sábado, 20 de abril de 2024

Fidel entre jonrones y… mucho más

Una mirada a momentos imprescindibles...

Rafael Norberto Pérez Valdés en Exclusivo 04/12/2016
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Fidel Castro-Béisbol
El indiscutible padre del deporte cubano.

En este momento dramático hay verdades que se disparan con toda la fuerza posible. Fidel es el indiscutible padre del deporte cubano. Hay razones adicionales para que en esta esfera se viva una gran tristeza…

La historia demuestra que la afirmación anterior es irrefutable. Y, por supuesto, vamos a recordar algunos momentos que así lo confirman. Ello quedó demostrado desde sus primeros días tras haber llegado triunfador a La Habana desde la Sierra Maestra.

El 29 de enero de 1959, tres semanas después de haber entrado en la capital, dejó muy claras las ideas que lo motivaban.

“Venimos decididos a impulsar el deporte a toda costa, llevarlo tan lejos como sea posible, pero para ello es necesario la ayuda de todos: de atletas, de dirigentes, de organismos, de comentaristas deportivos…”.

Una casualidad: quiso el destino que casi una semana antes de su fallecimiento se celebrara, en todo el país, el Día de la Cultura Física y el Deporte. La raíz de la conmemoración se debe a que el 19 de noviembre de 1961 se efectuó, con la presencia apasionada del Líder de la Revolución, la clausura de la Primera Plenaria de los Consejos Voluntarios Deportivos (CVD). Es decir… el nacimiento del deporte revolucionario.

PRIMEROS ESLABONES

Aquel 19 de noviembre, con el entusiasmo que lo acompañó siempre, indicó con un tono muy crítico: “La educación física y el deporte no era una actividad del pueblo humilde y trabajador. La educación física y el deporte era una actividad que había quedado relegada a la minoría privilegiada de nuestro país (…). Es verdaderamente increíble el abandono en que esa actividad esencial se encontraba (…)”.

Sí, fue tan solo de un eslabón más. Unos meses antes, el 23 de febrero, se había creado el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER). En 1962 eliminó el profesionalismo. Otro botón de muestra: en 1963, con su presencia también en el centro Eduardo Saborit, se inauguraron los Primeros Juegos Escolares. Ellos aportan más del 90 % a la cantera del Alto Rendimiento.

Y se fueron uniendo después otros muchos eslabones…

En 1966 estuvo en serio peligro la participación de nuestro país en los X Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Juan, Puerto Rico. Hubo intentos de evitar su participación. Pero resultó decisiva, gracias a brillante estrategia de Fidel, la llegada frente a las costas boricuas de la delegación en el barco Cerro Pelado.

¡QUÉ ALEGRÍAS!

Fidel dio riendas sueltas a que nuestra nación salvara, casi en el último momento, los XIV Juegos Centroamericanos y del Caribe, en 1982, una gran fiesta para el deporte de toda la región.

Y que primero ganara la sede de los XI Juegos Panamericanos de La Habana 1991. Luego vino la tarea titánica de no renunciar a ellos, pese a los problemas existentes en el campo socialista europeo. En la clausura, el ya fallecido mexicano Mario Vázquez Raña, presidente de la Organización Deportiva Panamericana, sentenció en sus palabras finales: “Lograron organizar los mejores Juegos Panamericanos de la historia”. En aquellos días de 1991 (comprendidos del 2 al 18 de agosto). Fidel visitó diversas instalaciones, y les dio ánimo a los protagonistas.

Y claro que disfrutó muchísimo el impresionante triunfo cubano en la tabla de medallas, con 140 de oro (por 130 de los estadounidenses). Es algo capaz de erizar la piel. A ocho días del final, los de casa llevaban una ventaja de 28. Cuando llegó la penúltima jornada los estadounidenses tenían una más. Un cierre espectacular, con gran aporte del boxeo, redondeó los números.

Un año después estuvo en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. Era como si hubiera dado el impulso allí para la mejor actuación cubana en la historia de esas justas: ¡quinto lugar por países (catorce medallas de oro)!

APOYO Y CRÍTICAS

Entre los que se coronaron en Barcelona 1992 se encontró el gran exluchador Héctor Milián (división de los 100 kilogramos del estilo grecorromano), a quien entrevistamos hace unos meses para Cubahora: “Fue así que pude cumplir mi compromiso con el Comandante en Jefe”, nos dijo entonces.

Y también el saltador de altura Javier Sotomayor, quien hace unas pocas horas recordó todo el apoyo de Fidel cuando no compitió como deseaba cuatro años después en los de Atlanta 1996.

Hay muchas historias…

Y resultó también, cuando fue necesario, un crítico a lo que no funcionaba bien. Así se expresó, en determinados momentos, inconforme con actuaciones en los Clásicos Mundiales de Béisbol. No se olvida su presencia diaria en el estadio Latinoamericano para apoyar al equipo que logró un excelente y sorprendente segundo lugar en la primera edición.

No se olvida tampoco su señal de alarma luego de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008: “Nos hemos dormido sobre los laureles”.

SÓLIDOS PRINCIPIOS

Claro que son muy numerosos los ejemplos de su vínculo con los deportes. Y con el béisbol… pues mucho más. El 18 de noviembre de 1999, en el Latinoamericano, abarrotado por 45 000 personas, el entonces presidente venezolano Hugo Chávez lanzó por el equipo de su país en un juego de veteranos. Y Fidel fungió como manager de los de casa. La amistad entre ambas naciones se consolidó más ese día entre bolas, strikes, bromas...

Vamos a reiterar algo, o añadir: se mantuvo siempre cerca de los deportistas cubanos, de sus problemas, inquietudes, superación deportiva y estudiantil (para que pudieran graduarse de una carrera universitaria)… Estuvo dando ánimo en despedidas o recibimientos antes de las competencias más trascendentales.

Ya escribimos del apoyo a Javier Sotomayor, pero ello es tan solo un ejemplo. Una vez el gran exboxeador ya fallecido, Teófilo Stevenson, tres veces campeón olímpico, pasaba por un mal momento en cuanto a la motivación. Y le puso de forma permanente un automóvil con chofer en la puerta de su casa, para que lo llevara a entrenar cuando lo deseara…

Le dio ánimo de primera mano al expelotero Juan Padilla cuando en un accidente perdió uno de sus ojos…

HISTORIA CONMOVEDORA

El 22 de enero de 1993, en medio del sonido enigmático de una ambulancia, la estelar excorredora Ana Fidelia Quirot fue ingresada en un hospital capitalino, con graves quemaduras en aproximadamente el 40 % de su cuerpo. El percance le costó la vida a la pequeña hija de siete meses que llevaba en su vientre (no pudo sobrepasar el parto inducido). Ella estuvo entre la vida y la muerte. ¡Esa noche recibió la visita de Fidel!

Un estratega siempre grande, siempre fiel, dando su apoyo, sin abandonar a sus hijos…


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Rafael Norberto Pérez Valdés


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