sábado, 27 de abril de 2024

Cuba, el juego del amor y el ponche del odio (+Fotos, +Storify)

A pesar de la derrota ante el potente equipo de Estados Unidos, el Team Asere reavivó la pasión nacional por el béisbol...

Norland Rosendo González en Exclusivo 20/03/2023
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Parte del equipo en el juego Cuba vs  Estados Unidos-CMB
Cuba dijo adiós con una honrosa ubicación entre los cuatro grandes. Gracias a esa hornada de muchachos que se entregaron todo el tiempo, a los de MLB que dijeron sí, a pesar de la ingratitud de quienes no quieren jamás entenderse con su patria. (Tomada de Jit)

Cuba se despidió del quinto Clásico Mundial con una derrota abultada por 2-14 ante el rey vigente y uno de los favoritos al título, pero en términos generales dejó un saldo muy positivo de cara al futuro en competiciones internacionales de béisbol.

El poderoso conjunto de Estados Unidos, cuya principal fortaleza descansa en la calidad de sus bateadores, desplegó desde el primer inning un ataque de largo alcance que dejó claras las diferencias entre una y otra nómina.

Fueron cuatro palos de vuelta entera entre los 14 imparables y siete boletos entregados por el picheo insular, que hasta este juego había mostrado muy buen control.

Apenas un escón pudieron colgar nuestros lanzadores a los temidos toleteros norteños, cuando ya el marcador estaba totalmente desbalanceado en el séptimo capítulo.

Si el juego no concluyó antes fue porque en estas instancias del Clásico no aplica la regla de piedad para las diferencias de carreras igual o superior a diez anotaciones en siete entradas.

Por el Team Asere las mejores notas con el madero fueron para el talentoso Yoelkis Guibert, quien sacudió tres imparables en cuatro viajes al plato.

También destacaron al ataque Yoan Moncada, Ersibel Arruebarrena, ambos de 4-3, y Luis Roberts Jr., de 5-2. Andy Ibáñez, quien debutó oficialmente con el equipo tras lesionarse en los juegos de preparación, ligó un jit remolcador de la segunda y última anotación de los nuestros.

Su entrada en el lineup generó mucha polémica, pues fue a la banca Yadil Mujica, el máximo impulsador del equipo (6) y el más eficiente con corredores en posición anotadora (de 9-5). Semejante decisión es sumamente difícil de tomar y tampoco sus consecuencias determinaron en el resultado del choque.

En total fueron 12 jits de los insulares, una buena producción, pero no hubo oportunidad, ni el picheo pudo controlar a los rivales.

No aguantó el abridor Roenis Elías ni el bullpen. Todos fueron castigados, quizá porque la carta de picheos no fue la más acertada ante una tanda que golpea endemoniadamente bien los envíos rápidos.

Dentro de las dos rayas de cal ganó el mejor equipo. Los propios jugadores estadounidenses se comportaron con un alto sentido de la deportividad, lástima que en las gradas y en los exteriores del estadio se dieron expresiones de odio, propias de quienes ven al béisbol como un muro y no un puente entre los cubanos que vivimos a ambos lados del estrecho de la Florida.

Fueron más quienes se dieron cita en la instalación deportiva para disfrutar del choque y aplaudir al equipo de su patria, independientemente de las diferencias políticas.

En el Vedado el público disfrutando del Clásico de Béisbol Cuba vs Estados Unidos
En el Vedado el público disfrutando del Clásico de Béisbol Cuba vs Estados Unidos. (Abel Rojas Barallobre/Cubahora) (Abel Rojas Barallobre / Cubahora)

El Team Asere jugó como nadie en ese estadio miamense, viendo desde su arribo a la ciudad cómo un grupo se comportaba con hostilidad en los medios, las redes sociales digitales y otros espacios públicos físicos y virtuales.

A pesar de esas conductas antideportivas y antipatrióticas, ellos se entregaron con todo. Jugaron para la afición que sí los siguió todo el tiempo. Llevaron al equipo hasta la semifinal, lo que no ocurría desde 2006.

Se juntaron como una familia. No había más jerarquía que el equipo por encima de las individualidades. Grandes Ligas en activo al lado de muchachos que lo que más han jugado es en nuestros terrenos y bajo el sol inclemente del Caribe.

Tocará también hacer análisis técnicos y de estrategias y tácticas. El resultado no puede nublar la mirada crítica ni los aprendizajes. Pero ahora es momento para reconocimientos, felicitaciones y orgullo.

Que la imagen del último juego no sea la que perdure, luego de épicas jornadas que condujeron al equipo hasta la semifinal. Cualquiera que fuese el adversario en el cruce iba a ser difícil.

Cuba dijo adiós con una honrosa ubicación entre los cuatro grandes. Gracias a esa hornada de muchachos que se entregaron todo el tiempo, a los de MLB que dijeron sí, a pesar de la ingratitud de quienes no quieren jamás entenderse con su patria.

Que esta oportunidad sirva de parteaguas para el futuro inmediato y que el éxito de la experiencia sirva también para que el Gobierno de Estados Unidos permita establecer relaciones contractuales entre MLB y la Federación Cubana de Béisbol.

Este Cuba reavivó la pasión por nuestro deporte nacional. Lo puso en el lugar sublime que corresponde a su condición de Patrimonio de la Cultura, y si hubo ponches fueron al currículo, bastante gordo ya de fracasos, de quienes apostaron porque el equipo no avanzara en el Clásico para seguir destilando odio.

Que el próximo team, sea Asere o se pegue en el imaginario popular con otro apodo, siga juntando talentosos jugadores y buenas energías. Y vendrán los triunfos.   

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Norland Rosendo González

Vivo de aprender todos los días a contar historias. Ya voy por el prescolar en la escuela de la vida. Me escapo del mundo para ver un juego de béisbol.


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