Brasil 2014: En semis después de 24 años.

Después de Maradona, Argentina no había puesto pie en semifinales. Era como una maldición que les impedía pasar de los cuartos y meterse entre los mejores cuatro del mundo. Llevaban ya cinco torneos sin superar esa franja, hasta que en Brasil, volvieron a tocar el cielo.

Un solo gol, de Higuaín, determinó el partido. El delantero envío al fondo de las redes, de primera, un centro desviado. Courtouis ni se movió. Solo observó cómo el balón se colaba en el fondo de las redes. Tuvo otra el Pipita, que después de una gran carrera y deshacerse de un defensor, la estampó en el larguero. También Messi pudo ampliar la renta ya sobre la hora, pero Courtouis se lo negó como hizo todo este año en el Atlético.

Los belgas lo intentaron, pero una de las consideradas peores defensas del mundial fue capaz de resistir los constantes ataques. Argentina regló el esférico y dejó la iniciativa a los belgas, como si a ellos les bastara con el gol; y le funcionó la táctica a Sabella, pues ocasiones claras fueron pocas, y Romero no fue exigido al máximo en ningún momento.

 Bélgica paga bien cara el hecho de que esta Copa de Mundo sea el primer torneo fuerte de esta generación. Es probable que si todo marcha bien para este grupo de jugadores, en la próximo mundial veamos a una selección mucho más suelta y con un fútbol hermoso.

La nota negativa la dio Angel Di María con su lesión, que se perderá lo que queda de Mundial a causa de un desgarro muscular.

1.Argentina: Romero; Zabaleta, Demichelis, Garay, Basanta; Biglia, Mascherano, Di María (Enzo Pérez, 32’); Lavezzi (Palacio, 71’), Messi, Higuaín (Gago, 81’).

0.Bélgica: Courtois; Alderweireld, Kompany, Van Buyten, Vertonghen; Witsel, Fellaini; Mirallas (Mertens, 60’), De Bruyne, Hazard (Chadli, 75’); Origi (Lukaku, 59’).

Goles: 1-0. M. 8: Higuaín.

Árbitro: Nicola Rizzola, de Italia. Mostró tarjeta amarilla a Hazard (53’), Alderweireld (68’) –se habría perdido las semifinales- y Biglia (75’). Incidencias: partido de cuartos de final del Mundial disputado en el Estadio Nacional de Brasilia. 68.551 espectadores.