Es casi obligatorio que cerremos el capítulo del show de ajedrez, celebrado en la ciudad estadounidense de San Luis (el nombre del torneo es Champions Showdown). Y no solo por su importancia o porque allí estaba nuestro destacado Gran Maestro Leinier Domínguez. Es que también lo habíamos tocado antes en dos materiales aquí en Cubahora. ¿Qué pasó…?
Si enfocamos los imaginarios reflectores hacia nuestro compatriota, empezó con un paso que hizo disparar a las esperanzas; pero al final en definitiva patinó ante el filipino-estadounidense Wesley So, tras una pizarra de 47,5 puntos a 44,5.
(En este torneo el sistema de puntuación, como ya notó el lector, fue de un modo diferente al tradicional, incluso en cada uno de sus segmentos).
So jugó con tanta fuerza que terminó sangrando. Y no hay exageración: sangró de una mano por cómo fue tocando el reloj.
Y debemos recordar, para entenderlo mejor todo, que se jugaron partidas rápidas a diferentes ritmos de juego.
¡Sangre en el ajedrez!
Quiere decir que So dominó uno de los cuatro matches, y, como escribimos en nota anterior, ganadores serían los que dominaran en cada uno de ellos.
LOS OTROS
Un poco más adelante regresaremos con nuestro compatriota, pero antes vamos a reflejar cómo terminaron los otros duelos:
—Fabiano Caruana (Estados Unidos) le ganó por margen estrecho, de 49 a 43, a Alexander Grischuk (Rusia).
—Hikaru Nakamura (Estados Unidos) venció más holgado a Veselin Topalov (Bulgaria), por 61,5 a 30,5.
Ah… ¿y qué pasó entre el prodigioso noruego Magnus Carlsen, campeón mundial, y el chino Ding Liren, quienes, para potenciar el show, empezaron dos días después?
No pudo pisar a fondo el acelerador Carlsen en la primera jornada, con cuatro partidas de 30 minutos (solo 2,5-1,5).
Ding Liren le había puesto un toque de show al show: ganó la primera partida.
En realidad resultó algo espectacular. Leímos, en chessbase, “que Ding acababa de jugar una partida brillante, la quizá más bella del año (o algunos ya se lanzan a decir "del siglo"), que también se ha clasificado para el Torneo de Candidatos y que es uno de los posibles retadores de Magnus Carlsen (…)”.
El asiático disparó alguna que otra inquietud: ¿Qué pasaría a partir de entonces? La respuesta la tenía… ¡Carlsen!
Lo que pasó después pudo hacer recordar una frase popular: “Se puede jugar con la cadena, pero no con el león”.
El europeo, ¿sintiéndose herido?, lo vapuleó en todos los enfrentamientos, incluso en ese a 30 minutos (2,5-1,5).
En la segunda fecha, con seis de 20 minutos, Carlsen ganó tres y no perdió.
Y en la tercera, con ocho de 10, Ding Liren pudo al fin lograr otro éxito.
El noruego respondió categórico (casi de película): ¡ganó las siguientes cuatro! (repetimos: casi de película). “Se puede jugar con la cadena, pero no con el león”.
¿Cómo terminó entonces el marcador? ¡79 a 25!
¿Y LEINIER?
Hora de volver a Leinier Domínguez, quien concretó en San Luis su regreso a las competencias, de las cuales, por decisión propia, estuvo casi alejado del todo en los últimos tiempos.
¿Cómo fue de forma exacta su desempeño? Logró sonreír, ya escribimos al principio que incluso disparar las esperanzas, al dominar en las de 30 (2,5-1,5). Ah… y también en las de 20 (4-2). Entonces, cuando las esperanzas estaban más disparadas, cedió en las de 10 (3-5), aunque todavía seguía al frente: 30,5-37,5. En las de cinco, ¡qué pena!, estuvo peor: 3,5 a 8,5.
Y es obligatorio recordar que Leinier Domínguez ha sido un contrario muy fuerte en las partidas rápidas, la cual debe ser la razón, pues era el de menos Elo, por la cual fue invitado.
Pero, nos parece que puede verse de esta forma, sin chovinismo, hay varios puntos a favor. Lo invitaron a un show con los mejores. Regresó a las competencias. Llegó a estar delante…
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