Lo que un día fue, ¿no será?

No puedo ocultar mi (casi) total indisposición, porque según estoy previendo, el fútbol signará en los venideros meses un cambio tan radical, que podríamos darnos el "disgusto" de tararear el estribillo de esa sonada canción del afamado intérprete mexicano José José: "Lo que un día fue, ¿no será?".

La Internacional Football Association Board (IFAB, siglas en inglés), encargada de definir las reglas del más universal de los deportes, ha comunicado que estudiará aplicar varias medidas como las sanciones con gol, salir jugando en libres directos y saques de esquina y la pérdida de puntos por acosar al árbitro, entre otras.

Esta IFAB es una entidad conformada por las cuatro asociaciones de fútbol del Reino Unido: (Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte) y cuatro representantes de la FIFA. Y su director técnico, David Elleray, un antiguo árbitro inglés, ya describe como una "revolución silenciosa" el documento que puede cambiar las leyes del fútbol.

Según las propuestas de Elleray y sus asociados, los jugadores tendrían la posibilidad de jugar la pelota consigo mismos en libres directos y saques de esquina; el balón no tendría que estar detenido para lanzar faltas directas; se pitaría penalti si el portero recoge un pase atrás de un compañero y se concedería gol si un jugador comete mano en la línea de gol o cerca.

Pero hay más. Según ha trascendido, el tiempo de juego podría pasar de 90 minutos en total a 60 minutos de juego real, y los equipos perderían puntos por acosar al árbitro, entre otras propuestas.

El director técnico de la IFAB fue categórico al resumir el objetivo del documento que incluirá los cambios que se esperan discutir: "En primer lugar se trata de verificar las reglas de juego y preguntarse para qué sirven cada una de ellas. Cada vez que la respuesta no sea satisfactoria, intentaremos proceder a las modificaciones oportunas".

Entonces, lo que habría que ver es cuán "oportunas" serían esas transformaciones. Pienso que, de convertirse en realidad tanto estos cambios como muchos otros que se avecinan, el fútbol daría un vuelco demasiado sustancial y perdería, sin lugar a duda, sus otrora argumentos que lo han hecho el deporte más seguido en el mundo. Tal vez la IFAB aspira a dinamizarlo mucho más de los que es. Pero lo inaceptable es reinventarlo.  

Que se use un solo jugador a la hora de darse el pitazo inicial del juego, me parece aceptable. Pero, ¿reducir el tiempo de partido de 90 a 60 minutos, cuando realmente, en una hora y media de juego hay equipos que no pueden revertir un marcador adverso? Eso sí no me gusta nada.

Lo que se debe hacer es exigirles a los árbitros que se preocupen por la verdadera duración del tiempo, valorando aspectos tan inherentes a un cotejo como son las lesiones, los cambios de jugadores, los goles y sus celebraciones, que incluyen a un perforador de redes corriendo hasta una grada para ser felicitado por sus hinchas.

Pero no todo es rechazable. Personalmente, me quedaría muy a gusto con los adelantos técnicos como la utilización del video de asistencia para el árbitro (VAR, siglas en inglés), lo cual sí ayudaría a solventar una jugada dudosa o a definir la validez de un gol porque el balón sí logró rebasar "entrar" en la portería.

Además, aplaudo la opción de un cuarto jugador de cambio en el caso de los partidos que necesitan de la prórroga para poder definir un ganador. Jugar otros 30 minutos después de los 90 reglamentarios, es sumamente agotador. Y permitir que un cuarto jugador pueda entrar a la cancha, me parece exquisito.  

Según está previsto, ese documento que elabora la IFAB se discutirá en los próximos meses, antes de la reunión anual de la IFAB en marzo de 2018, la cual decidirá qué propuestas deben ser probadas en partidos de competición.