La primera jornada de los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe estuvo a la altura de cualquier cita deportiva del más alto nivel. Un show donde cultura, tecnología, artistas locales y alegría hicieron del Estadio Metropolitano Roberto Meléndez el centro de atención de más de 100 millones de personas (se calcula ese potencial televisivo), puede adelantar una cita regional de grandes emociones y retos.
Quizás el atributo mayor de la apertura haya sido la participación colectiva de toda una ciudad, o lo bien contada que estuvo la historia del futuro al presente, del presente al pasado; o la respuesta de sus símbolos en una noche única: Paulina Vega, Edgar Rentería, Shakira; o simplemente los aplausos que recibieron todas las delegaciones, todas, desde la que desfiló con dos atletas hasta la más numerosa.
Para Cuba, el azul, la guayabera, el sombrero, la pamela, la tonada campesina y un Mijaín López que sigue siendo el único abanderado que con una mano sostiene su enseña para pasearla en estas ceremonias desde los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Ninguno de los otros 36 abanderados se le acerca al pinareño, que sonreía feliz y es el único tricampeón olímpico en esta cita regional.
El reto de Barranquilla y de nuestra delegación son distintos, pero con un denominador común: vencer y vencer. Para la ciudad del alcalde Alejandro Char el triunfo se concreta con un funcionamiento óptimo del sistema de transporte, el cumplimiento de los horarios en todas las instalaciones, una hospitalidad desbordada de cariño y, por supuesto, las medallas que le hagan asaltar, por primera vez, a lo más alto del podio.
El reto de Cuba es devolver a su gente un primer lugar, que será el más difícil de conseguir desde Panamá 1970. Para ello lucharán contra un programa de competencias desfavorable en cuanto a las mejores opciones para los finales, la furia ganadora de México y Colombia, el creciente nivel deportivo en el área —gracias en buena parte a nuestra colaboración técnica—, y la lógica tensión que siempre ofrece ser el campeón vigente.
Pero volvamos a la inauguración. Lejos del ambiente más cercano al terreno, en el ala occidental del estadio, jóvenes de Curramba la Bella preguntaban sin cesar cuándo saldría Shakira para cantar las tres canciones del cierre del show. Todos vestían la clásica camiseta de Colombia, pero al reconocer nuestra ropa deportiva con las letras de Cuba preguntaron sin pena: ¿Y ustedes nos dejarán ganar los Juegos?, a lo cual solo atinamos a responder: “Te lo respondemos el 3 de agosto”.
La inauguración de Barranquilla 2018 contó con más de 150 artistas (Fotos: Abel Rojas Barallobre/ Cubahora).
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