¿Lejos o cerca de la élite del sóftbol (m) mundial?

Por espacio de 10 días, la selección masculina de sóftbol motivó la atención de aficionados y periodistas, dada su actuación en el XVI Campeonato Mundial de la disciplina, al que no se asistía desde Canadá 1988, cuando terminamos con un honroso e histórico cuarto lugar. 

La ubicación final 31 años después fue el décimo escaño, lo cual provoca muchas reflexiones, pero sobre todo la pregunta titular: ¿estamos cerca o lejos de la élite universal en esta disciplina, prima hermana del béisbol y en el que llegamos a clasificar para unos Juegos Olímpicos en el sector femenino en Sídney 2000?

Hasta Praga, capital de la República Checa, se trasladó el conjunto antillano con la meta de avanzar a cuartos de final, objetivo que perdieron en el séptimo inning del último partido de la ronda eliminatoria de su grupo A, por un cuadrangular oportunísimo del tercer bateador en la alineación anfitriona, que dicho sea de paso es una formación ubicada en el séptimo peldaño del ranking del orbe los dos últimos años (2017 y 2018).

Victorias sobre Filipinas (11-2), Bostwana (6-0)  y  México (7-2) y  derrotas ante Nueva Zelanda (0-2); Argentina (2-3), Japón (0-2), República Checa (4-5), y Dinamarca (0-3) mostraron la verdadera calidad de nuestra formación, monarca de los pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe en Barranquilla 2018, pero de escaso roce internacional con potencias de este deporte en las últimas dos décadas.

Sin embargo, lo que más satisface del desempeño de nuestro conjunto ahora es que en cada una de las salidas al terreno se vieron fuertes y dominantes del ABC de la llamada pelota blanda. Un promedio de 288 a la ofensiva con 30 carreras anotadas, cinco vuelacercas y 60 imparables son números que algunas potencias no lograron.

Destaque especial aquí para varios nombres. Yesander Rodriguez (25-11), Reinier Vera (26-10) , Juan Carlos Rodríguez (26-9) y Yuri Rodríguez  (24-8), en tanto Roger Jesús Rossete sobresalió con tres cuadrangulares. En el caso específico de Yesander estuvo discutiendo hasta el último pleito la corona de bateo.

La diferencia mayor —y por donde quizás se escapó el mejor resultado— estribó en el pitcheo, pues si bien  nuestros  cuatro serpentineros no son segundo de nadie, en los momentos claves no pudieron contener a sus rivales y la calidad de su trabajo se vio mermada. Y en el sóftbol esto es imperdonable.

No obstante, el balance sigue siendo positivo para una formación que tendrá un nuevo reto en los Juegos Panamericanos de Lima, donde enfrentará a muchas de las naciones que estuvieron en la capital checa: Canadá, Argentina, Venezuela, y México. Pelear un podio será bien difícil, pero no imposible para la tropa dirigida por Leonardo Cárdenas.

Nuestros softbolistas se han oxigenado con este décimo lugar, aunque sigue pareciendo que podían para más y que la derrota contra República Checa los enfrió para la discusión del noveno lugar. No estamos tan lejos de la élite, solo hace falta más oportunidades como esta y no esperar 31 años para regresar a una lid universal.