Yaniuvis y la importancia de no dejar de luchar

Yaniuvis López Sago es hoy la principal figura de la impulsión de la bala en Cuba. A sus 30 años disfruta cada segundo de vida, mientras ultima los detalles de su preparación con vistas a Río 2016; la primera experiencia olímpica de su carrera.

La santiaguera llegó en 2001 al equipo nacional y desde entonces ha batallado por ganarse un lugar dentro de una especialidad a la que llegó por cuestiones circunstanciales. Quince años después puede presumir de una historia de vida que destila lecciones y deviene en ejemplo imprescindible para todos aquellos seres humanos que tienen como premisa el perseverar, con todas las fuerzas disponibles, en pos de convertir los sueños en realidad.

DIFÍCIL COMIENZO

“Llegué a la ESPA nacional en el año 2001 como lanzadora de disco. Cuando llegué aquí no había matricula y para no regresar a Santiago de Cuba me dieron la posibilidad de entrenar la impulsión de la bala.

”Fue un cambio muy brusco, duro, porque no sabía nada de esta especialidad y tuve que empezar desde cero a aprender. Tenía 15 años”.

—¿Tenías potencial o simplemente fue una salida ante esta eventualidad?

—Los profesores me vieron con potencial para desarrollarme en este evento y comenzaron a trabajar con expectativas. Recuerdo que el título de Yumileidis Cumbá (Juegos Olímpicos 2004) también fue una motivación extra para trabajar. Poco a poco me familiaricé con el evento y me fui enamorando de él…

—Sin embargo, los resultados cubanos en la impulsión de la bala no han sido especialmente pródigos.

—Cierto, la bala ha estado lejos del nivel de la élite mundial por muchos años. Te puedo decir que estamos trabajando fuerte, entrenando fuerte, porque este evento carece de población practicante en la isla. Ahora mismo, el equipo nacional se compone de dos muchachas, una servidora y Saily Viart, que es bien joven aún.

—¿Qué estrategia siguen?

—Nuestra estrategia ha sido siempre la de mejorar los resultados y tratar de emular los que hace unos años se sostenían. Poco a poco hay que tratar de subir y colarse en la élite.

—En la actualidad hay un grupo de mujeres en el mundo que supera con relativa facilidad registros en el orden de los 19 y 20 metros. Nosotros acá estamos sobre los 18 metros. ¿Crees que se puede llegar a esa instancia superior de rendimiento?

—Creo que podemos alcanzar esos resultados aunque en mi caso personal, tengo que luchar también contra el tiempo porque ya ando por los 30 años.

La marca personal de Yaniuvis López es de 18.81 metros logrados en 2009 y los mejores resultados de su carrera datan del propio año y de 2010, cuando alcanzó los 18.72 metros. Tiene la experiencia de haber estado en tres campeonatos mundiales (Berlín 2009, Moscú 2013 y Beijing 2015) y este año se ha clasificado a los Juegos Olímpicos gracias a los 18.67 metros conseguidos en La Habana, en mayo pasado, cuando se impuso en el Memorial Barrientos.

—En la hoja de ruta que describe tu carrera deportiva destacan los resultados obtenidos entre 2009 y 2010, luego “desapareces” del panorama competitivo. Hablemos de lo sucedido…

—En 2010 me convierto en subcampeona nacional y unos días más tarde, en el mes de marzo, me diagnostican leucemia promielocítica aguda. Fue muy duro, estuve 3 años con tratamiento médico, entre la vida y la muerte. La hemoglobina la tuve en 7 gm/l y el resto de indicadores en muy malas condiciones.

—De vuelta a la vida, y de vuelta al deporte…

—Cada día doy gracias a Dios por haberme logrado recuperar. Agradezco tanto por mi salud como por esta otra parte de mi vida que es el deporte. Mi regreso ha sido un caso excepcional.

“Muchas personas que han escuchado este testimonio se quedan sorprendidas porque soy uno de los pocos casos en el mundo de atletas que han rebasado esta enfermedad y han podido reinsertarse al alto rendimiento y regresar a un estado de forma como el que tenían anteriormente. Este es mi gran triunfo. Siento que nací de nuevo”.

—¿Y cómo asumiste este proceso desde el plano psicológico?

—Fue un proceso muy duro. Tuve muchos altibajos emocionales. Sin embargo, nunca necesité de ayuda psicológica para salir adelante. En principio estaba enfocada en recuperar mi salud, no pensaba en regresar al deporte.

“Cuando avanzó mi recuperación, sentí fuerzas de volver y lo consulté con los doctores del CIMEQ (a quienes les agradezco muchísimo, al colectivo de hematología y también al Instituto de Medicina del Deporte) y me dijeron que debía ser una decisión mía. Y así fue, porque la mayor parte de las personas que me rodeaban no querían que lo hiciera”.

¿Algún factor que quieras resaltar como clave durante tu proceso de recuperación y reinserción?

—Creo que he sido fuerte, sobre todo psicológicamente. Este regreso ha sido para mí como un nuevo comienzo, un renacer en el deporte.

—Finalmente, en 2016 se abre la página olímpica en tu carrera. ¿Cómo se siente esta primera experiencia?

—Es lo más grande. Los Juegos Olímpicos son lo más importante en la vida de un atleta. Anhelo ir, anhelo estar, anhelo competir y tengo mucha fe en lo que puedo dar allí. Este año he realizado una preparación muy fuerte y muy completa. Es cierto que no he competido fuera, pero estoy fuerte, lista para dar lo mejor de mí.

—El panorama de tu especialidad…

—Valerie Adams es la mejor balista del mundo, lo ha sido desde hace mucho tiempo y con ella hay que contar allí. Luego hay otras mujeres con disparos superiores a 20 metros. Un grupo de unas cinco que quizás van por encima del otro grupo que las veo en mi nivel… Yo tengo metas grandes. Voy a dar lo mejor de mí.

—¿Algún referente?

—No tengo ídolos, aunque si atletas que admiro. Varias de mi especialidad que han sido referentes en mi formación y también a Yarisley Silva.