país.
Basta con solo mencionar tales medidas, incluida la corrección de un grupo de distorsiones, para comprender que la estabilización macroeconómica pasa por transformar el entorno económico y social actual, bastante crítico y complejo, poner orden, organización y control; en fin, sentar las bases o condiciones en aras del ansiado y necesario despegue.
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