Sub 23: otra puerta cerrada

Un nuevo evento internacional para el fútbol cubano y un nuevo retorno hacia La Habana sin los deberes cumplidos. Entonces me pregunto: ¿llegará el día en el cual pueda escribir algo diferente, de tono positivo, o será que esta pálida situación jamás será solventada por nuestros técnicos y jugadores?

La actual “pifia” fue protagonizada por la selección sub 23, que perdió toda posibilidad de clasificarse para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, tras culminar en la tercera plaza del grupo preliminar A, en el torneo de Concacaf con sede en Estados Unidos.

Los números conseguidos por la tropa del director técnico avileño Raúl González Triana, hablan por sí solos. En sus tres partidos efectuados, firmaron dos empates y un fracaso, con pésimo balance de cuatro goles a favor y nueve en contra. De ese cuarteto de dianas, dos fueron al aval del volante creativo villaclareño Arichel Hernández, precisamente en un disputado cotejo contra Canadá, que culminó con empate 2-2 en la última fecha de la fase preliminar y que sentenció el regreso a casa para los caribeños.   

Creo que cuatro dianas en tres juegos, no es una cosecha tan pobre. Pero es cierto que también se fallaron posibilidades claras de anotar frente a las cabañas rivales.

Sin embargo, lo que sí falló fue el sector defensivo. Y por ahí también se esfumaron los intentos de asistir a la justa olímpica carioca.  

Pero, sin ánimo de justificación ante el resultado adverso, vale citar que no se podía esperar más de un colectivo que solo efectuó dos partidos amistosos de preparación para ese exigente torneo, contra un rival de tan poca monta como es la selección de Nicaragua.

Por demás, a ese grupo solo le faltaron tres jugadores para que fuese la escuadra mayor de la Isla. Y casualmente, son tres defensas: Yenier Márquez, Jorge Luis Clavelo y Jorge Luis Corrales.

Si a este nuevo desliz, usted le suma que la selección absoluta quedó eliminada de asistir a la Copa del Mundo de Rusia 2018, entonces este año 2015 irá a la vitrina de la Asociación Cubana de Fútbol como uno más, sin goce y con muchos sinsabores.