Cuba, sin segundo aire

Con el vocablo escandalosa, y no inesperada, calificaron los aficionados del baloncesto en la nación la derrota del seleccionado del país ante Colombia en la definición del torneo correspondiente a los XXIII Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe celebrado en la duela del coliseo Elías Chewing de Barranquilla, Colombia. Empero, tras ir a por la representación de la Isla del Encanto en el Centrobasket los criterios acerca del combinado son más ácidos, incisivos. La valoración más indulgente es “no tienen segundo aire”. Otras refieren falta de coraje y entrega para confirmarle a sus seguidores con certeza que aún son las reinas de la disciplina en esta parte del hemisferio; y que la contingencia durante el adiós de la Ciudad de los Brazos Abiertos fue un incidente normal y útil.

Con ese marcador favorable de 83x54 puntos en el parque del coliseo Juan Aubín Cruz, las boricuas finalizaron una sequía de 8 años sin acceder a principal escaño del podio de premiaciones del foro escenificado, esta vez, del 20 al 24 en Manatí, una de las urbes de Puerto Rico. Y rubricaron, además, una actuación que demorará en desparecer del entorno de la disciplina, porque la formación del país acumulaba una trayectoria de “muchas victorias contra poquitas” derrotas ante las boricuas.

Y esa pizarra adversa para las cubanas convoca a una revisión por arte de la federación del país. No se trata ahora de precisar si el cambiando continúa, o no, en el circuito de competencias de Fibaaméricas, sino de revisar el porqué de las flaquezas surgidas en los instantes cruciales de los partidos celebrados en las localidades colombiana y puertorriqueña. Resulta inadmisible que un equipo integrado por algunas jugadoras con experiencia mundialista pierda una ventaja de 10 unidades casi al cierre de una confrontación o abandone la fortificación con una desventaja de 29 unidades.

Las baloncestistas perdieron la chance de mantener, por más de 40 años, la supremacía de la fiesta multideportiva más añeja del mundo. Lograron en Borinquén el trasbordo a la Copa de las Américas, junto a México, Puerto Rico y República Dominicana. En el encuentro de ese rango en 2017, la actuación de la plantilla fue un desastre, al punto que no calificaron para la venidera liza mundialista que reunirá, entre el 22 y el 30 de septiembre próximo, a 16 competidores de los diferentes continentes y ocurrirá en la isla de Tenerife (Canarias, España).

Según medios locales, el anfitrión, medalla de bronce en el CAC, tuvo un mejor comienzo y escapó a una ventaja de 7 puntos al final de los primeros 10 minutos del juego. Con una brillante Jennifer O'Neill, quien tuvo 34 puntos en el juego, el equipo dirigido por Jerry Batista agregó tres puntos más a la diferencia cuando los equipos entraron al descanso.

“Con una gran energía y una gran defensa, las boricuas siguieron sumando a la diferencia, en un recinto que la concurrencia convertía en muy ruidoso con el decursar del tiempo. Puerto Rico celebró la victoria y el campeonato. Jennifer O’Neill fue seleccionada la Jugadora Más Valiosa al promediar 19 puntos por juego”.

Agregaron que “México se llevó la medalla de bronce tras una victoria de 85x81 sobre República Dominicana. Las dominicanas tomaron una ligera ventaja de 9 puntos en el descanso, luego de un segundo parcial por 31-12. Las mexicanas ganaron la segunda mitad 50-37, para reclamar la medalla de bronce. Jazmín Valenzuela lideró el marcador por las mexicanas con, 18 puntos. Bahamas terminó en el quinto puesto después de un triunfo 55-49 sobre Costa Rica”.

RECUADRO

El Centrobasket Femenino es el torneo de baloncesto organizado por la FIBA Américas de la Federación Internacional de Baloncesto, donde participan las selecciones nacionales de México, América Central y El Caribe. Estos países constituyen la Confederación Centroamericana y del Caribe de Baloncesto (CONCENCABA). Las tres o cuatro mejores selecciones ganan un boleto al Campeonato FIBA Américas , del cual pueden calificar para la Copa Mundial de Baloncesto  y los Juegos Olímpicos. También sirve como torneo clasificatorio para los Juegos Panamericanos. El evento femenino comenzó en 1971 y se celebra cada dos años.