El Real Madrid no se intimidó ni con los hinchas violentos que los acosaron desde su llegada, ni con las bengalas que explotaron luego en el graderío. La tropa del técnico francés rompió el embrujo y, en su cuarto enfrentamiento oficial como visitante frente al París Saint Germain, el equipo de los petrodólares, salió airoso 2-1 en el Parque de los Príncipes. Así, consiguió su avance a cuartos de final de la Champions League por octava ocasión consecutiva.
La escuadra merengue, que mostraba balance de dos empates y un fracaso en ese gramado parisino, llegó con la ventaja que le tributaba el triunfo por 3-1, en el duelo de ida, en el estadio Santiago Bernabéu. Pero lo hacía sin poder abrir con Toni Kroos y Luka Modric, ambos con ligeras molestias. Y eso, los galos lo tradujeron como una «paridad», ante la lesión de su estelar extremo izquierdo Neymar.
Pero ni su sustituto Ángel Di María, ni Edison Cavani, ni Kylian Mbappé, pudieron transitar por el muro de contención que el elenco español edificó en el mediocampo, con Casemiro y Mateo Kovacic metiendo duro el cuerpo, en tanto su capitán Sergio Ramos demostró su real corazón guerrero como defensa central.
Si a eso usted le suma que el genio de Cristiano Ronaldo (CR7) se unió a la entrega de Karim Benzema –fíjense que escribo entrega, no concreción frente al arco rival-, y al buen accionar del extremo derecho Lucas Vázquez en detrimento del galés Gareth Bale, el resultado no podía ser otro.
Conocedor de la ventaja que traía y de la ausencia de Neymar, el cuadro merengue se limitó a cerrar filas, dejar pocos espacios libres, no apurar el tránsito hacia la valla que defendió con gran acierto Areola y alistarse para un efectivo contraataque.
El primer gol del cuadro madridista llegó en el minuto 51, cuando Asensio, a quien Zidane le dio la titularidad por encima del habitual Isco, le tapa un trazo al lateral derecho Dani Alves, le entrega el balón a Lucas y este lo centra al área, para que CR7 vulnere, de cabeza, a Areloa.
Y ahí mismo, el equipo anfitrión se desvaneció y se perdió de la cancha. Toques errados, escasas llegadas al área y la pérdida de la compostura total del volante de contención italiano Marco Verrati, quien se ganó la segunda tarjeta amarilla por protestarle airadamente al árbitro alemán en el minuto 64’ –la primera la vio en el 20’- concretaron el trámite merengue.
Sin embargo, mientras mejor jugaban los discípulos de Zidane con esa superioridad numérica, llegó el empate 1-1 del PSG. Pastore cabecea y, tras el despeje del portero Keylor Navas, un primer rebote golpea en el defensa Varane y, a seguidas, rebota en el delantero Cavani, que la mete dentro de la cabaña.
Y ya en el 80’, Vázquez recupera un balón en la media cancha, corre fuerte, se lo traslada a CR7 que dispara, y Casemiro recoge el despeje de Areola para conseguir el 2-1 y el 5-2 en el marcador global de este match.
En el otro partido de la fecha, el Liverpool inglés también logró su pase a los cuartos de final, al igualar 0-0 con el Oporto luso, en el estadio de Anfield. Pero le valió su goleada de 5-0 en el partido de ida.
Hoy será día de definiciones de los duelos Tottenham-Juventus y Mánchester City-Basilea.
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