Reza el viejo adagio que “cuando el río suena, es porque piedras trae”. Y año tras año, los federativos del deporte de la lucha cambian y vuelven a cambiar el reglamento competitivo para hacer más dinámica esta modalidad. Hace ya mucho tiempo que el Comité Olímpico Internacional (COI) se viene quejando de la pasividad mostrada en los eventos internacionales, e incluso, ha emitido alertas de una posible exclusión de las filas de su programa, especialmente el estilo grecorromano.
Por eso, como ya se sabe “por donde andan los tiros”, no es de extrañar que, para este 2018 que recién se inicia, la federación internacional del deporte de los tackles y desbalances haya retomado algunos procedimientos o reglas de otrora y haya incluido otras nuevas. Y el ejemplo lo palpamos durante una semana de competencias, en los torneos internacionales Granma y Cerro Pelado, que culminaron este jueves en La Habana, con el esperado triunfo anfitrión por países.
Uno de los aspectos más novedosos es el doble pesaje de los luchadores. Antes, como se competía en una sola jornada, se iba una sola vez a la báscula el día anterior. Pero ahora, como existe una fecha para las eliminatorias en cada una de las divisiones y otra de disputa de medallas, entonces hay que pesarse dos veces.
El criterio unificado de atletas, entrenadores y federativos es que eso no perjudica al gladiador que siempre se mantiene en su peso ideal, como debe ser. Pero le será muy incómodo a aquel que no entrena bien, debido al consabido sacrificio que lleva retornar a ese peso que exige su división.
Entre los aspectos que retornaron al colchón, aparece la penalización por pasividad del luchador que, si el rival lo dispone y se lo hace saber al árbitro, se debe situar en posición de cuatro puntos en el suelo. Esto, sin dudas, favorece la posibilidad de que, por el agarre sobre la parte superior de la cintura, se vean proyecciones de grandes magnitudes, esas que desea la federación internacional para volver a “enamorar” al COI.
En el orden competitivo, Cuba ganó el cetro en el estilo greco, a pesar de recibir una férrea resistencia foránea que hacía mucho tiempo no se apreciaba en estos certámenes. Los alumnos del entrenador Raúl Trujillo consiguieron cuatro títulos, seguidos muy de cerca por los húngaros, que lograron tres.
Sin dudas, el combate más atractivo lo disputaron dos cubanos, en la división de 60 kilogramos, en el cual el habanero Luis Orta, un joven que viene pidiendo paso para ser el primer hombre en ese peso, derrotó cerradamente 2-2 al experimentado espirituano Javier Duménigo (CUB). En ese duelo, Orta perdió 0-2 el primer período, al estar pasivo y luego ser sacado de la zona. Pero en el segundo tiempo, arreció en su ritmo, empujó más y Duménigo perdió dos puntos por pasividad.
Los restantes medallistas de oro fueron Ismael Borrero (CUB, 67 kg); Korpas Balint (HUN, 72); Kamal Bey (USA, 77); Peter Botsi (HUN, 82); Viktor Loerincz (HUN, 87); Grabiel Rosillo (CUB, 97) y Yasmany Lugo (CUB, 130) quien venció a su coterráneo Oscar Pino.
EXCELENCIA EN LAS TRUSAS FEMENINAS
Mientras, entre tantas modificaciones en el reglamento competitivo, las chicas cubanas patentizaron que sí piensan en grande con su actual profesor Filiberto Delgado, quien paso a paso, ha estabilizado el accionar en el gimnasio y les ha dado buenas herramientas a sus discípulas. Al extremo de que las cubanitas se anexaron seis de los ocho títulos en disputa.
Mención especial para la jovencita Dayselis Rodríguez (59), quien disputó un atractivo combate final a puros tackles y pases atrás ante la más experimentada estadounidense Kelsey Campbell, a quien superó 4-3 para granjearse el aplauso del público asistente.
Las restantes ganadoras cubanas fueron Leanne Mendoza (50 kg), Laura Herin (55), Yakelín Estornell (62), Yudari Sánchez (68) y Milaimys Marín (76). Por las visitantes se subieron a lo más alto del podio de premiaciones la experimentada venezolana Angélica Arguello (53), quinto lugar olímpico en Río de Janeiro 2016, y la mexicana Alejandra Romero (57), medallista de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz 2014.
DURA PORFÍA ENTRE VARONES
Y como se esperaba, el estilo de mayor porfía fue el libre entre varones, merced a los potentes agarres y excelentes proyecciones –muchas de las cuales valoradas con la mayor puntuación posible-, que levantaron al público en el graderío y confirmaron el gusto de esa modalidad entre los seguidores cubanos. Como vale todo tipo de agarre, hay más posibilidades de crear técnicas. Y claro está, el público lo agradece.
Los cubanos dirigidos por el entrenador Julio Mendieta, ganaron el evento con cuatro cetros. Pero en la final cayó uno de sus principales hombres: Liván López (74), bronce mundial, además de que el subcampeón del orbe Reineris Salas (97), no pudo llegar a disputar el oro.
En su pleito frente al alemán Kubilay Cakici, el pinareño López inició fogoso y abrió el marcador con dos puntos, merced a un veloz pase atrás. Pero el germano le aplicó similar técnica para igualar el pizarrón y así se fueron al descanso.
Ya en el segundo período, Liván vuelve a conseguir el pase atrás, pero a seguidas, Cakici contraataque, logra un pase atrás y lo saca de la zona casi al escucharse el silbatazo final, para agenciarse el triunfo por 5-4, en un excelente combate.
Por Cuba se alzaron con el cetro los experimentados Yowlys Bonne (61) y Alejandro Valdés (65), así como Franklin Marén (70) y Yurieski Torreblanca (86), los tres primeros frente a jóvenes rivales estadounidenses.
Los restantes dueños de coronas fueron Zach Sanders (USA, 57), Hayden Zillmer (USA, 97) y el turco Akgul Taha (125).
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